viernes, septiembre 26, 2008

Endless Gray

Por lo menos el día, solidario, amaneció como la situación del país, gris; en el hipotecado horizonte ese gris onettiano que solamente puede ser apreciado por los insomnes con miedo a perder sus empleos. Aguacero, viento, zapatos mojados. The rain flooded the gutters, and it made a sad sound on concrete. Afuera del Banco, comprado en la noche por otro Banco con una sucursal en el mismo frente, los empleados esperaban a la gerente. Estaban todos, los que tenían el día libre, los que pensaban llamar con gripe o diarrea que no era más que resaca, los que tenían cita con el dentista, los que siempre llegaban tarde, los puntuales.

Oh God, it’s so terrible to look for a job.
I’m too old to get a new job!
I don’t wanna go back to Georgia.
Jesus, what’s gonna happen now Lord?
Ay Viigen de la Aitagracia, y yo con un niño de tre mese en Pueito Plata y una mujei preñá en ei Bron.

Así hablaba este grupo de seres humanos unidos en esta políglota crisis financiera provocada por la avaricia de los siempre ricos y el inolvidable y largo gobierno de Bush, preocupados por la casi segura pérdida del maldito trabajo, y ya casi en invierno; y es que sin trabajo, es decir, sin dinero Mesié Rimbaud, el invierno no es la estación del comfort.

I heard they’re gonna close like 400 branches, Reduction of Redundant Roles, RRR, they call it...
Yeah, but if you have a dairy you don’t kill the cows.
What the fuck does that mean? That we are cows?
It means whatever you want it to mean motherfucker.
Señore señore, sin peliai…

La pelea entre los dos patres familias, y la gritería de los otros, atrajo a dos policías desayunando en la acera del Dunkin' Donuts. En dos minutos los camisas rotas estaban esposados y en el asiento trasero de una patrulla. No voy a decir que los primeros despedidos, ese mismo día, fueron los boxeadores, el resto les seguiría con el tiempo, no mucho.

miércoles, septiembre 24, 2008

Asbury Park, NJ

"Eso no es James nada, seguro que son unos carajos que tocan a James, unos impersonators, tal vez se llaman James Junior o algo así", le dije a la amiga mía cuando me informó sobre el concierto a 20 dólares la entrada. The Stone Pony se llama el bar, en Asbury Park, New Jersey.

Para llegar a ese pueblo se toma un tren en Penn Station. Más allá de Perth Amboy, más allá. Transfer en Long Branch, cuarenta minutos para conocer un paraje que se puede conocer en cinco, vallas con obras de Broadway, un pedazo de pizza, por favor, fíjate en los zafacones, aquí se recicla.

En New Jersey las cosas cambian. Es como el mundo bizarro de Superman. Arriba es abajo, los cuatro puntos cardinales son tres, el Norte y el Sur, hola es adiós, Bon Jovi es orgullo y leyenda. De hecho, es ley del estado, con pena de muerte, que para cruzar la calle debes hacerlo de espaldas, pararte en el medio, justo en la raya amarilla, y cantar una estrofa de Living on a prayer, we're half way there. Sí, sí, pero también en New Jersey nació William Carlos Williams, nació Allen Gingsberg, así que bájale algo a la burla.

Asbury Park es pálido, ese es el adjetivo que andaba buscando, bleak. Un pueblo perfecto para criar una familia, tener una granja de alpacas y convertirse en asesino en serie. Los taxis se consiguen con el dedo meñique, te llevan a la Ocean Avenue pasando rieles, iglesias, charlesmansons, el final del verano, atardeceres sangrientos donde un zeppelin en el cielo es una ballena en un mar rojo, el fantasma borracho de Raymond Carver escribiendo sobre un pavo real y un niño muy feo en un parquesito, semáforos en conjunciones hacia el aburrimiento, la certidumbre y sentarte en una mecedora a mirar tus venas.

El Stone Pony tiene historia frente a un pedazo del Atlántico lleno de tiburones. De acuerdo a las fotos aquí han tocado desde Motorhead, pasando por Bruce Springsteen, Bob Dylan, Patti Smith hasta The Strokes. Pero el sábado en la noche le tocaba a James Junior. La fila era discreta. Entramos de una vez. Una cerveza y un vodka cranberry pueden costar en un mostrador 9 dólares, en otro 10 y medio, y en el patio, con el atractivo de fumar, 11. Un mullet con t-shirt Staff hablaba de cuando era roadie de Bon Jovi.

"Those were the days dude, I touched lots of tities, had lots of pussy dude. If a groupie wanted in, she gotta let me touch her tits dude, you know, to make sure she had silicone in them, the boys only liked tits with silicone dude, I used to say to them groupies, 'If your tits aren't done, please don't come.' I tell you dude, Slippery When Wet is the best album of all time, don't talk to me about The Beatles dude, fuck Abby Road. Those were the days dude, those were the days..."

James, la banda de verdad, no una cover band, no unos impersonators, empezó a tocar a las 9. La gente brincaba, cantamos por media hora Sometimes, when I look deep in your eyes I swear I can see your soul... No era un Ventú, estaban todos los músicos, hasta el trompeta con su vestido de flores. Éramos menos de 200, estaban ahí mismo. En vivo suenan mejor, especialmente si uno está intoxicado. La voz de Tim Booth no ha envejecido como la del pobre José José. "This is a song from the new cd: Boys in body bags, coming home in pieces", dijo exhortando a votar por Obama. ¿Qué puedo decir? Extrañé no estar en Santo Domingo, en el Agua y Luz, viendo a Panky y Los Manolos mientras espero la rifa de una lavadora Daewoo, o en el Teatro Nacional disfrutando de Emmanuel y su chica de humo, o en Parada 77 un martes de Joaquín Sabina, y los tres padres de la patria dominicanos son dos, Duarte.

El tren de regreso a la realidad no salía a las 12:50, si no a las 11:59, supimos en una solitaria estación de color pastel, beige. Yo estaba asustado, es conocimiento general que si uno se encuentra al aire libre en New Jersey después de la medianoche se convierte en ardilla o en fanático de Bon Jovi. Corriendo nos montamos en un taxi hacia un motel sin sordidez, para gente cansada de carreteras. En lugar de porno de 52 pulgadas, una tabla de planchar. En lugar de un jacuzzi de pestes, una neverita ejecutiva. En lugar de un espejo en el techo, un microondas. Me bebí 6 coronas en media hora y me dormí con una sonrisa de oreja a oreja. Soñé con un gorila albino, con una cobra roja de dos cabezas, con una mujer que repetía "Te amo Juan", y su cara era la de Annie Hall.

A las once de la mañana del domingo me despertó una voz china gritando en el pasillo, "Checking out, checking out, checking out..." Abrí los ojos y me invadió un deseo inmenso de comer nueces, de tener una cola, de vivir en un árbol, de ponerme unos leotardos de leopardo.

lunes, septiembre 22, 2008

Revista Hermano Cerdo

Último número de la revista Hermano Cerdo.
Tiene un cuento de un escritor dominicano.


HERMANO CERDO



Drawing by Pablo Gallo

martes, septiembre 16, 2008

Even a Chicken



Yo quería a Hillary para presidente de este país, que no es el mío, pero es en el que estoy viviendo, bebiendo, trabajando, consumiendo, pagando impuestos. En mi elección no hubo sexismo, racismo ni otro ismo, simplemente creo que esa señora es muy inteligente, experiencia, Bill Clinton como sidekick era otro atractivo, y además una abanderada del Universal Health Care. Se le puede preguntar cualquier cosa, y ella siempre responderá con eso.

Senator Clinton, what do you think about the food prices?
Yes, every child, every woman, every man, every American has the right to Universal Health Care, it is not possible…

Senator Clinton, are you voting for bailing out big companies during these times of financial turmoil?
Of course not, because everybody, no matter race, religion, political preference, sexual preference, age, should have Universal Health Care…

Pero bueno, los demócratas elegieron al senador Obama; los miembros de la prensa, especialmente los “periodistas” de Fox News, that guy Bill O'Reilly (con su segunda intención), lo trataron con mano de seda, y a Hillary por poco y la lapidan. Imagino que la prensa, sin quitarle mérito, que lo tiene, y carisma, que lo tiene, al senador Obama, no quería verse envuelta en alegatos de racismo. La comunidad negra es bien activa, Al Sharpton, en denunciar injusticias por cuestiones de raza, y los periodistas, artistas, etc., saben muy bien hacia dónde se van sus carreras si son acusados de racistas, ask Michael Richards aka Kramer. Hay que entender que los negros en Estados Unidos han sufrido la discriminación en todos los ámbitos, por eso son muy sensibles; es bueno recordar que hace apenas 45 años el presidente Kennedy, un demócrata, tuvo que enviar a la guardia nacional para proteger a dos, dos, dos estudiantes negros en la Universidad de Alabama.

Pero bueno, Obama es el candidato demócrata, el candidato que todos los latinos debemos apoyar, y no es porque es negro e igual que nosotros pertenece a una minoría, no, es porque Estados Unidos, y el Universo, deben castigar con una derrota a los republicanos. “El gringo promedio le hace mucho daño al resto del mundo”, dijo el eminente analista geopolítico dominicano Diego Federico José Infante Henríquez en una conferencia en el prestigioso Parada 77, y es verdad, sólo hay que ver la tasa de desempleo del mundo, el precio del petróleo, la escasez alimenticia, los huracanes, el dengue, los terremotos, la leptospirosis, Irak, después que los republicanos están ahí, gracias al voto, dos veces, del gringo promedio y de los latinos de la Florida, es decir, cubanos de Miami que no perdonan a los demócratas por haber entregado a Elián González a su legítimo padre.

Y los demócratas se encuentran en una situación difícil, su candidato es negro en un país de mayoría blanca. Otra cosa que no ayuda es el nombre del candidato, Barack Obama, tan cerca de Osama (no voy a hacer como los "periodistas" de Fox News, that guy Bill O'Reilly, y tirar aquí de gratis su segundo nombre, Hussein). En este país solo hay como 5 ciudades, el resto es Heartland, hermoso eufemismo para campo, para habitats de ignorantes criaturas llenas de prejuicios dignas de una novela de Faulkner o de un cuento de Flannery O'Connors; es bueno recordar que en Alabama hace muy pocos años que se está enseñando la teoría de la Evolución (aunque los libros deben presentar una advertencia: "No one was present when life appeared on earth, therefore, any statements about life's origins should be considered as theory, not fact); como dice Stephen Colbert, a los dinosaurios por esos lados se les conoce como Caballos de Jesús. Y a estas criaturas, cuando se encuentren votando, no les será fácil elegir a un negro como su presidente, no importa que estén perdiendo sus casas por no poder pagar la hipóteca; no importa el desastre económico efecto del gobierno de Bush; no importa que el candidato republicano tenga 143 años; no importa que la Vice elegida, Sarah Palin, sea considerada una imbécil hasta por los republicanos en Alaska (Lyda Green, State Senate President: "She is not prepared to be governor. How can she be prepared to be vice president or president? Look what she's done to this state. What would she do to the nation?"), además de ser una ultra conservadora opuesta a todo lo que signifique alivio o felicidad para las masas que no crean en Jehová Jesús Cristo Dios como su único salvador, experta en política internacional (según los "periodistas" de Fox News, that guy Bill O'Reilly, sin rastro de sarcasmo en sus afirmaciones) porque desde la ventana de su habitación se ve un pedacito de Rusia. “As the South goes, so goes the Nation”, creo que dijo un general esclavista minutos antes de ser fusilado, frase muchas veces justificada por los resultados electorales, y la última encuesta en el Sur es McCain 50%, Obama 45%.

“Yo voto hasta por un pollo que sea el candidato demócrata”, dice mi sabia mamá, y me alegro que sea ciudadana americana y pueda votar, y vengarse de este gobierno que ha hecho que su cheque del Social Security compre cada mes menos leche Ensure, menos jamón de pavo, que la ha hecho llorar tanto mirando en Primer Infarto a tantas madres latinas llorando sobre ataudes cerrados cubiertos con banderas de rayas y estrellas acabaditos de llegar de Bagdad. Yo no me quiero quedar atrás, yo también estoy haciendo mi parte, como no puedo votar porque sólo tengo greencard, por lo menos me paso estas noches ya frías de principio de otoño convenciendo a mi linda vecina cibaeña recién juramentada ciudadana americana sobre el terrible McCain (tatarabuelo de Bush que para verse de 90 años bebe sangre de niños latinos cada madrugada), sobre la idoneidad de Obama, inventor del Internet (esto no la asombró ni impresionó mucho), quien en estos momentos se encuentra en un laboratorio creando un jarabe para la cura definitiva del asma (esto la hizo abrir los ojos, su hijita sufre de asma), y una crema para eliminar la celulitis de una sola untada, no que tu cueipazo de piedra la necesita mi amoi.

viernes, septiembre 12, 2008

When jetBlue Lands


I don’t know about you
But when jetBlue lands
And I am still alive
I feel a little energetic
As if some conniving deity
Has given me another chance
Particularly if there was a storm
Thunder and lightning
Flying through dark clouds
tUrBUleNCe
An old woman praying
Jesú ten piedá
A young man hitting his chest
Forgive me God
Throwing up
Forgive me God.

That’s when I make resolutions
That’s my New Year’s Day
I must act my age
Stop smoking cigarettes
Marry a nice faithful woman
No more coke please
Have a child or two
More weed please
Call my friends now and then
Drink only on weekends
Send more money to my mother
Wear shoes and shirts and suits
Say I love you to people I love
Get a 40 years mortgage
Apply for Medicaid
Open a Retirement Savings Account
Be boring
Be bored.

I don’t know about you
But when jetBlue lands
And I am still alive
No flat tire this time
I must say
My shadow feels a little disappointed.

miércoles, septiembre 10, 2008

A Real Nice Old Lady (Guess Who's Coming to Dinner?)

“Oye nene vente acá, I'm not a racist, but black people are lazy puñeta”, me dijo una boricua chofer de guagua pública. “Eso son eso moreno del segundo piso que no reciclan”, me dijo una tía incómoda por botellas en las fundas negras, y no son los morenos del segundo piso que no reciclan, es un tío mío loco con las Coronas sin limón. “Ten cuidao que por ahí viven mucho negro”, me dijo ese mismo tío cuando le informé de un party por Burnside. Ahora bien, esos son casos aislados, no todos los latinos somos racistas. Bueno, eso también podría alegarse de los sureños rubios fanáticos de Lynyrd Skynyrd que se bañan entre las serpientes mocasines en el Mississippi. Pero la abuela de mi amigo sí era racista, pero sólo con los negros de cualquier país, comía e puerco, los hindúes, jabibis fruteros, los árabes pobres, talibanes terroristas, y los chinos, chinos. Ella no era racista con los gringos, con los europeos; no importaba la calaña del hombre si su piel era blanca; no importaba la bondad del hombre si su piel no era blanca.

“El error más grande de los dominicanos fue matar a Trujillo”, era una de sus perlas. Su esposo fue un estrecho colaborador del régimen, calié, y cuando el tiranicidio tuvo que salir huyendo de una justicia que duró apenas días. La abuela de mi amigo lo siguió a los pocos meses a un apartamento en un downtown Manhattan de un Nueva York que mantenía el glamour de las películas en blanco y negro, abrigos de mink, tertulias de ladrones y sicarios bebiendo champagne con poses de realeza, conspirando contra un Bosch que hedía a integridad y comunismo, apoyando a un Balaguer que odiaba la violencia, pero iba a ejercerla en todos sus gobiernos.

La abuela de mi amigo regresó a Santo Domingo con una bandera colorá en la mano, a celebrar el triunfo del fraude apoyado por los gringos kikirikí. Pero ya estaba enamorada de Nueva York. Le molestaban sobremanera la pobreza en las calles, los dominicanos negros, el calor eterno. “Yo no nací para vivir en este país de negros y mulatos que se creen blancos”, dijo a todomundo, y a su esposo vamos a divorciarnos si no te van a nombrar en el gobierno y tú te vas a quedar a vivir en este infierno. Hizo sus maletas y en el aeropuerto recibió un duro golpe, le rechazaron la visa por haber durado años viviendo en los Estados Unidos sin ser legal alien, sin tener greencard. Los hijos la llevaron desde el aeropuerto hacia una clínica especializada en la depresión, en la demencia temporal.

De eso hace muchos años, el domingo pasado la mujer devota de las causas injustas ya era una anciana ciudadana americana republicana, pero su mente mantenía la misma lucidez apasionada de su rancia juventud, always wrong. Su nieta favorita, ojos verdes, iba a llevar al novio a conocer la familia. Para esto fue preparada una cena. Todos estaban esperando en la sala, todos sabían, todas las caras mostraban la preocupación natural del animal oliendo en el aire una tormenta, nadie imaginaba que cuando la puerta se abriera y el negro novio abrazado a la nieta favorita dijera alegremente, “Good Evening family”, los ojos de la anciana iban a brillar como dos bombillos sometidos a un alto voltaje, que iba a saltar de su antigua mecedora como un Jack in a box, que iba a caer redonda en el mismo medio de la sala, muerta. Pero bueno, ya la vieja del coño esa tenía como 90 años.

sábado, septiembre 06, 2008

The Man I love The Most

El hombre que yo más quiero le mandó dinero en mi nombre a la mujer que yo más quiero; debía llevárselo, tres hijos exigiendo iPhones o Blackberries, lol, omg, IlY, ttyt, what r u doin nigga?, una esposa devota de las tarjetas de crédito y los especiales de Macy's, un perro pastor alemán, dos tortugas, un carro que bailó su último mambo violento en el mismo medio del BQE, durante el rush hour mañanero, en fin, lo necesitaba para ya.

Sábado.
Cielo azul.
2 de la tarde.
84 grados Fahrenheit.
Humedad Relativa 90%.

El tren 6 desde Westchester hacia el fin de Manhattan sólo llegó hasta Parkchester. La línea verde detenida desde Hunts Point; un alma en pena, con todo y sombra Girondo, decidió suicidarse de la manera más horrible; parece que quería llegar al Cielo o al Infierno con una expresión de terror en la cara. Molote sin saber cómo llegar a su destino.

—Porque coñazo, si uté se va a matá, tírese al mar o dese un tiro, no le joda la vida a los demá, hay gente que moletan hata depué de muerto.

Esa era una voz anónima, pero articulaba los pensamientos de todos los que esperábamos por una alternativa en la plataforma de la estación.

"There is not going to be another train in 8 hours. People, stop mumbling, stop cursing. Are you fucking deranged? Are you fucking robots with flesh? Somebody just died, a husband, a father, a son, a brother, a cousin, a friend; a fellow human being was in pain, go take the fucking bus and go to hell", anunció una voz por las bocinas invisibles. A nadie gustó la alternativa.

La MTA dirigió varias guaguas hacia Parkchester. La gente hizo fila bajo el sol, hasta que un hombre, latino, dominicano, tal vez boricua, lo siento mi tierra, rompió el orden metiéndose por delante de una vieja de cabellos rojos. Por fin pude meterme en la tercera guagua, mala suerte. No bien entré mi sentido del olfato fue agredido por los olores, uno en específico, emitidos por un cuerpo vivo, pero que bien podía tener varios días muerto. El cuerpo pertenecía a una mujer joven, hermosa, de ojos grandes, que debería tomar unos minutos, pronto, y tener una conversación con ese tirano.

"Oye cuerpo, vamos a sentarnos a hablar como la gente civilizada, yo misma no sé qué tú pretendes oliendo así, está bien que yo no te baño mucho, pero carajo, no tienes derecho a espantarme a los pretendientes como si fueras Ulises regresando después de 20 años, y ya que estamos hablando te voy a preguntar algo, ¿piensas seguir engordando? Yo no tengo tiempo de meterme en un gimnasio y no me gustan las bicicletas, cada día como menos y ahora me entero que tú, como si pensaras que estamos en el medio del Kalahari, estás reteniendo grasa y líquidos para una escasez futura, tu maldita madre hijo de la gran puta."

Me bajé tres paradas antes oliendo a cebolla y a huevo. Ahí por Sound View había un festival de salsa y de ella e loca con su tíguere, ella ta por mí, y por ti borró, y eso que tú tiene to, y yo ni un kikí. Al doblar en Elder me encuentro de frente con Persio, el modelo, un tipo que trabajó conmigo en un banco quebrado por los ejecutivos y que era, será, es, un patán. Llegó a Nueva York hace 5 años y ya maneja un BMW del 2004, al que no paraba de encender a control remoto, para borrar mis dudas sobre su prosperidad. No, el tipo no vende drogas, aunque debería, él vende Seguro Médico a viejitos casi en la tumba; se pasa los días de asilo en asilo, mirando, de reojo, los movimientos de los labios grises de un veterano de Vietnam que lo llama Son; pasándole el lapicero, sign here, and here, mientras asiente sin escuchar una palabra de esa letanía de soledad. Le dí un número de teléfono equivocado y seguí mi camino, loco por darle una patá a una de las palomas comiendo pan en la acera.

El hombre que yo más quiero trabaja en un Check Cashing de lunes a Navidad, incluido el Día de Pavo. Son sus compañeros una computadora monocromática, una máquina de chiclets grandes como pelotas de ping pong, un vidrio de seis pulgadas y muchos formularios para enviar dinero a todos los países pobres y Cuba y Andorra. No me había dado cuenta, pero su barba está llena de canas.

Of course, thanks Trixy


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