viernes, julio 31, 2009

r U b U l A d A m A y A


Let's take the train
It is up North 7, between Berry and White
Yes funny boy, Barry White
Zablowski?
Come in
Careful with those darts honey
A massage line, no no, I am not going to be the last one
Don't smoke near that pregnant girl
Whisky anyone?
My friend, you are talking in spanish, and very fast too
Coño, me agarraron el culo
Please to meet you
We better go to The Rose
Where the hell are all the coats?
Let us walk you and I
Yes, it really is chilly out here
A scarf keeps you warm, when you wear it on, not when you leave it at home
How many christmas trees, they are going to kill them playing Kenny G.
Ask that guy, it is before the BQE
Look, we are there
That red tree has to be plastic
Where are you from?
From Santo Domingo
What a coincidence, I'm from New Jersey
I am so sorry mami
Who the hell likes balloons?
I think I stink
It is not you, it's the singer
We better go to the Rubulad
What's that?
A very big party
It sounds like a book by Omar Kheyyan
All taxidrivers are from Ecuador
Ground Control to Mayor Tom
Take your protein pill
Put your helmet on
Virgen de la Altagracia
I told you
Look at the ceiling
Look at the floor
Look at the glass
Let us get through that door
They're playing Héctor Lavoe
They're smoking hard in there
Yes, I can smell Bob Marley
You don't have to go to the bathroom, I'll show you
Nobody cares
They're playing Kraftwerk
I am going to dance with my eyes closed
Do you realize?
Nobody has a gun
I think I am up that chandelier
Wake up dear, there is a happy face on your forearm.

lunes, julio 20, 2009

Summer Madness

A mí, imagino que a todomundo, los locos me ponen nervioso. Uno nunca sabe con qué van a salir, y dormirse con un loco despierto es una aventura que muy bien puede acabar con los bomberos visitando tu casa, o tu cuerpo en muchos pedacitos dentro de una funda plástica negra.

Estábamos el sábado pasado en el barbecue de la vecina, que tiene un culo tan grande que necesita dos inodoros (hey, es cierto, en su baño hay dos inodoros), y estaba un sobrinito de ella causando desasosiego entre todos los comensales. La gente trataba de disimular, pero dejaban de hablar cuando el loquito estaba a menos de 5 metros; mirándolo de reojo, evitando sus ojos para tratar de pasar desapercibido, pero sin perderlo de vista.

El muchachito definitivamente está a little funny in the head. Parece que los efectos de la sobredosis de Ritalín que le dieron para tranquilizarlo durante el viaje en carro desde New Jersey hasta el Bronx empezaron a desvanecerse cuando vio toda esta gente sentada bebiendo cerveza y escuchado bachata debajo de una mata de peras en una hermosa tarde de verano. Yo cometí el error de ponerme a contarle un cuento a mi tía Inés, cuando él decidió jugar el entretenido jueguito de tirar objetos para arriba, cayéndome en la cabeza un velón rojo, de esos grandotes que los dominicanos compramos y nunca encendemos, emitiendo el sonido hueco de una colisión entre dos cocos secos. Según me dijeron pasé una hora con la lengua afuera, y después me puse a hablar con la mata de peras, repitiéndole, "Officer, I do have a greencard." 

Y parece que por ser verano los manicomios están dejando las puertas abiertas. Por donde trabajo las aceras están llenas de aviones, trenes, helicópteros, motocicletas, y hasta un carro que compite diariamente en las 500 millas de Indianapolis pues el maldito loco se la pasa dando vueltas alrededor del Wendy's por más de cuatro horas.

Y uno se pregunta, ¿por qué los locos no duermen hasta tarde? El loco con ser loco tiene, no existe la necesidad de punchar una tarjeta de 8 a 5. La locura muy bien puede empezar su labor después del mediodía, o cuando se vaya el sol. 

"Have a nice day Sir... Lady, have a nice day", repite un loco muy dulce y funcional y limpio y obeso, por lo menos primo hermano de Edgar Vivar, Ñoño, cuando entra al Banco desde que abren la puerta. "Have a nice day Sir... Lady, have a nice day", le repite, manteniendo su distancia, a todos lo clientes, creando inquietud en quienes no saben que no es más que un loco manso. Diferente es la abuela de la Chimoltrufia, una vieja de 124 años, 100 de ellos sin bañarse, a la que yo bauticé como la Destruye Filas ya que cuando entra a una todomundo deja el claro como si hubiesen tirao un peo químico. Su tufo traspasa el vidrio contra balas haciéndote vomitar, si comiste, y haciéndote perder el apetito, si no has comido.

Y uno se pregunta, ¿tienen familiares todos estos locos? ¿Hijos, hermanos, sobrinos, tíos, esposos, amigos? Una constante encuentro entre todos estos infelices, o felices, who knows, que pululan por todo lo largo de la East Tremont, los seres con los que hablan son imaginarios; como a Paul Auster cuando se murió su papá, la soledad los rodea como la clara de un huevo rodea el embrión de un pájaro.

viernes, julio 17, 2009

TPZ by Javier G. Cozzolino


EDITORIAL UNIVERSOS presenta el libro de relatos Tulipanes para Zamudio, de Javier G. Cozzolino.

Los personajes de Tulipanes para Zamudio viven al límite: son seres inadaptados, que habitan este principio de siglo bajo el signo de la sospecha y la derrota. Algunos recorren estos cuentos buscando una salida, y otros encuentran la explicación de su propia naturaleza.

Zamudio es un periodista que asiste y resiste ante la última oportunidad de ser alguien. Beto es un hombre brutal y simple, que atraviesa varios de los relatos de este volumen arrasándolo todo a su paso, envuelto en sexo y violencia. La responsabilidad de los hijos ataca a ambos personajes. Zamudio participó en la edición de un libro verde, un libro que contiene una historia. Beto pierde un hijo. Elsa Gutierrez nació sin orejas. También están Shultz, Ming y Ming II. Son historias de derrotados.

Javier G. Cozzolino firma su primer libro de relatos con una prosa deslumbrantemente fresca, llena de giros dialectales, con la que acercarse a la realidad sin deformarla, pero diagnosticando al mismo tiempo los males de la cotidianiedad.

La compra del libro fuera de España se efectuará por medio de un correo a editorialuniversos@yahoo.es donde se facilitarán los datos necesarios para finalizar la transacción. El precio será el mismo que el existente para el mercado español (en el caso de “Tulipanes para Zamudio”, 15 €). Los gastos de envío corren por cuenta de la editorial.

Javier G Cozzolino fue alumbrado en Buenos Aires (1973). Redactor, editor, periodista, es sobrino nieto de Eduardo González Lanuza, escritor español que llevó, junto a Borges, el Ultraísmo a Argentina. Vive en el Barrio de Almagro (Buenos Aires). Colabora en diferentes medios y es uno de los pocos escritores argentinos de la prestigiosa revista de literatura y artes marciales Hermano Cerdo.


miércoles, julio 15, 2009

Animal Planet


Anoche, un hombre le entró a golpes a una mujer en Trío Café.
Anoche, un orangután de 300 libras
patá y trompá
por media hora
a una rubita
con cara de demonia.
Y había una multitud, y un chino.
Y habían como 500 pistolas porque en Santo Domingo
todomundo anda armao.
Anoche, esa rubita deseó ser un perra.
Sí, una poodle de esas que jieden un día sí,
y el otro también
porque de seguro hubiesen salío los defensores
de los animales, de los árboles, y otras cosas más importantes.

jueves, julio 02, 2009

ynk

Después de textiar varias veces sin recibir respuestas, no reply, Orlando supo que a Marilú le había pasado algo. Cuando sonó su Blackberry, ya el corazón estaba preparado para recibir la noticia de la tragedia; casi pudo adivinar lo que diría la voz desconocida, aunque él lo había imaginado en español:

“Hi, is this Olandou Cruos?” 

“Sí.” 

“Sir, I am very sorry to inform you that your wife just had an accident…”

Salió corriendo de la cocina sin quitarse el delantal ni el sombrero de "chef" que ella le había regalado. ¿Y qué pasó güey?, le preguntaron a coro tres mexicanos ya expertos en los tostones. Marilú tuvo un asidente, accident accident…, dijo, sin detenerse, dejando las ollas hirviendo, los sartenes ardiendo, y en el pilón, unos plátanos esperando aceite y chicharrón para subir el status a mofongo. Un sensible pela víveres, acabado de llegar de Laredo, se cortó un dedo.

Afuera del restaurant, el desfile de hombres deformes en esas camisetas sin mangas denominadas wife-beaters mostraba la cara fea del final de la primavera, anunciando que en este verano, caminando las calles del Bronx, en el medio de esta asquerosa y varonil explosión de pelos, es muy posible que se descubra el tan cacareado y elusivo Eslabón Perdido. Antes de llegar a Jerome St se encontró de frente con el Hombre-que-casi-casi-se-saca-la-loto-todos-los-martes-y-viernes; pero esta vez Orlando no tenía el tiempo para pararse a escuchar la historia sobre jugué el 51 y el 15 y salieron el 51 y el 51 o cualquier otro ananúmero. Juega el 20 con 03, escuchó, entrando en el taxi manejado por un africano con una camisa de grandes flores verdes sobre un fondo azul marino tal vez inspirada en los escenarios acuáticos de Bob Esponja.

Fue al baño y le envió un text message: “Me gutas mucho.” Cuando se sentó, frente a él estaba una sonrisa puta. El Blackberry vibró en su bolsillo, “Y tú a mí.” Así pasó la segunda cita, una conversación tímida entre las dos personas que compartían una paella extra mariscos en Marisco Center; otra conversación de texts mucho más íntima y silenciosa entre los dos celulares. Es tan fácil para los tímidos atreverse sobre el teclado de un Blackberry o de un Sidekick, tan fácil desnudarse frente al Skype. Al poco tiempo de conocer a una persona se envían texts eróticos, secretos del alma, preguntas indiscretas, versos malos. Y ahora, con la modalidad del sexting, la gente se pajea en un tapón en el terrible Brooklyn Queens Expressway.

Y si, según Sandburg, el Slang Callejero es cuando el idioma se quita el abrigo, se arremanga la camisa, se escupe las manos y se faja a trabajar; entonces el Slang del Infernet y celulares es cuando el idioma se quita los zapatos, se sienta en una mecedora y empieza a hablar banalidades. Aunque algunos se confundan, este Slang no es hablar como Yoda.

  • ily: I love you
  • aysos: Are you stupid or something?
  • lol: JAJAJAJAJAJA

Pero Orlando y Marilú no los usaban. Escribían palabras enteras con la respectiva licencia cibernética de faltas ortográficas, pequeñas dulzuras mami papi mivi mici mico mingui y demás. A lo más que llegaron fue al KLK. Eso sí, se enviaban 200 texts msg en un día. Orlando tecleaba rodeado de ollas y vainas verdes y aves y mamíferos muertos en su trabajo de cocinero, digo, Chef, del Bohío Dominicano (aquí debo respetar el deseo callado de Orlando de querer que lo llamen Chef; alega que porque él cocine en un restaurant que ofrece Plato del Día, usualmente arroz con habichuela por arriba y par de pedazos guisados de algún animal, tiene el mismo derecho a ser llamado Chef que alguien que cocine en un restaurant con platos en francés o crudos, entiéndase Sushi); Marilú contestaba mientras cambiaba un cheque o recibía un depósito o vendía Travellers Checks o bonos del gobierno o etc en su puesto en el counter con vidrios a prueba de balas de Cajera Bancaria (la supervisora le llamó varias veces la atención, debido a la frecuencia de sus faltantes).

Marilú estaba en coma, con tubos y máquinas. Al lado de su cama Orlando comprendió lo solos que estaban en Nueva York; ella era su familia, él era la familia de ella. Todomundo en República Dominicana. ¿A quién llamar para que venga a hacer vela frente a la muerte? A nadie. La única llamada que tenía y no quería hacer era a Bonao, la suegra. Ay Virgen de la Altagracia Doña Niña se nos muere Marilú. El sábado iban a ir a Manhattan a escoger nuevos celulares. Los cambiaban cada tres meses. Un entremetío le preguntó por qué los cambiaban si estaban nuevos y Orlando le dio el único boche que había dado en su vida, Porque uno se jarta de las cosas.

En la mañana del entierro fue a T-Mobile y cambió los celulares; en los segundos delirantes que despertó para despedirse, ella le susurró "Yo no me quiero morir con este celular." Así que Marilú fue enterrada con un Blackberry nuevecito sobre la barriga. Orlando, todavía hoy, le textea mensajes tiernos, you never know. Muchos pueden decir que es un imbécil, a mí me gusta pensar que es un optimista.

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