viernes, octubre 25, 2013

Dickens in Camp by Bret Harte


Sobre los pinos la luna se desplazaba lentamente,
El río cantaba abajo,
Las Sierras tenues, mucho más allá, elevando
Sus minaretes de nieve.

La rugiente hoguera, con humor grosero, pintaba
Los tonos rojizos de la salud
En rostro demacrado que se inclinaba y desmayaba
En la feroz carrera por la riqueza;

Hasta que uno se levantó, y del escaso tesoro de su paquete
Un volumen atesorado sacó,
Y las cartas fueron soltadas de las manos de ocio apático
Para escuchar el cuento de nuevo;

Y entonces, mientras las sombras alrededor se juntaban más rápido,
Y mientas la luz del fuego caía,
Él leyó en voz alta el libro donde el Maestro
Había escrito sobre "Pequeña Nell".

Quizás fue el capricho juvenil, porque el lector
Era el más joven de todos ellos,
Pero, mientras él leía, desde el pino enramado y cedro
Un silencio parecía caer;

Los abetos, juntándose más cerca en las sombras,
Escuchaban en cada rociada,
Mientras el campamento entero, con "Nell" en prados Ingleses,
Vagó y perdió su camino.

introducing bird


Siempre que una especie se introduce a un habitat, medio organizado ya por par de décadas, las especies que lo habitan anhelan vehementemente que la misma no cause un problema muy grave, porque el guaraguao es un pájaro inocente, pero si usted suelta uno en el cielo newyorkino, después que haya despertado de su nota de pastillas de dormir con ron, un mediodía de un verano sin mucha humedad, no será grata la sorpresa rapaz que encontrarán los cardenales, los azulejos y otras avecillas, para no mencionar las palomas que son una peste, inocentes también, pero son una peste.

Es mejor introducir la Amazona ventralis, mejor conocida por la plebe irrespetuosa del Latín, y del Griego también, por el mote vulgar de placer efímero: Cotorra. No tratará de comerse a nadie que no sea un guineo; aunque algunos buhos rubios la considerarán demasiada bullosa y parlanchín sobre todo cuando vaya a llover; aunque le cueste mucho trabajo llegando Octubre y para no morir bajo nieve tener que volar muchas millas hacia Miami rompiendo a cada rato la ordenada V de los patos, poniéndolos nerviosos allá arriba en las nubes con sus Cuca cuero, Cuca cold.

jueves, octubre 24, 2013

that pigeon


Entonces, esa paloma, parece, que definitivamente, dejaba el palomar. Lo supe porque fueron varias maletas y cajas y dos bultos de esos que los dominicanyorks llaman TEAMO porque hay que abrazarlos para poderlos mover un centímetro.

Entonces, ese palomo, congelándose del frío porque estaba friísimo de invierno y él sólo tenía puesto una camiseta blanca de esas que se usan debajo de las camisas y hasta sin gorrito, sombrero, o gorra, ayudó a esa paloma con esos motetes hasta que se cerró ese baúl de ese carro verde y ella se despidió de él con un abrazo de esos echa la cola para atrás.

Entonces, ese palomo, sintiendo punzones en la baja espalda de esos que debieron sentir su madre y su hermano un poco antes de ser operados en el Lutheran Brooklyn Hospital, se quedó mirando ese carro verde hasta que dobló en Atlantic Avenue sin ser chocado por un camión de bomberos de esos que son manejados por irlandeses.

Entonces, ese palomo, antes de entrar al nido soltero, pensó, "Diache, yo sí soy un palomo."

Sé que pensó eso porque ese palomo, ese palomo, ese palomo, soy yo.

miércoles, octubre 23, 2013

a case of mild latino vandalism


Los mismos que aplauden, y fomentan, el caso de leve vandalismo latino de Bañksy, el artista del graffiti que está cambiando la N del tren N por Ñ, son los mismos que cuando se hacen ciudadanos, por vergüenza a abrir el pico para pedir un traductor o tratar de machacar el inglés, dejan que un gringo le mutile el nombre con un typo fonético, pero también con consecuencias reales y psicológicas como apellidarse Pena en lugar de Peña, Calcano en lugar de Calcaño. Si el gringo burocrático le dice que no encuentra la ñ en el teclado nórdico, siempre tenga a mano la combinación Alt + 164 (minúscula) y Alt + 165 (mayúscula), y la atrevida letra aparecerá de forma natural en su greencard.

A mí me gusta y me causa gracia la obra de Ñañksy, como dijo un pana: "Le ta poniendo bigote a la N", pero no con esa trinidad caribeña de solazo, bachata y pistola, esa misma que a control remoto nubla la mente del individuo al nivel de inducirlo a declarar sin ton ni son "A mí me gusta la Ñ coño" mientras camina por downtown al lado de personas que han visto la palabra Inverness, que han leído a Shakespeare, a Dickens, a Ezra Pound, a De Quincey, en inglés. Otra cosa, la N es políglota y diversa, no merece esta sodomizacion, my god, es la virginal, aunque traqueteada, N de New York.

A ver, ¿quién le está preguntando a usted si le gusta la Ñ coño? No veo a nadie en eso, ni siquiera le preguntan que cómo está. El inglés estaba aquí ya, primero si obviamos las sacrificadas lenguas indígenas, y tiene tanto mérito como cualquier otro idioma a tratar de ser aprendido y disfrutado. Las invasiones son odiosas, aunque no haya sangre, y también pueden ser lingüísticas y eufónicas.

El inglés se ha metido en el español y en todos los idiomas por razones prácticas y de supervivencia. El gran comercio gringo, terrible hijo de Inglaterra, impone su idioma, como lo haría cualquiera que tenga ese poder pecuniario y además muchas bombas. Heavy. Cool. Friend. I love you, Whisky, son palabras que han entrado de golpe al español, para no mencionar twitter, facebook, link, tag. No fue que nadie se paró y dijo que les gustaron esas palabras seguido de una mala palabra vernácula seguida de un trago de ron puro.

Así que si usted no tiene el talento con culo y grammies de Shakira, o el talento con tetas y nominaciones Golden Globe de Sofia Vergara, o el talento con Pulitzer de Junot Díaz (el de Zoe Saldana parece que no es suficiente) vaya a la RAE con una ametralladora y un peo químico y oblíguelos a aceptar "feisbú" y "jaigüei". Yes, haga lo que a usted le dé la gana, como imagino que siempre hace si no es un palomo educado, y viva feliz cambiando N por Ñ o Ñ por N cada vez que le salga del estómago, pero por lo que más quiera, si va a twittear un tweet sobre algo importante y solemne tenga cuidado con año.

viernes, octubre 18, 2013

Levels of Life by Julian Barnes


No eran sólo los habitantes de los bosques que temían que la cámara podría robarles el alma. Nadar recordó que Balzac tenía una teoría del ser, según la cual la esencia de una persona se compone de una serie casi infinita de capas espectrales, una superpuesta sobre la siguiente. El novelista creía, además, que durante la 'operación Daguerreana' una de esas capas era despojada y retenida por el instrumento mágico. Nadar no podía recordar si esta capa era supuestamente perdida para siempre, o si la regeneración era posible, a pesar de que atrevidamente sugirió que, dada la corpulencia de Balzac, él tenía menos que temer que la mayoría de tener unas pocas capas espectrales eliminadas. Pero esta teoría, o temor, no era exclusiva de Balzac. Fue compartida por sus amigos escritores Gautier y Nerval, que constituyen lo que Nadar denominó un 'trío cabalístico'.

jueves, octubre 17, 2013

Cuaderno de Chejov

1901. Diciembre 7. Hablé con L. Tolstoi 
por teléfono.


sábado, octubre 12, 2013

Rosarina sadness


Porque en Rosario no encuentras droga
No es el verdadero motivo de tu melancolía
Bien sabes lo que dejaste en Buenos Aires.

Por eso, a pesar de que las rosarinas son hermosas
Piernas largas justificando un gentilicio de tallo
Sólo puedes verlas con ojos de tío materno.

Sí, ya eres un viejo
Qué tedioso desnudarte
Frente a alguien que no te importa.

viernes, octubre 11, 2013

American Pest Control (Summertime)



On the whole, the world changes so fast, as if
indeed at a certain point it began to mainline
some muck obtained from a swarthy alien.
JBrodsky

La primera cucaracha la vio una cliente. Una mami de España que esa noche se quedó a cerrar conmigo. Al otro día el bartender descubrió una colonia debajo del frasco de las cherries. Los hombres happy hour sentados en los taburetes no se inmutaron cuando el haitiano que barre y suapea saltó sobre el freezer de las cervezas, las curianitas corrieron a esconderse por todas partes. Más tarde si levantabas un cenicero, movías una silla, buscabas fósforos, dentro de una jarra, entre los CDs de música electrónica y Totally 80s, en los pastelitos de pollo y en los quipes crudos que cocina la familia del turco socio mío, y que tuvimos que botar a pesar del lamento árabe, encontrabas uno o varios gritos.

El anuncio ocupaba la mitad de una página en las páginas amarillas. Los sellos de la FDA, del FBI, y una bandera de rayas y estrellas certificaban su eficacia.
—Jum, este debe ser caro, pero yo no quiero tener que joder con esta vaina otra vez— dijo el turco.

La fumigación tenía que ser el martes, día de asueto. Quedaron de pasar a las 2. Una moneda al aire decidió que yo les abriría, claro. Ese día desperté con el sosiego de no tener que hacer nada. Acaricié a la española hasta que despertó. El turco llamó en el mejor momento:
—¿Y todavía tú estás acostao? Jum, recuerda que tienes que ir al bar para la fumigación a las 2, ya son la 1 y algo, yo no quisiera que se vayan a ir, tú sabes que la gente en este país no quiere trabajar, que siempre encuentran una excusa para no tener que hacer nada, yo le pregunté y me dijeron que los fumigadores ganan un salario base, que no le dan comisiones por cada fumigación, así que si fumigan o no para ellos es lo mismo.

Salí sin comer. En la calle Amet tenía una redada en cada esquina con armas de combate. Requerían la revista del carro. Si no la tenías te daban un tiro en el dedo de tu elección e incautaban el carro, si además te hacía falta otra cosa como el seguro o la licencia el tiro era en el culo e incautaban el carro. El sol como siempre creía que era agosto. Santa Claus, los renos, los tres reyes magos y los ángeles de escarcha dorada sudaban de vicio. La nieve de plástico se derretía creando cascadas de resina en las paredes de los edificios.

Fumaba en la segunda planta de plaza Cataluña, deseando ser Guacanagarix en una hamaca frente al mar antes de que el eructo genovés de Isabel nos tapara el cielo con una catedral acabando con el summertime de los taínos. La italiana que hace alteraciones para la ropa que queda mal se acercó con una taza de café:
—Me dicen que ustedes no quieren pagar los adornos colectivos de navidad, tienen que entender que todos debemos pagar, si la plaza se descuida todos perdemos, si ustedes no pagan nadie paga, tú sabes que la gente en este país se agarra de cualquier cosa para hacerse el loco, yo sé que ustedes alegan que han tenido que pagar el gasoil de la planta de varios locales, pero eso es porque ustedes están abiertos de noche y los otros locales, aparte del ATM, sólo dejan una que otra lámpara prendida.

Ni siquiera le contesté. Me dediqué a mirar la taza en su mano con la esperanza de que la intensidad de mi odio la hiciera explotar mientras el café estaba caliente. Tuve que conformarme con cortarle los ojos y darle la espalda.

A las tres vi una camioneta de rayas rojas y blancas entrar al adoquín del parqueo. La capota tenía el símbolo de la bandera de Francis Drake pintado en rojo. El taíno cerró la puerta con fuerza. Fue a la parte de atrás, sacó un tanquemochila y una maleta de metal gris. Miró hacia arriba, le señalé los escalones.

—Perdone lo tarde, unos Amet pidiendo revista, con la fila que hay que hacé, el vecino mío tuvo dede las 4 de la mañana en eso y ni así, no habían marbete, cuando llegó su turno, a mí hay que matame pa yo hacé esa fila con este solazo, ¡ja!

La cara y los ojos estaban rojos de irritación. Entramos al bar. Le enseñé la despensa, la cabina del DJ, detrás de los freezers, en los rincones del segundo piso. Su atención iba desde las botellas de ron hasta las botellas de whisky.

—No se preocupe, yo rocío aquí y hasta los viralata que están en la Churchill estarán boca arriba mañana, el gringo dijo que este veneno viene de Afganistán, que los talibane lo usaban, usted sabe que los mosquito de allá son como pollo, hacen asopaos con ellos, dicen que lo inventó el mismo Bin Laden, probao con perros, incluso está prohibío en varios lugares de Europa y Nueva York, usted sabe, esos países ñoños que uno no puede fumar ni en su casa, en Nueva York por poco y le quitan un muchacho a una hermana mía porque ella fumaba en su casa, el mismo muchacho del diablo lo dijo en la escuela, yo lo mato. ¡Ofrézcome cuánto romo y yo en cuaresma!

Salimos. Fue al baño de la plaza a echarle agua al tanquemochila. Lo trajo casi lleno. Botó un poco, otro poco, otro poco, un poco más. Sacó una botellita con un liquido azul oscuro, fluorescente en los rayos del sol.
—¿Y eso no viene con una medida específica?
—Sí, el gringo nos dio un cursillo un domingo, pero la experiencia da esa medida, ni muy mucho ni muy chin—dijo sosteniendo la botellita como si fuera nitroglicerina. Dejó caer algunas gotas.
—¿Cuántas gotas se fueron ahí?—preguntó.
—Y qué sé yo.
—Creo que se fueron como muchas, pero bueno, lo que importa es que mate todo lo que se arrastre o suba paredes dijo el gringo— dijo cerrando la tapa del tanquemochila.

Sacó solemne de la maleta un traje amarillo con el frente cubierto de plomo. Miró mi mirada.
—El gringo dijo que este traje lo usan los doctores que bregan con yodo nuclear, usted sabe, vainas atómicas para el corazón.

Se lo puso muy despacio, se miró en la puerta de vidrio, parecía voluntario de otro Chernobyl. Buscó en la maleta otra vez, la máscara imprescindible no apareció, sacó una especie de antifaz con gomitas a los lados.
—¿Y eso no viene con una máscara especial?
—Sí, se me perdió en Monte Piedad, si la reporto me la cobran, esta está bien.

Se lo puso, se lo quitó, se lo puso, lo acomodó como pudo, respiró profundo y entró caminando despacio, como en la luna.

Escuché un sonido de aerosol gigante tres veces. No pasó un minuto, el experto salió con estrépito:
—Aaaaahhhhg..., aahhhhhgggg... Ay, ay, ay Diomío...
Las arcadas doblaron su cuerpo.
—Ayyyy, aaay, me muero..., ay Diomío..., ay Diomío... Aaaaahhhhgggg...
—¿Y qué fue lo que pasó?
—Parece que le eché demasiado, por poco y me voy ahí adentro, ay Diomío, no huelo, aaahhhhhggggg— dijo sosteniendo la pared con una mano.
—Bueno, falta el segundo piso.
Me miró abriendo los ojos hasta ocultar los párpados como un pescado.
—No señor aaaaahhhhg, yo no entro ahí adentro por nadaaaaaahhhhgggg del mundo, no señor aaaaahhhhg.
—Oye pero qué poco profesional son ustedes. Falta el segundo piso— dije tratando de no alzar la voz.
—¿Hay otra entradaaaaahhhhhggggg para el segundo piso?
—No, es un mezanine, la entrada es la misma.
—Yo sí lo siento mucho, si usted quiere nada más pague la mitadaaaaahhhhhggg, yo ahí no entro, aaaaaaahhhhhhhggggggg— y escupió para abajo.
—Por lo menos entra a apagar las luces.
—¿Y paraaaaaahhhhhhhggggg qué usted prendió las luces?

Parece que no se había dado cuenta que el bar era una bóveda de vidrios tintados, adentro siempre era medianoche. Traté de sobornarlo con amenazas, con dinero. Me ofreció el antifaz, lo maldije. Abrí las dos hojas de la puerta. Respiré profundo, entré corriendo en la niebla de Ántrax, apagué la luz, miré el control del aire, respiré un poco, corrí hacia la puerta.

Desperté sobre el sofá de la italiana de Alteraciones con una toalla mojada en la frente. La mujer tocaba en vano mi nariz con un algodón empapado de alcohol. Ella y el marciano de la barbería para niños me llevaron a la clínica Abreu.

El doctor dijo que la pérdida del olfato es temporal, así como esta irritación en los ojos, en la lengua, y claro, en los pulmones.

jueves, octubre 10, 2013

From The Future Of Canadian Literature by Conan Doyle


La gente algunas veces me pregunta si uno puede aprender a escribir. Me temo que uno debe nacer escritor. Puedo recordar un muchacho en la escuela en una clase que era llamada clase de poesía, y en esta clase todomundo tuviera talento o no, tenía que sacar un poema, aunque podría ser difícil reconocerlo como tal. Recuerdo en una ocasión que nos dieron la historia Bíblica de Judith y Holofernes para escribir un poema sobre ella, y un joven compañero lo hirvió todo en dos cortas líneas:

Ella miró hacia el cielo, su espada sacó,
Y cortó la cabeza de Holofernes en dos.

Bien, el maestro no pudo pasar eso y dijo que él debía regresar y hacer otro esfuerzo. La segunda vez que él apareció escribió:

Su espada ella sacó, miró hacia lo alto,
Y cortó su garganta de ojo a ojo.

Estos son ejemplos de hacer literatura donde no existe literatura. Uno debe seguramente tener ese instinto nacido, uno debe emocionarse con la música de las palabras.

Otra cosa es la actitud hacia la crítica. Uno no debería temer la crítica -es mucho mejor que la adulación. Yo solía tener una tarjeta colgada sobre mi escritorio la cual algunas veces era fuente de comfort. Tenía estas líneas:

Critics flatter, no matter
Critics curse, none the worse
Critics kind, never mind
Do your best, hang the rest

Otra cosa que uno necesita mucho en literatura, y la cual, quizás, no siempre en el apresuramiento nos damos suficiente, es una separación tranquila; el hombre sabio es aquel que recuerda eso, y quien de tiempo en tiempo deja todo y se va hacia lugares tranquilos con sus libros, y allí toma semanas y meses construyéndose, mejorando su propia educación; y entonces, yo pienso, cuando regresa puede posiblemente darle al público algo digno de ellos y de él mismo.

lunes, octubre 07, 2013

Racism from Belle Isle


Ayer en la tarde fui a lamber donde una querida pariente en el Alto Manhattan y tenían puesta una película con Morgan Freeman y Virginia Madsen. En una escena Freeman y Madsen bailan un bolero pegao, y una de las criaturas comensales  exclamó:

"Oh, ¿y qué hace esa rubia quemando con ese moreno?"
"No e de veidá, e soñando que ta ei moreno," dijo otra criatura de las que allí lambían.
"Yo sabía," dijo la criatura original.

De niño a uno le decían que se lo iba a comer un haitiano si se portaba mal. Crecimos, algunos más que otros, y aunque olvidamos muchas de las cosas buenas y reales que nos enseñaron, no olvidamos la locura bruta y bobería bestial del odio hacia los haitianos. 

De hecho, lo cogimos tan a pecho que ahora la cosa cambió, y son las madres haitianas que deben decirle a sus niños nacidos en República Dominicana que si se portan mal va a venir un mamañema cuco dominicano que, aunque no se los va a comer porque les tiene asco, por lo menos los va a mandar hacia un país donde no han nacido ni han ido nunca: Haití.

domingo, octubre 06, 2013

Three Dominican Farts



sábado, octubre 05, 2013

The Braindead Megaphone


Jennison fue el primero que estableció la existencia de las llamadas "naciones-fluidas," entidades funcionalmente idénticas a las naciones más tradicionales basadas geográficamente ("geo-naciones .)

La ciudadanía en una nación fluida no es contingente a la residencia en un espacio físico compartido (es decir, dentro de "fronteras") sino, más bien, en sostener comúnmente "los valores, las lealtades, los patrones habituales de comportamiento" que existen a través de  las fronteras geo-nacionales.

Ejemplos de naciones fluidas:

Hombre Que Pescan

Personas Que Dicen Que Odian La Televisión Pero Admiten Verla Sólo Para relajarse

Mujeres Que Cuando Borrachas Reprenden El Deporte Del Boxeo

Personas De Edad Avanzada Cuyo Primer Pensamiento Al Enterarse De Una Muerte Es Alivio Que Todavía Están Vivos

Hombres Que Se Sientan Tarde En La Noche Mirando Con Amor A Sus Niños Durmiendo

Granjeros Que Murmuran Oraciones Mientras Trabajaban En Su Campo

Examinadores Clandestinos De Sus Propias Secreciones Nasales Endurecidas

Secretamente Siempre Creen Que Son Los Más Feos En La Habitación

Personas Renuentes A Matar Por Una Abstracción

miércoles, octubre 02, 2013

Words of Comfort FB


Alguien sube una foto de un pariente muerto a FB.
Varios amigos le dan "like" porque quizás no tienen tiempo para escribir:

"Un fuerte abrazo, hermano. Te quiero."

Y entre los comments de pésame y dolor y nostalgia encontramos:

Afriend: No comprendo los "likes" en esta noticia.

Anotherfriend: Afriend más allá del significado de la palabra "like", los likes de Facebook no implican aprobación o que te guste. Son solo una métrica de ínteres y que dan relevancia a la nota que los lleva. Cuando sale en un medio algun hecho violento y la gente le da like, tampoco es que les guste la noticia, sino que quieren que sea más relevante y más personas se enteren. Aunque supongo que eso ya lo sabías.

Afriend: Hace lógica. Debo dejar de ser tan ortodoxo con la lengua, que ya de por sí, lo es mucho. Gracias Anotherfriend.

Anotherfriend: Afriend de nada, esa fue mi buena obra del día. Aunque tu inquietud no es errónea per se. Por ejemplo, a los medios FB les da la opción de cambiar la palabra Like por Recommend en sus páginas precisamente por esa razón que motivó tu pregunta, pero muchos no lo cambian.

Mutualfriend unfriended you both

In Persuasion Nation by Saunders

Un hombre y una mujer sentados en un campo de margaritas.
"¿Para siempre?" dice él.
"Para siempre" dice ella, y se besan.
Un Twinkie gigante pasa corriendo, perseguido quizás por doscientas mujeres jóvenes.
La mujer salta a sus pies y corre para atrapar el Twinkie.
"La cosa más dulce en el mundo", dice la voz en off, "se puso más dulce."
El hombre se sienta tristemente en el campo de margaritas. Por suerte un Ding Dong gigante pasa corriendo, perseguido quizás por doscientos hombres jóvenes.
El hombre salta a sus pies y corre para atrapar el Ding Dong.
"Pero no preocuparse," dice la voz en off. "Hay bastante dulzura para todos."

THESWING

Algo tan tranquilizador como montarse en un columpio del Bronx Zoo 
una tarde de otoño que no hace ni calor ni frío.
Es mejor que un cita con un psiquiatra que no medique drogas rápido.
Fuin y fuan recordando cuando de niño en un pueblo dominicano
te encaramabas en el artefacto rústico y demasiado artesanal 
que consistía en una goma amarrada a una rama de una mata de mango 
con una soga que se rompía cuando más gusto estabas cogiendo.
Esperar el estrallón que no llega y mirar a tu alrededor 
y darte cuenta que todavía quedan familias 
que se ponen de acuerdo para ponerse el mismo día
los pantalones de camuflaje que uno de ellos
compró para todos sin olvidar el bebé de dos años.

Confidence Man: His Masquerade


"¿Cuál es tu nombre, viejo muchacho?" dijo un boyero de cara púrpura, poniendo su grande mano púrpura sobre la lana espesa del lisiado, como si fuera la frente rizada de un buey negro.
"Er Negro Guinea ello me llama, sañor."
"¿Y quién es tu amo, Guinea?"
"Oh sañor, yo soy er perro cin amo."
"Un perro libre, ¿eh? Bien, en tu cuenta, lo siento por eso, Guinea. Perros sin amos lo pasan mal."
"Así ello lo pasan, sañor; así ello lo pasan..."
"¿Pero dónde vives?"
"Todo largo de la costa, sañor."
"San Luis, ¿ah? ¿Dónde duermes allá en las noches?
"En er piso der horno der buen panadero, sañor."
"¿Cuál panadero? Me gustaría saber, hornea tal pan negro en su horno, al lado de sus agradables rollos blancos, también. ¿Quién es ese panadero tan caritativo?"
"Ahí él estar," con una ancha sonrisa levantando su pandereta sobre su cabeza.
"El sol es el panadero, ¿eh?"

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