miércoles, noviembre 27, 2013

Thanks San Guivin


Como soy hija de padres modernos, ellos están divorciados. Y yo soy feliz porque tengo dos casas. Mi papá se casó con una mujer que me quiere mucho y me dieron dos hermanitos. Mi mamá no se ha vuelto a casar y ojalá no le pase como a mi abuela que no se volvió a casar para no meter un hombre en la casa mientras sus hijas crecían y hoy está sola y sin rumbo.

Como estudio en un colegio gringo y gran parte de mi familia vive en Estados Unidos considero el Thanksgiving como una tradición. En mi colegio sólo dan clases hasta el miércoles y es una de las fiestas que más disfruto. Siempre ceno en mi casa con mi mamá y mi tío y varios amigos y me divierto mucho. No tanto por el pavo y toda la comida si no por el aire de fiesta que invade la casa desde temprano con la música y los olores y el corre corre de la cocina. Mi tío dice que le encanta el día de San Guivin (aunque dice que no sabe qué santo fue ese) porque un jueves cualquiera que de cena le hubiese tocado pan con queso se convierte en un festín hasta con vino y por eso él no entiende a la gente que critica que se tome un motivo cualquiera para juntarse con las personas que uno quiere y celebrar y reír. Él dice que si por él fuera en República Dominicana se celebrara hasta la llegada de Genghis Khan a Elías Piña, aunque yo le dije que eso no pasó.

Este año me tocó cenar en casa de mi papá. Mi mamá hizo el moro de guandules con bacon y la ensalada con uvas con queso feta; la esposa de mi papá se encargó del pavo y de la apple yam casserole y de las mazorcas de maíz, y todo quedó muy bueno. Mi tío no pudo venir porque le dolía la garganta pero yo creo que era para evitar a mi abuela que en todas las reuniones familiares se le sienta al lado y para hablar le pone la mano y a todo lo que él dice ella contesta alzando la voz: "Yo soy doctora."

Al final de la cena todos estaban satisfechos y algunos ya no hablaban. Empezaron a irse porque al otro día tenían trabajo y además todomundo sabe que el pavo da muchísimo sueño y que los dominicanos desde que comemos dejamos el claro. Como siempre sobró comida y nos vamos a pasar todo el fin de semana calentando pavo y moro y apple yam casserole y le mandé a Tío una bandeja con mucho de todo y estoy segura que si alguien va a dar las gracias saboreando será él. Es una lástima que se acabaron las mazorcas de maíz, estaban tan tiernas.

martes, noviembre 19, 2013

So Forth by Brodsky

El verano terminará. Septiembre vendrá. Una vez más es okey cazar
pato, becada, perdiz, codorniz. "Has crecido largo en el diente,"
una bella puede suspirar, y tú cargarás tu doble cañón,
pero para inhalar más oxígeno más bien que para poner en peligro al
urogallo. Y el afilado pulmón se contraerá al repentino soplo
de albaricoques. En el todo, el mundo cambia tan rápido, como si
de hecho en un cierto punto comenzó a delinear
alguna porquería obtenida de un extranjero moreno.

El punto, claro, no es el otoño. Y no las facciones propias de uno, las cuales 
se alteran como las de un animal acercándose a quien lo atrapará. 
Pero este sensación de pincel diminuto dejado ocioso 
al lado del cuadro que carece de marco, un comienzo, un fin, un medio.
Para no mencionar una galería, no mencionar un clavo.
Y un tren en la distancia corre silbando a lo largo del riel,
aunque tú no atisbarás humo inspeccionando su inventario.
Pero en vista de un paisaje, el movimiento es obligatorio.

Sobre eso es la velocidad. La bella tenía razón. ¿Qué 
un antiguo romano, si se hubiese levantado ahora, reconocería? Una pila 
de leña, el azul allá, la textura de una nube,
agua plana, algo en la arquitectura,
pero a nadie por cara. Así es como algunas gentes todavía sí 
viajan al extranjero a veces, pero, sin derecho 
a la vida futura, se escabullen de regreso a casa escondiendo sus ojos en terror.
Y aún no asentado después del tremor de despedida

un pañuelo todavía revolotea en el aire. Los otros que tuvieron la suerte
de amar algo mucho más que la vida, sabiendo todo el tiempo
que la decrepitud es, después de todo, esa vida 
futura, surgen blanco-mármol en el sol sin conseguir bronceado y a menudo,
parciales en su camino hacia los placeres de la historia, miran 
fijamente algún punto en la distancia. Y cuanto mayor es la bruma de la última,
más puntos hay como este desafiando la puntería y el cartucho de uno,
más moteados se vuelven los huevos de codorniz, becada, urogallo, perdiz.

sábado, noviembre 16, 2013

Swollen River


Yo tuve la suerte del río Yuna, mejor que cualquier piscina de ciudad, eso sí, pero sin punto de comparación con el Mar Caribe. Y tal vez por eso me entretienen mucho las historias que tienen que ver con crecida de ríos hasta la consecuencia de tragedia, muchas veces vi un río tocando puertas a las tres de la mañana, ese estruendo que te obliga a prolongar indefinidamente un fin de semana en una montaña, mirando el desastre que arrastra árboles y animales, y si la cosa es con ciclón se la vendo bien barata.

Faulkner, Mientras Agonizo, enfrenta el río con una caravana fúnebre, ya hay una muerta en el medio con ataúd y todo, y la temeridad se siente por demás innecesaria, valientes con motivos secretos, usted sabe que lo que viene no puede ser agradable y la ansiedad lo envuelve porque además no se le ha dicho el resultado de la tragedia.

"Cash se fue de vista, todavía abrazando el ataúd, y entonces yo no podía decir nada por el caballo abalanzándose y chapoteando. Yo pensé que Cash se había rendido entonces y fue nadando por ella y yo estaba gritándole a Jewel que regresara y entonces todo de repente él y el caballo se hundieron también y pensé que todos se estaban yendo. Yo sabía que el caballo había arrastrado el vado también, y con ese caballo salvaje ahogándose y esa carreta y esa caja suelta, iba a ser muy malo, y ahí estaba yo, hasta las rodillas en el agua, gritándole a Anse detrás de mí: '¿Ve lo que ha hecho ahora? ¿Ve lo que ha hecho ahora?'"

Rulfo, Es Que Somos Muy Pobres, no enfrenta a nadie con el río. La cosa pasó y llegan los damnificados a comprobar la tragedia, se predice un futuro incierto y sórdido como consecuencia de la crecida. Adiós puente, tamarindos y animales de granja.

"Mi hermana y yo volvimos a ir por la tarde a mirar aquel amontonadero de agua que cada vez se hace más espesa y oscura y que pasa ya muy por encima de donde debe estar el puente. Allí nos estuvimos horas y horas sin cansarnos viendo la cosa aquella. Después nos subimos por la barranca, porque queríamos oír bien lo que decía la gente, pues abajo, junto al río, hay un gran ruidazal y sólo se ven las bocas de muchos que se abren y se cierran y como que quieren decir algo; pero no se oye nada."

Kipling, En Tiempo De Inundación, menciona mucho el nombre del río, Barhwi, y su enfrentamiento es solitario, su razón el amor; el narrador que es un viejo nos cuenta su hazaña juvenil y por lo tanto uno sabe que sobrevivió el duelo, aunque se presiente que perdió algo tan valioso como la gallardía.

"Un hombre es una cosa muy pequeña en la barriga de una inundación. Y esta inundación, aunque yo no lo sabía, era la Gran Inundación sobre la cual hombres todavía hablan. Mi hígado fue disuelto y yací como un leño sobre mi espalda en el miedo de Muerte. Había cosas vivas en el agua, llorando y aullando gravemente, bestias del bosque y ganado, y una vez la voz de un hombre pidiendo ayuda."

Bosch, Dos Pesos De Agua, no menciona río específico, tampoco se trata de salir a buscar la aventura como un quijote, es decir, intentar cruzar un río crecido ya sea por H o por R, no, aquí el río va a la casa de la damnificada agarrándola asando batata, sorprendida horrorosamente en toda su vulnerabilidad hogareña, como seguramente fueron sorprendidos los desafortunados que cuando el ciclón George vivían en un pueblo del sur dominicano con el fatídico nombre de Mesopotamia.

"El agua sucia entró por los quicios y empezó a esparcirse en el suelo. Bravo era el viento en la distancia, y a ratos parecía arrancar árboles. Remigia abrió la puerta. Un relámpago lejano alumbró el sitio de Paso Hondo. ¡Agua y agua! Agua aquí, allá, más lejos, entre los troncos escasos, en los lugares pelados. Debía descender de las lomas y en el camino real se formaba un río torrentoso."

miércoles, noviembre 13, 2013

Coffee teller

Mona Hatoum

Hace como 20 años a mí me dio gastritis. Era joven, trabajaba, estudiaba, y tenía amigos viciosos. Salir del trabajo y arrancar para un happy hour en el Meliá era un actividad frecuente. Llegaba a las 5 de la mañana atiborrado de ron barato, shots de colores, etc, me metía debajo de la ducha una hora, dormido mientras el agua fría me caía en la cara, y arrancaba para el trabajo a propasarme con cajeras y clientas, a beber café para no caerme.

Una vida desordenada, una muerte prematura, tal vez un tiro, pero por suerte el estómago empezó actuar irresponsablemente. No digería, como era su deber, sí dolía, como no lo era, y me metieron un tubo con una cámara por la boca, miraron y decidieron ponerme a dieta de vainas hervidas y galleticas de soda con mermelada que podía ser de piña.

Entre las sugerencias estaba dejar vicios, así que dejé el café.

Pero como dice el refrán, si amas un vicio, déjalo, si vuelve a ti... El café regresó a mí con placer renovado. Como estaba bebiendo mucha coca cola el cuerpo me pedía cafeína o me mandaba un dolor de cabeza. Y es lo del cuerpo vicioso, sólo deja un vicio por otro. 

Pero la verdad que eso no importa, y que la influencia anhelada de la digresión inglesa me induce a prologar lo importante, como que gracias a que empecé a beber café descubrí que pertenezco a esa clase dudosamente privilegiada de leedores de taza.

Descubrí que puedo leer la taza al azar, como se descubren las grandes cosas imparciales. Fue ayer, me preparé mi café para fumarme el primer cigarrillo de la mañana, en la terraza que da a los árboles en el este del Bronx Zoo, acechando al sol tan bienvenido en el invierno, bebí el último sorbo sabroso con un chin de borra, miré sin querer el fondo de la taza, y lo vi.

Digo lo vi porque contrario a la creencia de gente que no es científica pero sí charlatana no son las figuras efímeras y vagas que como en un cielo de nubes dispersas dejan bosquejos de sombras que cualquier paciente potencial del test de Rorschach, basado en un pasado dudosísimo y totalmete parcializado, interpreta a su manera, no, es más bien como el Aleph, ese punto que menciona Borges donde se puede ver todo al mismo tiempo, el pasado, el presente, el futuro, la eternidad. 

Pero esa primera vez dejé caer la taza abrumado con la seguridad de que me estaba volviendo loco, las imágenes no cabían en mis párpados, casi me mareo. Pero como me gustó mucho la sensación verdaderamente intoxicante y tan adictiva como la cocaína, el sol seguía subiendo lentamente y tenía mucho tabaco caro, decidí colar café otra vez y fumarme otro cigarrillo y repetir mis movimientos.

Lo logré de una vez. Después de 30 tazas seguidas de 30 cigarrillos puedo decidir lo que quiero ver, es bien fácil, sólo pienso en eso, sin preguntarme nada, y aparece. Por eso pensé en la mujer con la que estoy saliendo, ver qué carajo hace cuando no está conmigo. Nada vulgar ni sórdido, que cada leedor de taza lee según su naturaleza, y yo soy un hombre que si dejan un celular en mi casa lo apago para no atisbar sin querer queriendo quién carajo llama a mi mujer después de medianoche y con insistencia y sin ella ser bombero o doctora, si dejan un facebook o email abierto salto como si fuera una bomba o un ratón, no quiero saber de cuernos si no me lo dicen directamente, si un día me mudo con alguien me compro un carro que la bocina toque la Cucaracha bien duro para anunciar mi llegada y evitar sorpresas que envuelvan hombres; sí le doy la bienvenida a fotos plebes, explícitas, así que pensé en ella y la vi, hermosa y risueña y encuera, también la vi hablando conmigo en una habitación en penumbra de luz naranja, vi su cara de decepción tal vez por algo que dije, o porque en ese preciso momento se dará cuenta de que no goza tanto conmigo, como antes no hace mucho, que soy un amargado y un pesimista, la vi diciéndome que iba a dejarme para siempre.

Pero amable lector, ese dolor será sólo mío, perdone que lo haga perder el tiempo con predicciones cafeteras y tragedia amorosa para un hombre nacido un 22 de agosto, usted disfrute su vida, sea irresponsable sin hacerle daño a nadie intencionalmente, y por favor, viva cada segundo del día como si el mundo fuera a explotar en par de años.

domingo, noviembre 10, 2013

Movember


November is the month of the mustache. For prostate cancer awareness. What's going on with the prostate? It's getting cancer. What can we do? Well, a couple of things. Firstly, everybody grow a mustache in November. Secondly, let us call it Movember. 

It is a great idea. Men, everywhere, on every street, all over the world, are going to have a mustache. Then, of course, people without it, are going to ask:

"Hey, what is going on with all these mustaches?" 
"Oh, that we men have a thing down there, called Prostate, and, a bad business, it is getting attacked by something awful, which name starts with a C, that grows on it, like a mustache, and sometimes can be, shaved, but it may come back, a nasty affair often involving radiation, we can die from that raffle."
"My god, that is terrible, and what can I do?"
"Grow a mustache."

And it is very good, it is very nice indeed, let us come together, and help each other; but as usual, people take things too far. At least here in The Bronx. It seems to me, that women are also growing mustaches. Yes, I went to this Italian bakery up Morris Park Avenue, looking for a cheesecake, and two of the three women handling the pastries, had mustaches. As you can imagine, my cheesecake days were over right there; I couldn't buy, I couldn't eat a cheesecake from a woman with a mustache. I mean, from that fateful moment, and for ever, my cheesecake craving was doomed to be linked to that apparition that now haunts me in my nightmares.

viernes, noviembre 08, 2013

Borges y Vicente Luna



Murió en un asilo de Frankfurt el escritor dominicano Vicente Luna (1935-2006), discípulo de Pedro Henríquez Ureña y considerado por los escritores de la revista Sur como un niño genio (recitaba a Virgilio en latín a los 9 años). A la muerte de Pedro Henríquez Ureña pasó a ser un protegido de Borges, más tarde se convirtió en su asistente personal, relación que duró más de 20 años. Dejó a Borges en medio de una disputa y publicó con éxito dos libros de short stories. Acusado y condenado por plagio, desapareció. El siguiente texto, encontrado en el testamento de Luna, me llegó gracias a la amabilidad de Salvador Luna, sobrino del escritor, y gracias a Miguel De Mena que me puso en contacto con él. Por favor, lean cuidadosamente y saquen sus conclusiones. Yo, tal vez por ser dominicano, tal vez por romanticismo, tal vez por piedad, creo en Luna.


Borges y yo

Ahora que me ganó el olvido, narraré mi verdad. No para convencer a nadie, ¡nada tengo que justificar! Sé que los fanáticos del maestro, muchos, yo entre ellos, continuarán creyendo lo que él, en sus penosos últimos años, denunció. No importa. Esperé su muerte, esperé mi muerte. No quería un circo al lado de un moribundo. Me faltaba valor para ver al ciego espectro de un amado genio con bastón, azuzado por Miss Chesterton, recitando diatribas en una lucidez sospechosa.

Y menciono a Miss Chesterton, dudo del apellido, porque ella fue la instigadora del problema. Me engañó por completo. Buscó mi amistad. Se acercó poco a poco. No ocultaba su admiración por el maestro, inteligente estrategia, pero me trataba como a un individuo, no como la parte mediocre de un dúo genial.

Miss Chesterton se interesó por mis escritos, escritos antes de trabajar con el maestro, recuerden eso. Después dijo que esas short stories, publicadas con éxito y traducidas al francés, al italiano y al dinamarqués, fueron calcos de cuentos del maestro, empezando el escándalo y luego la vergüenza que trae consigo la palabra plagio. En fin, como única heredera del maestro también heredó mis royalties después de la vergonzosa decisión de jueces xenofóbicos.

Por otra parte, Miss Chesterton es una mujer hermosa, con un acento inglés aprendido con perseverancia, olor a sándalo, aroma favorito del maestro. Yo tenía quince años sin oler a una mujer de cerca; mis ocupaciones con el genio, cumplidas con devoción, me hacían repugnante a los ojos de las mujeres. Fui presa fácil. La presenté al maestro. Esa tarde estaba nostálgico, rodeado de voces, sentado en la banca de la terraza tomando su baño de sol. "¿Chesterton?", preguntó el maestro. Aparecieron las crónicas del padre Brown. Ella sabía de memoria, palabra por palabra, la obra entera de Chesterton, codiciado antepasado. Cuando le narró, con puntos y comas, el relato del Superhombre, el maestro ya estaba comiendo de sus manos.

Verbigracia, el maestro, en su memorable cuento "El Sur", escribió:
"El hombre que desembarcó en Buenos Aires se llamaba Johannes Dahlman y era pastor de la Iglesia Evangélica..."

Yo, en mi humilde short story "Going South", escribí:
"El joven que bajó del avión en Santo Domingo respondía al nombre de Juan Dalmau y era ministro de la Iglesia Adventista..."

Las diferencias, aun obviando la geografía, son muchas. Que los dos personajes llegaron a un país para empezar una nueva vida puede ser considerado, sin ninguna objeción, coincidencia; que a los descendientes de los dos personajes le ocurren accidentes que los llevan al borde de la muerte no debe ser motivo de sospecha; que ambos, en la convalescencia, escuchen a sus amigos y parientes con un débil estupor y se maravillen de que no supieran que estaban en el infierno no debe levantar las cejas de críticos sin talento para urdir laberintos. Y aunque Hemingway aconsejaba al escritor novel a robar, yo no me adhiero, ni apruebo, este consejo.

Swift, en su "Letter of advice to a young poet", escribió: "Verba non invita sequentur." Este verso lo encontramos en Horacio, Arte Poética, 310. El verso completo es: "Verbaque provisam rem non invita sequentur." (Y una vez la idea clara, las palabras seguirán sin dificultad); Swift, en su "Letter of advice to a young poet", escribió: "Mens ingenti litterarum flumine inundata." (La mente inundada por el ingente río de letras.) Este verso lo encontramos, idéntico, en Petronio, Satiricón 118, 3; Swift, en su "Letter of advice to a young poet", escribió: "Genus irritable vatum." (La raza irritable de los poetas.) Este verso lo encontramos, idéntico, en Horacio, Epístolas 2, 2, 102. ¿Por qué nadie se atrevió a enarbolar la bandera del plagio ante Swift? ¿Puede el venerable Swift copiar impunemente a los venerables vates romanos y a nadie le interesa? Claro, el deán Swift, imitado por De Quincey, era Europeo. Yo, orgullosamente, soy dominicano.

Verbigracia, el maestro, continuando con su cuento "El Sur", escribió:
"Nadie ignora que el Sur empieza del otro lado de Rivadavia."

Yo, continuando con mi short story "Going South", escribí:
"Todomundo sabe que el Sur comienza al cruzar la Luperón."

"Nadie ignora", escribe el maestro. "Todomundo sabe", escribo yo. Cualquier persona pensante y sin prejuicios puede ver que entre "Nadie ignora" y "Todomundo sabe" existe una diferencia comparable a dos ríos profundos. Y nada digo del neologismo inaugurado por mí, ya tan copiado, de escribir "Todomundo" en lugar de "Todo el mundo", dándole una inmediatez neocaribeña a la short story. Que ambas historias terminan en un duelo, con la diferencia de que en "Going South" mueren los dos duelistas, y en "El Sur", asumimos, no es un hecho, de que sólo morirá Dalmau, digo, Dahlman, es en Literatura una nimiedad. Además, Bernardino Rivadavia fue el primer presidente de Argentina, por diecisiete meses; Gregorio Luperón fue presidente provisional de la República Dominicana, por catorce meses; que también ambos hayan sido la cabeza dominante de un triunvirato en una época de inestabilidad política y social es una coincidencia histórica que nada tiene que ver con la ficción. Señores, ¡los escritores no somos responsables de la historia pasada! Imagino que si en algún avatar futuro y atroz el destino me depara la ceguera, no faltaran detractores que tomarán esa desventura por un plagio.

Nada diré sobre las jurisprudencias y posteriores condenas por otras obras mías como "Eva Suns", "Las Ruinas Rectangulares", "La Forma del Machete", "La Muerte y el Barómetro", "Munes, el Laborioso", "Hombre de la Esquina Morada", "El Conuco de los Senderos que se Multiplican", y otras short stories, fíjense que no las catalogo de cuentos como hacía el maestro, de mis libros "Artefactos" y "Aflicciones". Sólo diré que no es lo mismo escribir una historia siendo un argentino culto devoto de la prosa inglesa que escribir una historia siendo un dominicano culto devoto de la prosa en inglés. Las historias llevan consigo la intención, las experiencias del escritor, eso las hace diferentes. Esa misma tesis fue justificada, ¡oh, recurrente coincidencia!, por el mismísimo maestro en su apología al ilustre Pierre Menard, verdadero autor del Quijote.


17 de junio del 1986, Lima, Perú.

jueves, noviembre 07, 2013

genterara

People on my street are weird
They like flags 
They like Halloween pumpkins
They like Christmas trees and lights
They do not like Autumn though,
because of the leaves falling,
you know: 
Dirt on the cement that has to be swept.
They stand by their vans looking up,
cursing at the Big Old Trees a lot,
and the Wind.

miércoles, noviembre 06, 2013

Thor in DR

















En los muros de una cueva en Neyba,
se descubrió,
garabateada por los taínos,
una extraña historia.
Narra que por aquí pasó,
mucho antes de Colón,
Thor y otros vikings,
que hablaba en kenningar,
que comía pescado con casabe,
que dormía en una hamaca en la playa,
que preñó nueve anacaonas,
pero que en julio dijo algo del calor,
señalando el solazo,
y zarpó rumbo norte.

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