miércoles, septiembre 27, 2006

SDQ/JFK


A las tragedias les gustan los nombres famosos, los titulares se mueren por los accidentes fatales donde se ven envueltos equipos completos de fútbol, de pelota, de natación y hasta de dominó. Por eso cuando vi que en el avión estaba sentado, en primera clase, of course, nuestro merenguero y diputado Sergio Vargas y que, además, un grupo de jóvenes pertenecientes a un equipo de gimnasia no ocultaba la euforia de competir, algunos quedarse, fuera del país, pensé que sólo faltaba un Kennedy para que mi ángel de la guarda se rindiera ante el terrible destino dejando que el avión explotara en medio del océano.

—Chicken or pasta?
—Chicken back, la asesina volvió...
—What?
—La asesina que mató mi corazón, volvió, volvió, volvió.
—What?
—Chicken chicken.

Pero no, aparte del clavo de película que pusieron, Goal, y de una doña persignándose cada vez que se enciendía la señal del cinturón, y de la niña que lloraba como si la estuvieran asando en brasas con wasakaka (ella se iba a pasá tre mese en Santo Domingo pero fui a la semana a bucá a mi muchacha que allá ta el dengue acabando), y gracias a Beck y Brodsky (Nostalgia, simply a failure to deal with the realities of the present or the uncertainties of the future; hell yes, please enjoy) el vuelo fue un pestañeo sin turbulencias.

—We are landing in New York, tempeture 83, thanks for traveling with us, if your purpose is recreational or business welcome to New York and if you live in this wonderful city, welcome home...

Bang. A correr fanáticos, la yegua con vestido de flores lleva la delantera, la yegüita rubia logra sacar una nariz gracias a la escalera mecánica, de repente aparece un pollino con una gorra de los Mets al que nadie le daba oportunidades, la yegüita rubia vuelve por el carril de adentro y empuja al pollino haciendo que una mula en silla de ruedas la maldiga por toda la eternidad, la yegua con vestido de flores aprovecha la confusión tomado un segundo aliento y gana la yegua con vestido de flores un mejor puesto en la fila de US Citizens and Residents.

—First time coming as resident? Go to that office...

En la oficina ocho nuevos residentes esperamos a que nos atiendan. Pasan 20 minutos, pasan los fines de semana en la playa, pasan los apagones, pasan los amigos, pasa la ley seca, pasa la gata Lola, pasa una casita de tablas podridas en Azua, pasa un caballo marrón, pasa el hoyo del Metro, pasa la hermana y la sobrina, pasan los ladronazos políticos encabezados por el ladronazo embrión de dictador Faraonel, pasa la turquita más linda del mundo, y nadie nos hace caso. Los folders con actas de nacimiento legalizadas y resultados médicos de cuerpos sanos se acumulan en un escritorio vacío. Cada oficial que merodea nos mira y mira hacia la oficina. Se acerca a otro oficial comentando que uno de ellos no quiere trabajar and we're not gonna do his job for free. Como los exiliados por la pobreza usualmente no saben inglés, gracias a unos pececitos de Babel introducidos al cerebro a través de los oídos (distribuidos por un banilejo deportao desde Tralfalmadore por vender romo en un planeta vicios free), todos agarraditos de mano, como niños jugando Ambos a Dos, dos pasitos paralante un pasito paratrás, cantamos a coro la Canción del Emigrante:

"O you almighty men
dressed in blue
with sticks and guns
and handcuffs and mace
Will eventually somebody help us please?
We are poor emigrants
with fear in our tongues
and of our rights unaware
We are hungry
We are thirsty
We are tired
To Pity, Peace, Love and Mercy
like Blake we pray
So if you meet us
Have some courtesy
Have some empathy
Have some grace
'Cause our families wait outside
with their hearts in their eyes
with their eyes in their hands
We know you just don't care
but at a backyard on Melville Street
in The Bronx
over there
a seven meats sancocho is boiling
in a very big black pot
under a joyful tree full of pears
under a joyful tree full of pears
under a joyful tree full of pears..."

—Okey okey okey, sign here, give me your index finger, look the other way.
—Is that it?
—That's it.

miércoles, septiembre 06, 2006

At the airport


El día es triste, se va la mujer para Barcelona. El día es alegre, viene el hermano de Nueva York.


—Sí, ¿cuál e la tarifa pal aeropuerto?
—¿Dede dónde?
—Dede el Evarito.
—900 peso.
—¿900 PESO? El culo qué caro. Bueno, mándame una unidad a la Paseo de lo locutore con Paseo de lo Periodita.
—La unidad 3232, blanco. Dígame su número de teléfono que lo van a llamá de una ve.
—¿Que me van a llamá? Bueno, 977 0343.

El cielo nublado. El cielo sin una nube. Media hora esperando el taxi. Se detiene una unidad, pero es azul.

—Taxi.
—Yo toy eperando una unidad de allá, pero oye una cosa, ¿cuánto al aeropuerto?
—¿Qué tarifa le dieron?
—Amigo, diga cuánto e.
—800 peso.
—Me voy contigo.

Tapón en el túnel de la 27. Dos carros chocaron y los muy bestias discuten ahí mismo tragando smog, pobres pulmones.

—Perdone, pero, ¿cómo le dijo el operador cuando uté pidió una unidá pal aeropuerto?
—Me pidió mi número de teléfono y me dijo que me iban a llamá, la unidá 3232.
—COÑAZO, RELAJANDO CON MI COMIDA, ESO E UN TRAQUE QUE TIENEN LO OPERADORE CON SU SAMIGO... Así mimo pasó con la 309, que piden un servicio y él conteta y depué le dicen que la pasajera pidió otra unidá y entonce él se huele algo raro y va y aborda a una mujer con una maleta que iba pa Puerto Plata, imagínate, el sueño de un taxita, un servicio de 3,500 peso empezando el día, pero eso no se va a quedá así no, vamo a hacé un piquete allá mimo, y el cliente sufre, ahí taba uté eperando media hora, cuando lo llamen me lo pone pa decile do vaina.

Por fin el mar. Un pescador sobre una yola amarilla trata de pescar un tiburón para salir en Diario Libre y ser tratado como un héroe en lugar de caer preso. Varios guardias detienen el carro de un pobre, con linternas buscan debajo de los asientos una semilla de marihuana, un plástico untado de cocaína, una chatica de ron, una sentencia de 15 años.

Suena el celular del cliente, se lo pasa al taxista:
—SÍ, YA YO TENGO TU NÚMERO COÑAZO, RELAJANDO CON MI COMIDA MAMAGÜEVAZO, BALSA DE LADRONE COÑAZO, CON RAZÓN NADIE AGARRA UN SERVICIO PAL INTERIOR NI PAL AEROPUERTO...

El counter de Air Europa, el vuelo a Madrid, parece un mercado popular de INESPRE. Huele a cebolla, huele a pollo crudo, huele a Chanel. Sí, así como quinientos años atrás ellos nos descubrieron, ahora nosotros estamos descubriendo a España; pronto les enviaremos un millón de motoconchistas, un millón de vendedores de skimice, un millón de doñas expertas en freír todas las partes del cerdo y de la vaca que los humanos no están supuestos a comerse, un millón de políticos ladrones, un millón de eruditas en las tenazas calientes y el tinte rojo, uno o dos cardenales y monseñores, y, claro, un millón de anónimos perros khakis. Una señora con un suape blanco por cabellos no aguanta más, abre una caja sacando una bola de queso que parte y reparte ahí mismo: a comé queso carajo. Esa misma señora, en pleno despegue, mirando y sacudiendo una sábana no muy limpia, voceará: "Égar, aquí se vaciaron." Esa misma señora, enemiga a muerte del decoro, en pleno aterrizaje, voceará: "Égar, sácamelo papi que tamo aterrizando." Un hombre no frena a tiempo chocando su carrito con tres maletas rojas, se cae una, se abre, y sale un chivo vivo. Alguien enciende una radio, suena una bachata recordándole a todos los días de playa y pescado frito de un pasado reciente. En una esquina, alejados del tumulto, una española muy fea se despide de un negro modelo. En una esquina, alejados del tumulto, la turquita más linda del mundo besa un enano de ojos llorosos como los de un niño que trabaja en una zona franca en Sri Lanka.

—Epérame mi amor, que yo vuelvo.
—Vuelve mami, que yo te epero.

Eso es arriba, en la zona triste de las despedidas. Abajo, en la zona feliz de las llegadas, una esposa fiel y totalmente depilada dice en voz alta lo que todos están pensando: ¿Por qué diablos la gente que uno viene a buscar es siempre la última en salir?

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