martes, agosto 26, 2008

Boy meets Bitch


Volverán las oscuras golondrinas, que se llaman de apellido Vitorino. Mi cerebro continúa confundiendo a Bécquer con Los Del Río. Mi mujer me dejó otra vez, esta vez me ha dolido más, se llevó a mi hija. “Emily no es tu hija”, fueron sus últimas palabras, dichas con odio, el propósito era herir, no informar.

¿Y qué si mi Emily no fue engendrada por uno de mis espermatozoides? Creo que ha sido lo mejor para el mundo, yo mismo no quiero unos genes como los míos contaminando a un ser especial y hermoso como mi Emily; soy muy feo, y los años han sido unos hijos de la gran puta conmigo, si mi fealdad sigue aumentando voy a tener que cobrar dos dólares para dejarme ver; pero aparte de esa superficialidad, tan importante para alguien tan profundo como Oscar Wilde, por dentro no soy bonito tampoco, mis pulmones parecen chicharrones y no puedo donar sangre por la hepatitis, la de los castos, no la de Pamela Anderson; además soy celoso, inseguro, chismoso, hablador, egoísta, yerbero diario, cocainómano de fin de semana, mal amigo, mal hermano, peor hijo, medio vago, y así las cosas. Pero me considero una buena persona.

Muchacho campo estudiar capital conoce Muchacha voz chillona; Muchacho y Muchacha desnudos leen Vallejo; Muchacha y Muchacho felices cinco años; Muchacha Nueva York y Muchacho esperando Muchacha; Muchacha regresa Novio Irlandés; Muchacha recorre playas país Novio Irlandés; Amigos dicen Muchacho vieron Muchacha manos Novio Irlandés lugares suyos; Vacaciones acaban Novio Irlandés dejando Muchacha otro mes isla; Muchacha busca Muchacho.

Doña, ¿qué usted cree del amor?
Muchacho, eso es un disparate para telenovelas venezolanas, tarde o temprano tu pareja te la hace, y no estoy hablando de hombre o mujer. Yo estuve casada con un hombre muy bueno, por diez años, y él siempre decía que no le gustaban las mujeres negras, tenía una negra con un culo grandísimo mudada en Queens.

“Emily no es tu hija.” Yo siempre lo sospeché, mi mujer y yo somos hijos de la época, unos cuerneros, ahora bien, ¿quién era el que salía corriendo bajo nieve a las dos de la mañana al Wendy's que queda por East Tremont a buscar un cheeseburger con mucho bacon y corriendo a una bodega dominicana por un esquimalito de guanábana para los antojos de la embarazada? ¿Quién fue el que dejó de usar Head and Shoulders porque a la embarazada ese olorcito le daba ganas de vomitar? ¿Quién fue el que se desmayó mientras filmaba el nacimiento de Emily? ¿Quién escogió los nombres Emily Ana en lugar de Cigua Pamela, como quería el abuelo materno? ¿Quién no durmió ni dos horas seguidas los primeros seis meses? ¿Quién salió corriendo vuelto loco con una niña de 7 meses, que no paraba de llorar, en los brazos buscando un taxi por Morris Park hacia el Calvary Hospital salvándola de la meningitis? ¿Quién lloró como un niño cuando ella dijo pa pa pa?

“Ya que esta vida es una mierda, por lo menos quiero ser rica”, escuché a mi mujer hablando por teléfono con una amiga. Creo que ese edicto, digno de un Nietzsche devoto de Danny Tenaglia, debió alertarme, una mujer feliz no piensa así, una mujer felizmente casada, con una hija y un esposo que la adoran, canta de vez en cuando. Desde jovencito supe que mi futuro no era el de un millonario, me falta ambición, para mí el éxito de una vida no se mide por sus cuentas bancarias, me conformo con yerba y cocacola y un libro y un iPod y quedarme viendo televisión con mi familia; y comprender el significado de la palabra Ennui, much obliged Mr. De Quincey, no ayudó mucho.

Señorita, ¿qué usted cree del amor?
El amor es el sentimiento más puro que puede sentir un ser humano, hasta que es traicionado, el amor, como dijo Paulo Coello…

Muchacha deja Muchacho agarrando vaina verde; Muchacha dice Muchacho ya amor probado ahora nada interponerse, distancia nada; Muchacha desaparece tres meses; Muchacho Nueva York buscar Muchacha; Muchacho encuentra Muchacha viviendo Novio Irlandés; Muchacho cuerno; Novio Irlandés extraña demasiado niebla Liffey Novia Irlandesa regresa Dublín; Muchacho consuela Muchacha; Muchacha matrimonio Muchacho; Muchacho y Muchacha preciosa hija cabellos rojos.

Es muy triste descubrir que no eres el gran amor de su vida para quien ha sido el gran amor de tu vida. Es muy triste comprender que el gran amor de tu vida no es más que una loca vieja, una bipolar (como dijo Chris Rock: What the fuck happened to Crazy?), una mentirosa, una imbécil, una materialista, una mala persona que no tiene consideración hacia alguien que lo único que hizo fue amarla, hacerla reír cuando tenía los ojos hinchados de tanto llorar por otro hombre. Es muy triste descubrir que tu mujer te dejó un martes y ya el viernes tenía un corazón digital en su Crapbook: Thisbitch is in a relationship with Sameirishguy.

Señor, ¿cuál es su nombre?
Me llamo Luis Días.
¿Y qué usted cree del amor?
Oye, no me hable de esa vaina, al que descubrió el amor deberían matarlo, quemarlo, ahorcarlo, na más por descubridor.

Muchacho se sienta cocina; Muchacho sabe esta vez no perdonar; Muchacho quiere recordar traición Muchacha vuelva; Muchacho siente comprende Van Gogh cortó oreja; Muchacho cree además intoxicación láudano miseria demencia deseo Van Gogh compaginar cuerpo mutilación sufrida espíritu decepción amor grande Muchacho sintiendo; Muchacho deja silla, pensando no odiar Muchacha, ser vulgar no digno sentimiento puro importante odio, cucarachas asco; Muchacho cuchillo grande cortar carne; Muchacho primera falange dedo meñique mano izquierda, inicio uña. Sangre, mucha. Dolor, muchísimo.

martes, agosto 12, 2008

The Man in the Back Seat

"Mamá, cuéntame algo de papá", le dice el niño de 40 años a su madre. "Casi no lo recuerdo, sólo hay una foto de él, el día de la boda de ustedes, buenmozo, saco negro, cabellos negros, parece un actor mexicano de los tiempos de Pedro Infante y Libertad Lamarque."

La madre y el hijo están sentados en la galería de una casa en Athens, Tennessee, un pueblo gringo del Sur cuyo nombre fue puesto por algún gracioso precursor de Mark Twain; el único parecido de esta tierra con la antigua Atenas es que en las secundarias todavía se practica el lanzamiento de jabalinas. Muchos mullets, las noticias principales de todo el estado son la crecida del río Mississippi, que un oso atacó a un niño de 8 años, que el jueves se presentaron a casa llena en el Titans Stadium, con capacidad para 200 mil criaturas, los comediantes epítomes de la redneckness del Blue Collar Tour.

"Tu papá era muy inteligente, saliste a él, muy chistoso, era muy divertido estar con él si sólo se bebía dos tragos", dice la mamá buscando en su mente algo bueno entre tantos malos recuerdos. "Deja ver, qué te cuento, ah sí, hay una historia que siempre me hace reír, que demuestra el ingenio y la habilidad de tu papá. Esto pasó en los años más sangrientos del gobierno de los 12 años de Balaguer, con la Banda Colorá, formada por asesinos, pagada por el gobierno, torturando y desapareciendo a cualquiera que estuviera en contra de Balaguer, una dictadura hipócrita, disfrazada de democracia con elecciones cada cuatro años, ganadas por Balaguer, claro está, mataron los mejores hombres y mujeres, por eso es que el país nuestro está como está, sin líderes reales, sin ninguna clase de ideología que no sea la de robar, y ese es el líder a emular por el actual presidente Faraonel, como tú le dices, quien no mata a la oposición, no, él cree en Dios, por eso sólo la compra, por eso..."

"Mamá, la historia please", dice el hijo admirando la capacidad, todavía intacta, de la mamá para indignarse.

"Bueno, los años de sangre de Balaguer, unos años igualitos a los de ahora excepto que ahora Faraonel..."

"Mamá, la historia please..."

"Excúsame, es que me da cuerda, bueno, tu papá había perdido el trabajo por meterse a hacer el pacto colectivo de los obreros, es decir, ser sindicalista que era lo mismo que comunista, cancelado sin remuneración; imagínate, sin trabajo y con cuatro hijos, Vilma no había nacido y tú todavía estabas débil por la hepatitis; entonces se entera que un partido de la izquierda estaba pagándole a sus dirigentes desempleados, eso de partido de la izquiera era una exageración, era un partidito considerado comunista porque su líder tenía un par de mellizos llamados Vladimir y Lenin; eso de pagándoles era una exageración, le daban unos pesitos a sus dirigentes para la organización de mítines con fachadas de cumpleaños en patios y enramadas y salas de casas; entonces un día ofrecen un dinero a los valientes dirigentes que se encarguen de transportar a los pueblos de Sur los panfletos 'ABAJO EL GOBIERNO' acabados de imprimir en algún sótano. Cuando digo dinero eran unos pesitos que quedarían después de la gasolina, y sin comprar comida, pero algo era algo, además, yo siempre pensé que tu papá lo hizo por el sabor a aventura del asunto, la falsa sensación de una tarea importante sólo por ser peligrosa..."

En ese momento suena el teléfono, una tía llamando desde Nueva York para preguntar qué habían cocinado hoy en Tennessee, ya había llamado a Providence y a New Jersey y a Orlando y a North Carolina y una tarjeta de dos dólares para Bonao. La verdad es que la compañía de teléfono pierde con esta familia, ese plan de Hable-Todo-Lo-Que-Pueda-En-El-Territorio-Norteamericano-Y-Pague-Una-Tarifa-Fija deben estar revisándolo ya, seguro que pronto le pondrán una cláusula "No Available for Dominicans."

"Mamá, cierre ahí y termine con la historia please."

"Hablamos mañana Fe, yo voy a cocinar un moro de habichuelas negras con pavo horneado, te llamo mañana desde que se acabe la novela", le dice la mamá al teléfono, y mirando al hijo, "tan desesperado, igualito a tu papá, ¿dónde iba?, ah sí, entonces tu papá convenció a su primo Mateo, el de las orejotas, con su carro Chevrolet Impala, igual de grande que sus orejas, para el recorrido. Mateo empezó a sudar y a tartamudear desde que subieron las cajas con los panfletos 'Balaguer Faraón de Cal' 'Balaguer Asesino de los Pobres' y otras linduras por el estilo. Todo iba bien hasta que pasaron el peaje de la capital, como a medio kilómetro había un puesto de guardias revisando carros buscando material subversivo, oye eso, ya tú te puedes imaginar cómo se puso Mateo, no podía dar riversa en medio del tapón, no podían hacer nada que no sea enfrentar a esas bestias con armas largas y rezarle a todos los santos, lo que hizo Mateo, pero tu papá no, sorprendiendo a Mateo, que pensó que tu papá se iba a echar a correr, se pasó para el asiento de atrás; 'Mateo, por nada del mundo abras la boca', le dijo tu papá y se puso las gafas. Cuando llegaron al punto de chequeo un sargento le toca los vidrios, Mateo lo baja, temblando, y tu papá dice desde atrás, con gesto y voz de jefe, '¿Qué e lo que pasa?'; el quepis lo mira, analiza la situación: Un hombre con gafas negras sentado en el asiento trasero, con un chofer blanco manejándole el carro, y contesta, 'Nada, nada mi comandante, perdone la moletia, cumpliendo con mi deber', y acto seguido le dice a los otros animales que abran paso como si en ese carro fuera el presidente del país."

La mamá sonríe un poco, recordando, y el hijo también, imaginando, decidido a eliminar en su cerebro a los pesitos como el motivo real del civismo paterno en la historia y reemplazarlos por el deseo de hombre bueno de su papá de vivir en un país democrático y estar en contra de los poderosos que además no tenían la razón, como ahora no la tienen. No es verdad que le va a regatear esa efímera gloria a un muerto.

jueves, agosto 07, 2008

Baby, comida

“I wanna put her in all my accounts”, me saludó el gringo mientras yo leía mis mails, decepcionado por no encontrar uno de esos alegradías que a veces me envía la mujer que amo. Levanté los ojos del monitor, traté de disfrazar la instantánea expresión de asombro en mi rostro. Asombro es un eufemismo, el gringo era bien feo, sin edad, gordo, rubio casi albino, ojos hinchados de mamífero recién nacido o enfermo; de hecho, no había nacido así, un camión le pasó por arriba, me dijo, dejándolo en coma por un mes. “They thought the accident was gonna affect my brain, ‘What brain?’, said my cousin, that motherfucker.”

“Sit down please”, le dije, y me fijé en la mujer que lo acompañaba. No era bonita, oscuras manchas marrones en la cara marrón claro; no era joven, arrugas en los labios, pelo rojo; experta en blowers y desrizados y tintes y paticuris y manicuris y depilaciones de bigotes y totoculo; dominicana.
“My uncle is gonna give us the money to open a beauty parlor, she’s an expert”, dijo el gringo cuando le pregunté si la esposa estaba empleada, demostrando que además de cambiar su cuenta individual a una cuenta mancomunada con una mujer a la que conoce desde hace dos meses, ya dejó de ser un individuo, ahora es parte de una entidad llamada “NOSOTROS”, planificando sus vidas para en un futuro cercano estar juntos 24 horas al día, y así el asco podrá aparecer en la relación un par de años antes. Estos gringos son tan predecibles, es como si siguieran un manual de instrucciones para joderse:

Let’s meet
Let’s date
Let’s live together
Let’s get married
Let’s have children
Let's work together
Let’s fuck once a year
Let’s fight everyday
Let’s have separate beds
Let’s get divorced or please don't kill each other in our sleep
Let me pay you child support and alimony if you didn’t kill me or I didn't kill you.

“Could you tell me your social security number?”, le pregunté a la mujer para comprobar una duda en mi cabeza.
“¿Eh? Yo no inglis”, contestó. En ese momento noté en el tono de su voz, en su mirada, en sus gestos, esa timidez inherente a los inmigrantes sin papeles.
¿Su número de seguro social?”
“No, no tengo, si esa e una de la razone pa que ete gringo me ponga en su cuenta, pa que en Inmigración vean que tenemo cosa junta; yo tenía un salón allá en Santo Domingo y un día vinieron en un camión y me preguntaron que dónde yo quería que llevaran todo, eran del Banco, que el dueño del edificio no había pagao ni una cuota del prétamo y yo le había pagao la renta a ese abusador por 6 mese; ah pero tú ere dominicano, yo pensé que tú era hindú”, me dijo, demostrando ese feature tan simpático que tenemos los dominicanos de hablar de más; recordé a mi mamá y a mis tías.
“What are you asking her?”, me preguntó el gringo pasando su mano izquierda por el muslo derecho de la mujer, demostrando su total ignorancia del español y el milagro de la comunicación corporal.
“I’m just asking for her IDs", le dije al gringo.
“Baby, give him your passport”, le dijo el gringo a la mujer.
“¿Eh?"
“Su pasaporte por favor", le dije a la mujer.
“Aquí lo tengo, también tengo la cédula y una tarjeta de crédito del Popular", me dijo la mujer.
“What did she say?”, me preguntó el gringo.
“She’s just telling me about her IDs", le dije al gringo.
“¿Qué te preguntó el gringo?", me preguntó la mujer.
“Que qué yo te dije", le dije a la mujer.
“What did she say?”, me preguntó el gringo.
“She just asked me what did you ask me”, le dije al gringo, y así las cosas.

“She’s great you know, I am so lucky she’s not a gold digger man, she lulls me to sleep every night, holding me, she’s got the hug of God”, dijo el gringo mirando a la mujer, adorando a su esposa latina.
“¿Qué dijo el gringo?”
“Que tú no ta con él por la greencard, que tú lo duerme to la noche arrullándolo, y que tú tiene el abrazo de Dios.”
“Ete gringo e bien”, dijo la mujer girándose hacia el gringo, haciendo un cono con sus dedos, yemas juntas como hablando en italiano, llevándoselo varias veces a su boca abierta, "baby comida, baby comida."
“I think she’s hungry”, le dije al gringo.
“Tell her I’ll feed her when we finish.”
“Que él te va a alimentar cuando acabemo.”
“¿Y falta mucho?”, me preguntó la mujer, y en la cara de vieja, por un momento, sus ojos parecieron los de una niña que en medio de la neblina sigue a un oso bipolar ciego, hacia una ínfima luz, allá, bien lejos.
“No, ya acabamo.”

lunes, agosto 04, 2008

podworkorange.com




Death of Summer


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