jueves, enero 29, 2009

Bears must know something


Algo deben saber los osos
Pienso caminando la 180
En medio de esta tormenta
El viento me obliga
A meter las manos en el coat
Perdiendo el equilibrio
Caigo de culo sobre el hielo
Sentado, veo el rostro de Jesús
En la pared del taller especializado en mufflers.
 
Sería muy bueno dormir el invierno entero
Despertar en abril
Hambriento
Barbudo
En los huesos
Comer comer comer
Frente a la TV
Hasta el último out
De la Serie Mundial
Beber mucha agua
Comer comer comer
Hasta que el comercio
Inicie la navidad
Mirar por la ventana
Apagar el celular
Acostarse
Arroparse de piesacabeza
Cerrando los ojos
Cae la primera nieve.
 
Así será, y sin embargo
Tal vez sería mejor
Resbalar saliendo del Subway
Golpearse en la nuca
Despertar 20 años más tarde
Con un hijo que te odia
Con una hija evangélica
Con un hoyo en el cuello
Sin recuerdos ante una lápida
Que diga “Beloved Wife.”

miércoles, enero 21, 2009

Edge Zones. Miami. Las Terrenas


Juan Dicent leyendo Las Terrenas from Enmanuel Morales on Vimeo.

miércoles, enero 07, 2009

A tale of two cousins

Érase una vez dos primos, Abraham y Mohamed, que caminaban compartiendo dátiles a través de un desierto. Llegaron a una encrucijada y, tomando caminos diferentes, se separaron.

Abraham llegó a la tierra de los faraones. Al principio se hizo consejero de sueños logrando mérito con su adivinanza sobre el recurrente sueño de vacas flacas y vacas gordas del faraón, salvando al reino del hambre. El faraón lo convirtió en su consentido, colmándolo de obsequios y de poder.

Los siglos pasaron, los otros faraones no tenían a Abraham en mucho aprecio, así que un día lo condenaron a él y progenie a la esclavitud, a la construcción infinita de pirámides y obeliscos.

Los años pasaron, Abraham y progenie, liderados por Moisés, lograron la libertad con hazañas maravillosas como una lluvia de sapos en mayo, como la oscuridad repentina del cielo, como la muerte de todos los inocentes primogénitos del reino del faraón, como abrir medio a medio el Mar Rojo.

Abraham y progenie, liderados por Moisés, acompañados de burros, ovejas, chivos y locura, se internaron en el desierto hacia lo desconocido. Parece que se perdieron, que siguiendo una nube con forma de pollo hacia la tierra prometida (nadie sabe por quién) pasaban por las mismas dunas una y otra vez. La progenie de Abraham no estaba muy contenta. Eso de andar cuarenta años bajo el sol rodeado de arena caliente enferma de los nervios a cualquiera. Pero he aquí que un mal día divisan una tierra con uvas, cuidada precisamente por el primo Mohamed.

—Shalom, soy Abraham y he regresado a mi tierra
—¿Eh?
—Que esta tierra es mía, que me la prometieron
—¿Quién?
—Una zarza en llama con voz engolada que era Dios
—¿Eh?, bueno, deja ver el título de propiedad entonces
—No, con la promesa de Dios es suficiente
—Bueno, pues aquí se va a pelear

Y empezó la guerra, el odio. Y aunque Abraham y progenie fueron masacrados en el holocausto alemán, atrás quedaron esos años. Hoy son los judíos los que masacran al pueblo palestino, a sus primos pobres que no tienen la ayuda ni el apoyo de los gringos con sus misiles y madrebombas.
¿Dónde están las protestas de los gobiernos del mundo, enérgicas, claras como la del divo/loco Chávez, sobre esta masacre?
¿Dónde está la resolución de la ONU sobre esta barbaridad? Ah sí, emitieron una, sin la firma de Estados Unidos, of course, pero nadie la ha leído porque la enviaron a un email (Chosenpeople@aol.com) cuyo Inbox está lleno.
¿Dónde está Bono? Ya a Mandela lo soltaron hace mucho, ya las calles tienen nombre, ya Bono se pasa las tardes escribiendo la versión de Spiderman para Broadway.
¿Por qué los artistas no hacen un show para detener esta carnicería?
Porque los judíos son dueños de todas las disqueras, y de Hollywood.

Rimbaud, con la visión de Gaza en el 2009, escribió en 1874:

Soy el santo, en oración en la terraza,
cuando las bestias llegan hasta el mar de Palestina.
Los senderos son ásperos.
Los montículos se cubren de retamas.
El aire está inmóvil.
¡Que lejos están los pájaros y las fuentes!
Esto sólo puede ser el fin del mundo, al avanzar.

Pobre Palestina, ese ángel fieramente humano, como dice un graffiti en una columna de un puente seco en Santo Domingo, cerca de la Duarte con París.

martes, enero 06, 2009

My strong fake arab blood

El día de San Valentín la Naturaleza, con la furia de una amante engañada, le regaló a los newyorkinos una tormenta: varias pulgadas de nieve, lluvia congelada, mucho viento. Una mañana para ser millonario o vago, quedarse en casa comiendo cada quince minutos, fumar en la ventana mientras afuera el mundo desaparece.

Abrigo con capucha puesta, gorrito de lana, bufanda, ojos de macotoro, barba. En el trabajo se burlan de mí llamándome jabibi, árabe, talibán, musulmán, terrorista; y yo he descubierto en el subway una mezcla de odio y temor en las miradas de algunas bestias rubias que deberían regresar a su sweet home Alabama. No me molesta, creo que en el fondo lo disfruto.

En las aceras Sísifos con palas quitan la nieve frente a sus casas y negocios no vaya alguien a caerse y demandar. Aquí en Nueva York si alguien sufre, alguien paga. Llego a la esquina con el esfuerzo de escalar mil metros del Everest. El viento le da vida a la sombrilla, una yegua salvaje a la que trato de calmar "Quieeetaa, tranquiiilaa" hasta que se rompen las varillas teniendo que sacrificarla en un zafacón; delante de mí un valiente con un ramo de rosas va dejando un camino de pétalos rojos en esta hostilidad blanca; en el aire, como aves sucias, las hojas de periódicos vuelan hacia cualquier playa caribeña.

A pesar de tener sólo 8 dólares decido tomar un taxi. Las ruedas de los vehículos han convertido el asfalto en mostaza; un camión con una pala gigante pasa con ruido cagando sal; el carro negro frena en Morris Park, se desliza hasta llegar a mi lado.

El taxista es un árabe verdadero, barba hasta el pecho, orejas grandes que combinan con su narizota. "1200 Bruckner Boulevard, between Wheeler and Watson", le digo arrojándome al asiento de piel. Asiente y continúa hablando por el bluetooth del celular en un idioma más antiguo que el camello, lleno de erres y suspiros. Creo percibir en su voz la tristeza de un hombre cuyo país está invadido, con amigos y hermanos masacrados por los judíos ante la indiferencia de Bono y de la ONU, con dolores jamás imaginados por mí entre cada palabra y cada suspiro. Tal vez no, tal vez en lugar de hablar de una sobrina con los pies destrozados por una mina, de mujeres llorando en velorios diarios, habla de un juego de fútbol, de un modelo de carro que acelera de 0 a 100 millas en 5.1 segundos, de la reunión de The Police en los Grammys, de cuando era niño volando chichiguas en el desierto, de algún tema de esos que comentan los hombres cuando son felices.

Abro un New York Post dejado por un madrugador: "Hummer atropella niño." "Astroloca pone en práctica sus conocimientos espaciales de usar pampers para cagar mientras maneja miles de millas para secuestrar y matar a su rival romántica." "Modelo ex Centerfold de Playboy muere ahogada en su vómito en una suite de un hotel indio"; su neverita con botellas de Slim Fast y Metadona me hace recordar a Leonard Cohen: "I don't like your fashion business mister, I don't like these drugs to keep you thin..."; sus últimas palabras son las de una poeta y, si usted es religioso, le dan un avance de su eternidad: "I see demons having orgies in the sky."

"1200 BRuckneR BoulevaRd", me dice el árabe frenando.
"How much is it?", le pregunto sacando la cartera.
"10 dollaRs", me contesta sin mirar para atrás.
"10 DOLLARS?", le pregunto con asombro. "They always charge me 8 dollars."
"Yes but no Rin this weatheR", me contesta y mira por el espejo. "ARe you a muslim bRotheR?", me pregunta virándose.
"Yes", le respondo olfateando un descuento.
"Wha Ris youR last name?"
"Maloof", le digo recordando a Samarcanda, y a una mujer muy bonita, que amé su cuerpo, y su espíritu, y sus ropas.
"You know youR CoRam?"
"No, I was raised by my mother's family in Dominican Republic", le digo sin mentir por primera vez en la conversación.
"Oh, bu Rour aRab blood is stRongeR, you don't look spanish", me dice sonriendo por primera vez en la conversación.
"Yes our blood is strong my brother", le digo sintiendo cariño por él.
"Just pay me 5 dollaRs bRoTheR and leaRn youR CoRam, we need you", me dice tocando mi hombro con su mano.
"Yes, I suffer for my people", le digo tocando su hombro con mi mano. Abro la puerta, antes de enfrentarme al frío le digo: "And remember brother, first we take Manhattan, then we take Berlin."


Painting by John Singer Sargent.

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