miércoles, julio 20, 2005

Beep beep beep beep beep BOOM

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Otra vez han aplazado el lanzamiento del Discovery en la NASA. Los valientes astronautas deben estar por lo menos nerviosos. No estamos hablando de un viajecito a Las Terrenas en un carro con problemas en el carburador y tener que pararse en San Francisco o en Nagua a revisar el aceite o el líquido de frenos. Imagino que si algo falla en el medio del espacio sideral debe ser un poquito dificil salir a empujar o abrir el bonete para verificar la batería o echarle coolant al radiador.

Me parece que los cosmonautas no deben estar muy contentos con la profesión elegida ahora mismo. Mejor hubiese sido vivir en Kansas City y freir papitas y pollo sintético en un McDonald's, o ser juez en un concurso de calabazas en Wisconsin, o seguir tocando guitarra en un grupo de rock llamado Max Q, como realmente hace uno de ellos cuando un loco lo contrata para abrir un unplugged de A Flock of Seagulls en un bar de Tampa. Aislados en el Centro Espacial Kennedy de Cabo Cañaveral, bajo una estricta dieta espacial, no pueden fumar ni beber romo ni mucho menos masturbarse. Todos se juntan a engullir avena con soya y a mirarse sin decir esta boca es mía. Pendientes del día a día del Discovery en el taller, suspiran, se les olvida ver Days of our lives, dicen "JUM" y se persignan y tocan madera cada vez que a alguien se le escapa la palabra MALFUNCTION.

Y que los mecánicos graduados del INFOTEP salgan debajo del Discovery embarraos de grasa diciendo que no pueden determinar el desperfecto en uno de los cuatro sensores del transbordador, y que estos sensores estén diseñados para cortar la alimentación de combustible en los motores de la nave, y que parece que estos sensores fueron comprados en el Franklin Daihatsu de la Luperón, y que en caso de que estos sensores fallen podría impedir que se llegue a la órbita prevista (o en las palabras del científico Hipólito: "Hacerlos caer como una guanábana"), no ayuda mucho a la moral de los suicidas que de seguro recuerdan como si fue ayer la explosión del Challenger.

Yo creo que el problema proviene del nombre. Discovery, como Novo Mundo XXI, es una palabra azarosa que a través de los últimos 500 años no ha significado otra cosa que no sea masacre y esclavitud. Así pasó con la nave bautizada Columbia, en honor a un loco viejo ladrón, y cuyo destino fue desintegrarse, es decir, reventar en millones de partículas al regresar de un viaje que acabó con miles de millones de dólares y, claro, con 7 astronautas recordados hoy por las fotografías colgadas en una pared sin empañetar del sótano de la NASA.

-What's that beep?
-You hear it too?
-I thought it was only in my head.
-I thought it was my asthma.
-I thought it was my iPod.
-Dorothy, we're not in Kansas anymore.
-Houston, we have a fucking beep here, I asked you to change the name of the ship, but no...





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