lunes, octubre 03, 2005

Singing at Playa Grande

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Playa Grande estaba perfecta: no había nadie. Porque eso de ir a una playa full de bañistas es una pela. El merengue bachata reggaetón me gusta para bailarlo pegao con mi mujer, no para estar en el sol escuchando "A ella le guta la gasolina, dame má gasolina" frente a un paisaje tan antiguo y hermoso como la fábula, mexicana y flamenca, con azules y verdores insolentes me comentó Rimbaud. Prefiero fumar con la cabeza en blanco, como una reencarnación de Caonabo, atónito frente al mar antes de que los españoles lo engañaran diciéndole que los grilletes eran pulseras de adorno, una vaina fashion. Detrás de nosotros se escuchan voces de nativos del lugar. Dos hombres discuten sobre quién canta.

—Tú sólo canta a Julio Iglesia poique no tiene vo, canta ai Puma y a José José pa que vea como te ahoga.
—A Dio vea, yo canto a Julio Iglesia poique me guta, yo tengo ma vo que uté.

El devoto de Julio Iglesias divisa al grupo y viene a demostrar que él canta bien. Sobre los hombros carga una canasta de mimbre que supuse llena de pastelitos pescados almejas...

—¿Cómo tamo? Díganme si no e igualito a Julio Iglesia: "Hey, tú nunca me ha querío ya lo sé, yo nunca he sío tuyo ya lo sé, pue sólo poi oigullo e ei querei, hey, ya ve, hey..."
—Te parece sí.
—Y también canto como Luisa María Güell...
—No no, ta bien te creemo, ¿y qué tú vende ahí?
—Ah eto son animale hecho con aiboi fósii, que e como piedra pero e un aiboi

El cantante vendedor se sienta en la arena, le faltan como cinco dientes, la piel está curtida por el sol, la cara muestra arrugas prematuras: el hambre, no sólo de estómago, envejece al hombre. Despliega la obra del artista de árbol fósil sobre la arena.

—A Dio vea, una toituga, un alagaito, un elefante, deifín, iguana, otra toituga, otro alagaito, un maco, una toituga con una toituguita monta arriba, su hijito, eto yo no sé bien que animai e, pero parece otro alagaito, lo elefante e pa la sueite, la toituga pa la alegría y ei deifín pa la amitá, pa hacé amigo, que e que ei hombre tiene 7 época, y una de esa e que tó le sale mai, y yo taba en esa época y puse un elefante arriba dei techo con la cola pa la calle, y a lo 3 día vinién a mi pueita uno americano, negro, que taban bucando mujere y yo se la buqué, mujere seria y limpia e que yo buco y me dieron como 350 dólare, cuando taba al 50 por 1, pero me enamoré y me comí ese dinero, poique yo me vueivo loco cuando me enamoro, le compré uno pantalone a la muchacha...

Su nombre es Miguel. Nació en Río San Juan, una familia de quince hermanos mantenidos por la red, triste según Neruda, del Papá que golpeaba a la madre. Pudieron sobrevivir porque el mar es un supermercado para los pobres. Una dieta de pescado y cangrejos siempre es más sabrosa, y saludable, que el pollo.

—A Dio vea, un día que papá le quería dai goipe a mamá, ya yo taba grandesito, le dije si le topa lo mato y así dejó de daile goipe, pero e que eso papá lo aprendió de su papá que un día, tando yo chiquito, mi abuelo le metió pimienta ajo y sai a mi abuela poi su paite, y ella taba mala en la cama, pero tó se paga poique cuando ella se murió mi abuelo se voivió loco que ella le salía de noche, se le montaba ahí y no lo dejaba doimí, lo que se hace se paga aunque ei catigo dure mucho pa vení siempre viene...

Miguel no estudió. Pescaba con su papá y los hermanos desde que salía el sol hasta que el supermercado marino le entregaba el fruto de plata, Neruda again, de cristal o de luna que pertenece a todas las cocinas pobres de la tierra. Ahora bien, Miguel es inquieto, se hace preguntas y trata de informarse sobre las cosas del mundo, desde la biblia hasta algún libro de historia escrito o narrado por alguien que sabe menos que él. Miguel tiene un anacrónico sancocho de conocimientos en la cabeza.

—A Dio vea, a mi no me guta la iglesia católica poique lo romano mataron a Jesú, Aifonso Pilato fue, y poi Roma fue que empezó la segunda guerra mundiai, que Maitín Lutei King le dijeron uno musulmane que a Hitlei no le gutaban lo hombre chiquito y poi eso empezó a matai judio que son chiquito todito, que la gente no sabe lo que pasa en ei mundo de veidá, a Trujillo no lo mataron aquí como la gente cree, Trujillo murió en Francia que la reina de Francia taba enamoraita de Trujillo y le dijo: " Trujillo a ti na má te matamo do peisona, Dio y yo" y Trujillo se fue pa Francia que ya mandaba caballo y vaca poi un tunei que tenía en su casa de San Critobai.
—¿Y tú no ta casao Miguel?
—No si me mudé con una mujei que casi no conocía y me dejó 2 muchacho que yo mimo crié como pai y mai, poique esa mujei era como una gallina loca que va poniendo huevo poi toá paite sin empollalo, ahora tá en Cotuí y dique allá tiene má muchacho, yo ei otro día conocí una americana, negra, pero e muy delicá, ella vive en Califoinia, pero e muy delicá, ella e maetra, y habla con mucha gramática...

Miguel sueña con conseguir una mujer que sea seria, tranquila, romántica, que le limpie, le cocine y le lave la ropa mientras él recorre la playa con su zoológigo sobre los hombros, cantando a Julio Iglesias bajo el sol de la costa norte. Hey, ya ven, a Miguei nunca lo han querío ya lo ven, Miguei nunca ha sío de nadie ya lo ven, pue sólo poi oigullo e ei querei, hey.





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