martes, abril 23, 2013

Spring is coming (3/2006)

La verdad es que no hay vueltas, la vida tiene sus cosas lindas, como los días que estamos viviendo en Santo Domingo. No hablo de lo que hace la gente, hablo del cielo, del clima, de esa brisita de las 9 de la mañana a la que no le falta sal ni azúcar, está en su punto.

Es la primavera que viene vestida por el libro con sus royal crowns in bloom, de amarillo. El aire es alegre, a uno le dan ganas de hacer algo grande, de descubrir una isla, de montar un caballo marrón, de comerse una piña, de nombrar un cometa, de ser atacado por miles de mariposas amarillas, de enamorarse otra vez, de emborracharse a las dos de la tarde, de preñar una mujer, de bailar en la calle. Claro, no debe leer los periódicos, no debe enterarse de que una turba le prendió fuego a dos haitianos en Yabonico; no debe hacerle caso a las declaraciones de Radhames Segura de que los apagones son porque el país está progresando y la gente está comprando muchos televisores y dvds y radios y microondas y planchas and each household appliance is like a new science in my town.

Uno sale a trabajar, mira el cielo sin una nube, llama al trabajo con voz de indigestión: "Toy malo, creo que me cayó mal un puerco que me comí anoche, no puedo i hoy", y sin pensarlo dos veces, con una sonrisa de me gané la loto, coge una guagua para la playa. Allá come pescado frito. Allá se zambulle en ese mar tibio sin olas. Allá es abordado por una niña negra de 11 años que, con una voz tan dulce como el maullido de una gatica recién nacida, le dice:
—¿Quiere singá papi?


Picture by Jaime Guerra





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