viernes, abril 07, 2006

Dropping Tunes


Será por pobre, enano y feo que las mujeres me esconden. Una prima de ella se casa en Santiago, no quiero ir sola mi amor, quiero que vayas conmigo mi cielo, tengo que ir desde el viernes hasta el domingo y no quiero separarme de ti precioso, ven conmigo y nos quedamos en el Hotel Mercedes mi chichí, será muy romántico mi amor, ese hotel parece sacado de un cuento árabe mi vida; los días puedes pasarlos escribiendo y yo vengo en la noche y nos bañamos juntos y nos quedamos despiertos hasta que salga el sol y nos besamos mucho y nos amamos mucho y comemos cheesecake a las 3 de la madrugada y nos amamos mucho y tú te fumas un tabaco y yo te hablo y yo te beso y tú me lees un poema y nos amamos mucho y yo te digo que eres el hombre de mi vida y tú me chupas enterita mientras me llamas linda perra sucia mi amor.

Nos vamos en Caribe Tours. Llegamos en un dos por tres. En el hotel nos registramos como los esposos Vallejo. Entramos a la habitación y hacemos el amor. Ella se baña y se marcha a un ensayo de la boda, es dama de honor. Yo salgo a ver el hotel, con sus mosaicos de medio siglo; con vestigios de esperma de ballena en las lámparas; con voces de debutantes, hoy abuelas, en los hermosos escalones; con la sobriedad y el buen gusto de una era de grandes arquitectos.

Ella regresa y cenamos. Nos parece que alquilamos todo el lugar. Muy pocos huéspedes, apenas vemos una pareja de recién casados, lo adivinamos por los mimos con las bocas full de chuletas y puré de papas.

En la habitación, después de desnudarnos, yo soy yo y ella es ella. En el reloj son las 10 de la noche, en el reloj son las 6 de la mañana.

Otra vez me deja, tengo que ir a un almuerzo de la familia mi amor, todos los que vinimos a la boda estaremos ahí mi vida, todas mis primas llevarán sus parejas y yo no puedo llevarte mi chichí, mi mamá no te soporta precioso, dice que eres un tíguere mi cielo, que a ella le contaron cosas de ti que si ella quisiera estuvieras preso bebé, a mí no me importa mingui, yo te amo y quiero estar contigo mi chulo, escríbeme un poema mi lindo.

There she was
dropping tunes like a Steinway
her last words still in my head
round and round and round
like a song by Talking Heads
"I'll be back tonite, dressed by the book, in yellow"
Suddenly, the sun rose up
and she left me silent
like a grave

La situación no es del todo mala. La verdad es que no me gusta ni un chin chin estar rodeado de señoras preguntando hasta el número de mi cédula. Pero no puedo evitar sentirme apartado de esa parte de su vida que es tan importante. Me gustaría acompañarla y escuchar a otros hablando de ella, de la vez que se tomó la mitad de una pastilla para dormir evitando el mareo de un avión a Nueva York y durmió tres días, de cómo pronunciaba leche cuando era una niña, de la varicela que le dejó esa manchita en la sien izquierda.

El día de la boda su lengua me abre los ojos. Desde la cama la veo vestirse de amarillo. El último botón se cae, nadie pensó en hilos y agujas. Llama a la recepción, no hay forma de que aparezca una iniciativa. Los minutos pasan, ella se preocupa. Me visto y salgo a caminar por los alrededores del hotel. Toco el timbre de una puerta blanca, un hombre caco pelao con un huevo sancochao en la mano me confunde con un Testigo de Jehová, con un atracador, y me cierra la puerta sin escuchar. Toco una puerta de caoba centenaria, perdone señora, pero mi novia tiene que ir a la boda de una prima y necesita hilo y aguja para pegarle un botón a ese vestido que le queda tan lindo, que me hace desear que sea nuestra boda, sí, somos de la capital, en el hotel no aparece nadie que nos ayude, gracias, muchas gracias, usted es una santa, los santiagueros sí son buena gente, Santiago sí es la ciudad corazón.

Corro al hotel, subo los escalones de dos en dos. Ella está sentada en la cama, le muestro el hilo y la aguja y se la aguan los ojos besos y besos, yo sabía que tú lo ibas a conseguir mi amor, no me preocupé ni un chin chin mi chichí, a pesar de ser domingo yo sabía que encontrarías algo abierto mi cielo, yo sabía que tú lo puedes todo mi vida...

De regreso a la capital, en la guagua, ella recuesta su cabeza en mi hombro y se duerme. Yo la miro, tiene las pestañas más largas del mundo.

Picture "Hotel Mercedes" by Jaime Guerra





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