miércoles, febrero 07, 2007

A good season

En los primeros meses del año, a pesar del frío, muchos neuyorkinos sienten un calorcito en los bolsillos, y de repente las anónimas ardillas grises no parecen ratas con colas frondosas; el sol, aunque es un vago, resulta un lujo en ese cielo maravilloso del Income Tax.

La gente se pasa el año entero trabajando y el gobierno cobrando impuestos. Cuando sale ese cheque con 200 dólares menos se pega un grito. En ete maldito paí del diablo sí se cobra impueto coñazo, es la Vox Populi en español. Y esos impuestos no son para robárselos porque aquí no hay apagones, se recoge la basura, las calles están iluminadas, a una madre sin trabajo le dan unos cupones para comida y le arreglaron las piernitas de la niña que estaban torcidas, a una vieja le pasan una pensión que le permite vivir con dignidad, el subway funciona y funciona bien; en fin, se nota que se están usando para beneficio de la ciudad y sus habitantes, no como en República Dominicana que te cobran los impuestos para que Faraonel y su séquito de ibis ladrones puedan tener yates y grandes casas y grandes charadas así que uno les deja la isla a ellos y a su carnaval y uno se va a tomar un baño de mar... Ah no, eso es un poema de Derek Walcott.

La cosa es que cuando te cobran los impuestos se pelea, pero oh, sorpresa, estamos en los meses en que el gobierno gringo devuelve parte de esos impuestos cash money. Así mismo, es el famoso Income Tax que siempre te sorprende y la sorpresa es agradable. Si no tienes dependants, gente que come gracias a ti, es posible que en lugar de devolverte dinero tengas que pagar más; pero si eres un vivo y pones a tus sobrinos, ahijados, vecinos y hasta fetos ajenos como tus dependants (claro, debes compartir ganancias con los verdaderos padres de esas criaturas) te va a salir un cheque que te hará brincar de alegría. Estoy hablando de miles de dólares mi hermano, una cantidad dificil de juntar para alguien con familia llamando desde su país pidiendo leche y medicina porque en Santo Domingo sólo están bien los ladronazos políticos y los sacerdotes que crian perros Rott Wielers y los cardenales y l@s querid@s de todos ellos.

Ahora bien, cuando ese cheque llega los planes están a la orden del día y los días son el mismo tema. Algunos gozadores se sienten caminar sobre brasas, quieren arrancar para su pueblo y vivir la vida de un príncipe por dos semanas. Por más cara que estén las cervezas 5 mil dólares resuelven. Allá un amigo le alquila una yipeta blanca más grande que un barco, vueltas y vueltas al parque; etiqueta negra sobre todas las mesas de los restaurantes y discotecas; propinas que crean enemistades entre los mozos... Radiobemba habla sobre el Conde de Montecristo sin la mala onda de la venganza... Por eso no debería sorprender al afortunado cuando, manejando una hermosa tarde de martes por la calle principal llamada Duarte, of course, una jovencita con pantalones talle bajito y tanga roja y enseñando la alcancía y montada sobre esa motocicleta de fácil maniobra, llamada Pasola, le tira besos y lo persigue hasta que se para. El dominican no sabe qué decir, la verdad es que sus casi cincuenta años lo hacen sentir fuera de lugar ante esta muchachita de 19 que le muestra sin pudor su caminito de pelos negros que va desde el ombligo hasta monte adentro:

—Hola princesa, ¿y de quién son eso pelito linda?
—Tuyo papi, pero primero quiero que me ayude con 4,500 peso pal pagaré de la pasola que ta vencío dede noviembre...

Y aparece el dinero y muchos camarones y mucho Camilo Sesto y mucho río y mucha ropa nueva para ese amor que huele a lodo y a gardenias y que lo vuelve loco sin pensar que ella lo que busca en él no es el amor de loca juventud, como canta Buena Vista Social Club, si no algo tan poco poético y tan necesario como lo es el dinero. Será un dinero bien gastado. Ese hombre regresará a la nieve sin un chele sí, pero regresará mucho más joven, con una cirugía plástica en el espíritu hecha por esa palomita con apetito y uñas de buitre.

Otros, los que tienen cabeza, tratan de ahorrar. Esperan una oportunidad para comprar un solar o una mejora o dar el primer pago para una casa allá en su pueblo para cuando regresen para siempre, en un ataúd. Hormiguitas guardando comida para un futuro incierto.

Una tía mía le dijo a otro tío mío: "Mira Marcelino, deja de tar anunciando que te salién 9,000 dólare en el Incon Ta, que siempre aparecen necesidade, cambiando el tema, ¿tú me pue pretá mil dólare?" Y tiene razón, como hienas sobre el cadáver de un elefante, los familiares tratarán de saborear un pedazo de esa sabrosa carroña verde. De una vez la abuela escoge ese día para caerse y solicitar una cadera nueva, cuatro mil dólares; un primo cae preso y el abogado dos mil dólares; una hermana preñada de mellizos necesita mudarse de urgencia, dos mil dólares; y cuando se viene a consultar el balance de la cuenta en el Emigrant Bank sólo queda para comprar un medio galón de whisky y bebérselo en un sótano del Bronx voceando como en un cuento de Junot Díaz: "QUIQUEYA... QUIQUEYA... QUIQUEYA."

Bueno, cualquier cosa que haga con su dinero en esta buena temporada, por favor, llévese del consejo de Woody Allen y no invierta en una compañía cuyo dueño sea de apellido Casanova, los dominicanos deben leer Ramoncito Leonel Báez Fernández; y por el amor de Dios, no haga como MC Hammer que, después de tener más de 35 millones de dólares, ahora celebra los cumpleaños de sus hijos en un McDonald's por estar de gallo loco comprando inodoros de oro.





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