martes, abril 21, 2009

Jury Duty... Yankee go home

Si quieres hacer reír a Dios, haz planes, dice un refrán dicho por alguien al que todo le salía mal. Mi tío consiguió un ticket para el juego inaugural de los Yankees en su nuevo estadio y lo miraba todos los días, y lo volvía a guardar en la caja fuerte que el hijo teenager abre a cada rato para robarle 10 ó 20 dólares para yerba, I want to marry Juana. Nunca le roba mucho para que no se dé cuenta, aunque mi tío se da cuenta y se hace el loco para no confrontar al tecatico que no va a la escuela. Eso no es efecto de la yerba, si no del Bacardi blanco.

Digo consiguió porque nadie sabe cómo diablos un tipo tan tacaño como mi tío se hizo con un ticket que costaba desde cientos de dólares hasta un par de córneas por un asiento en los bleechers.

Pero he aquí que una semana antes del juego mi tío recibe una carta de la Ciudad, o por lo menos de alguien que trabaja en el área de la justicia. Mi tío, como todo inmigrante, desconfía grandemente de cualquier correspondencia con el sello de New York City; y no es para menos, siempre hay un asunto oficial, alguna multa atrasada, o peor aún, en este caso requerían su presencia en la 161 con Grand Concourse en la Corte del Bronx, lo habían elegido para Jury Duty, precisamente el día del juego.

"Coñazo, quieren que yo sea jurado, mierda, coñazo, mierda."

Mi tío es un hombre inteligente, después de maldecir por par de horas, empezó a resignarse; no, empezó a maquinar qué coño se inventaba para que lo dejaran ir de una vez. Eso de que no sabe inglés está muy gastado, especialmente después del ya legendario truco del juez Silverstain:

"Ok, if you don't undestand english go to the second floor, room 204 and sign the release form..."

Y cuando todas las vacas se pararon:

"Ok, it seems to me that everybody understood every word I said, sit down again and I don't wanna hear any excuses about language or I will hold you in contempt of the Court, and I am sure you know what I mean."

Así que mi tío no volvió a dormir bien en una semana, dormitaba. Por cierto, déjame ver si Dormitar existe... Estar o quedarse medio dormido. Pero la gente casi no usa ese verbo, como tampoco usa Musitar... Susurrar o hablar entre dientes... Musitando, palabras de amor, ansiedad, de tener tus encantos, y en la boca vol ver te a be sar... Oh, but I digress Mr King Cole. Y como, aunque muchos no lo crean, cuando la gente se pone a pensar casi siempre encuentra la solución, un día mientras llevaba a un cliente al aeropuerto, mi tío sintió un corrientazo en el cerebro traducido en sonrisa que alcanzó la carcajada y en una leve confusión que lo hizo pasarse de la terminal de JetBlue.

"José, hame el favor y llévame un bill tuyo a la casa, no importa, puede se del teléfono o del cable o de Con Edison, pero que diga tu diresión y tu nombre." 

The last two days, the rain was unstoppable... Pero el día del juego amaneció precioso. Parece que Mr Cashman, el gerente general de los Yankees, sobornó a Natura. Desde temprano el Bronx hervía con hombres y mujeres de apellido Jeter y Rodríguez, escritos en sus jerseys blancos con rayas azules. Mi tío no participaba de la algarabía que mantenía al canal del Tránsito aconsejando que usaran el tren, que en la zona no cabía un carro más. No, mi tío estaba leyendo una Atalaya en una solemne sala silenciosa hasta que lo llamaron.

Mr Juge, I can not be a jury, I'm sorry, my english no good
Let me be the Judge of that, what do you do?
I am a taxidriving
So, you must speak with your customers
No Mr Juge, they say address I take them and don't talk
Well I think your english is good enough
Yes Mr Juge, but I don't live in the Bronx 
Where do you live?
In Bay Ridge, in Brooklyn
Do you have a proof of address?
Yes Sir Mr Juge, here, Con Edison bill
José Ortiz... Well, go to the second floor and get your release...
Thank you Sir Mr Juge.

Y es que en mi familia hay como diez José Ortiz: mi tío, mi hermano, un sobrino, un cuñado, una prima, etc.

Mi tío no pudo ir al juego de los Yankees porque lo soltaron a las cinco de la tarde y el juego empezaba a la una; por lo menos vendió el ticket por un pasaje de ida y vuelta a Santo Domingo y dos noches de romo y cuatro gomas nuevas para el carro. Otra cosa que lo alegró fue que los Yankees perdieron 10 a 2. A nadie le gusta ir al estadio a ver a su equipo perder. 

No entiendo cómo un dominicano, o cualquier latino de la edad de mi tío, puede ser fanático de los Yankees, especialmente después de haber visto la foto del marine con su ametralladora y el dominicano con su piedra. En mi niñez decir Yankee era decir Invasor, y ahora también, pregunten en Bagdad y en Palestina. Mi primo Julito, que se volvió loco por leer poesía y a Marx, me hablaba de la opresión ejercida por los Yankees a los países como el mío. De hecho, invadieron par de veces. Ayudaron a derrocar a un gobierno elegido por el pueblo, el gobierno de Bosch que, acusado de anti norteamericano, dijo, "Nadie que haya leído a Mark Twain puede ser anti norteamericano." Y es que la literatura gringa es tan buena Mr Pound, and the fish swim in the lake and do not even own clothing; contrario a sus gobiernos Mr Bush, eh? Anyway, desde niño escuché eso de Yankee Go Home... 

En lo más escondido de aquel monte
alguien veo triste llorar
es Quisqueya la que llora
de martirios y pesar
ella gime y se lamenta
cuando al gringo ve pasar
llevándose sus riquezas
y nadie lo ha de atrapar
Qué Quisqueya más limpia y pura
veremos ya disfrutar
cuando logremos a los gringos
de Quisqueya pues, echar
porque en un tiempo no muy lejano
nuestra patria reventará
de sus entrañas vomitará
todo aquel mal que la daña
que llenaron de patrañas
los gringos y traficantes
alerta, alerta
Duarte, Mella y Sánchez
nuestra patria está maldita
y el producto de esa inmundicia
es el imperialismo Yankee.

Mi primo Julito escribió ese poema. Lo recitábamos en las tertulias culturales de años atrás. Hoy en esas tertulias sólo se chambonea con Omega, whatever that means. Hoy todos los pueblos dominicanos han cerrado sus teatros, y los cines han sido sustituidos por colmadones reguetoneros e iglesias evangélicas. Por eso odio el equipo de los Yankees de Nueva York, pero me gustan los Mets.





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