miércoles, junio 03, 2009

Faraonel swallows Los Haitises

Cada vez escribo menos sobre mi país. Como no vivo allá no me siento con derecho a comentar, es decir, a criticar lo que leo en los periódicos. Pero ahora debo escribir sobre el problema de los Haitises. No porque me importe mucho esa zona con sus manglares milenarios y su ecosistema, si no porque ya estoy cansado de recibir mil invitaciones diarias a través de Facebook para que me una a alguna asociación de protesta.

Una cosa que salta a la vista es la exageración, los extremos. Construir, y operar, una cementera, palabra hermana de cementerio, en esa zona verde tan importante para la ecología nacional, para el futuro de la República Dominicana, suena a burla de los opresores hacia los oprimidos, porque vamos a estar claros, como en una canción de Bersuit yo me pregunto, si esto no es una dictadura, qué es, qué es. Uno se imagina a Faraonel Fernández (amo de todas las cosas vivas y muertas), a un obispo de sotana rancia, a un par de ricos del país, juntos planificando la destrucción de la isla a corto plazo mientras sus bolsillos se llenan (cómo puede caber más dinero en esos bolsillos no lo puedo imaginar).

Aquí debo hacer una pausa para hablar un poco de Faraonel Fernández. Cada día que pasa ese señor es más corrupto (ya compró a todos los periodistas y a la mayoría de la oposición); cada día que pasa ese cerebro de pus inventa una nueva forma para aumentar su riqueza personal; cada día que pasa es más feo y más chopo. Dios mío, por favor, de rodillas te lo pido, si me concedes este deseo dejo el cigarrillo, mándale una enfermedad incurable.

Y uno ve a los jóvenes protestando, haciendo lo que pueden a través del Infernet, del boca a boca, sin ningún apoyo de ningún partido político (porque son todos unos ladrones), apoyados solamente por Clave Digital (los otros periódicos están comprados todos), con pancartas que hablan más de la indignación que de la esperanza:

República Dominicana: Inagotable
Faraonel Fernández: Insaciable

Aquí debo hacer una pausa para hablar de Jaime David Fernández Mirabal (atención Salma Hayek, la secuela del Tiempo de las Mariposas es el Tiempo de los Gusanos). Uno no entiende cómo este señor que llegó a ser el político más popular del país, se encuentre envuelto en este problema como Secretario de Medio Ambiente. Uno se imagina que debe haber algún chantaje, algunas fotos indiscretas, porque uno no puede imaginar que sea soborno, que reciba dinero, tal vez las papeletas que tienen a las Hermanas Mirabal, para que apoye esta vagabundería. Es muy sospechoso que lo hayan nombrado en Medio Ambiente y le caiga este proyecto molotov en las manos. "Si fuera Jaime David, diría que no, pero son órdenes del Presidente", creo que dijo, refiriéndose a sí mismo en tercera persona, como todo egocéntrico. Debemos recordar que este señor fue el enlace entre Balaguer y Juan Bosch en el vergonzoso acto del Frente Patriótico. Según cuentan Juan Bosch, en sus segundos lúcido, preguntaba, "Pero, ¿y ese es Balaguer que está aquí a mi lado?"; y Jaime David le contestaba, "No Profesor, ese es Cuquín haciendo una parodia, tómese esta pastillita, que yo soy psiquiatra." Es decir, Jaime David, Minou, por favor, por lo menos quítense el apellido, que si uno mira bien las papeletas de 200 pesos, las Mirabal están mirando para abajo.

De cualquier forma, quieren construir una cementera en los Haitises. Los notables que se enfurecen cuando ven a una haitiana bañando a un hijito en la Lincoln no han dicho ni esta boca es mía. ¿Dónde está Freddy Beras Goico aconsejando a la población a armarse ante esta barbaridad? ¿Dónde está el Cardenal? ¿Dónde está el director de Diario Libre? Tal vez cenando con Faraonel y los dueños de la cementera, es decir, los dueños del país, y de todo aquel que tiene la desgracia de seguir viviendo en Quisqueya la bella.





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