miércoles, marzo 12, 2014

December 11, 1942 by Flann O'Brien

Jack Butler Yeats

Puff, puff, puff.
Bajo el conectador sentimiento de calor tropical y verticales luces de sol, yo junté a todas las criaturas, pájaros, bestias, reptiles, todos los árboles y las plantas, usos y apariencias, encontrados en las regiones tropicales y los ensamblé en la China o el Indostán. De sentimientos similares, pronto traje a Egipto y todos sus dioses bajo la misma ley. Fui mirado, pitado, muequeado, rechinado, por monos, por loros, por cacatúas. Yo corrí hacia las pagodas; y fui fijado, por siglos, en la cumbre, o en habitaciones secretas; yo fui el ídolo; yo fui el sacerdote; yo fui adorado; yo fui sacrificado. Yo escapé la ira de Brama a través de los bosques de Asia; Vishnu me odió; Seeva yació para mí. Llegué de repente sobre Isis y Osiris; yo había hecho un hecho, dijeron, ante el cual temblaban la ibis y el cocodrilo. Yo fui enterrado, por mil años, en ataúdes de piedra, con momias y esfinges, en estrechas cámaras en el corazón de las pirámides eternas. Yo fui besado, con besos cancerosos, por cocodrilos; y yací, confundido con todas las cosas innombrables y fangosas, entre las cañas y el lodo del Nilo.

Fue en el año de la división, creo, cuando agarré la pipa; un día desde entonces sin opio no he vivido. No podría, no viviría. Algunas veces parezco escalar y desaparecer entre el escenario grotesco de mis propios sueños; algunas veces emerjo de mi sueño ahumado, mi propia pesadila encarnada.

Mi consejero médico (un esclavo a la inferior cognada preocupación del láudano) me dice que debo dejar esta pipa o perecer. Todavía mi bolsa hoy (un trabajo de Kapp y Peterson del 1918) está tan bien alineada como siempre. Mis inmovibles mejillas de cuero han logrado el modelo de una cómica sonrisa lasciva. Ulceraciones majestuosas hoyan mi boca.

Ven alrededor de la esquina aquí por un minuto fuera de la brisa mientras enciendo mi pipa.

De repente un pequeño perro ha aparecido en mi mente. Claramente es la propiedad de algún fallecido mandarín. Su pelaje está recortado en la manera del oriente; su cintura esta recortada casi al desnudo, fantásticos pantalones de pelo hechos para vestir sus piernas. Corre rápidamente por mi cabeza, buscando ratones en vano. De repente se ha hecho viejo. Un patético bigote blanco cubre su vieja mandíbula. Se acuesta.

Las paredes de mi cabeza han sido decoradas de gratis por Mr Jack Yeats. Cada noche sin falta hay una exhibición de fuegos artificiales..





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