martes, julio 06, 2010

World Cup Primetime on ESPN

Estaba lloviendo, estaba yo viendo, a pesar de conocer el resultado, el resumen del Mundial por ESPN. Por lo menos quería gozar del golazo de Forlán, barbarazo; cuando llegó el Half Time y los cursileros de ESPN pasaron un reportaje con la siguiente amenaza: escrito, filmado, narrado, producido, dirigido, pensado, por 22 brillantes jovencitas prometedoras overachivers, u otro adjetivo igual de ruín, de High School de toda Sudáfrica. Es decir, algo intragable.

Cuando enseñaron al grupo de soñadoras, esperé encontrar negras y blancas, reflejo de la igualdad en ese hermoso país que dio a conocer en el mundo a la vuvuzela. Pero no, todas eran negras, lo que me hizo pensar en segregación voluntaria, si las elegidas ganaron por excelencia académica.

Pero bueno, eludiendo el racismo, atrayente por fácil, diré que de una vez supe que venía alguna historia de Overcoming Obstacles, de Human Triumph, de canción de Whitney Houston, tal vez inspirada en alguna cita de Paolo Coehlo, o del Dalai Lama, o de Yoda. Y así fue, pero contrario al sentido común, la historia era sobre algún activista de los derechos humanos, o civiles, en lugar de ser la increíble historia de Pretorius Blomkamp, prometedor futbolista sudafricano que luchó contra el Apartheid, y al que, compartiendo calabozo con Bono, digo, con Mandela, le fue amputada su pierna derecha por resistirse a revelar si era verdad que Mandela era ventrílocuo; y que, sin embargo, ya libre, sin prótesis, saltando en un solo pie, jugó con el equipo nacional sudafricano por tres años, aunque sólo hizo un autogol, cabezazo, y le cantaron varias manos. Y el que, años más tarde, sufrió un aparatoso accidente mientras manejaba su Ferrari Custom Made, perdiendo la otra pierna, y, sin embargo, jugó dos años más, sin goles, varias manos, con la selección sudafricana. Y el que, tratando de cocinar algún plato típico, se quemó el brazo derecho hasta la amputación hasta el codo. Y el que, sin embargo, jugó un año más con la selección sudafricana, aunque, tengo que decirlo, no anotó ningún gol, pero tampoco se le cantaron manos. Mandela lo nombró asesor de asuntos deportivos. Murió en la navidad del 2003, ahogado en su jacuzzi.

Es decir, si esta no es una historia de triunfo puro del Human Spirit, digna de Ring Lardner y Family Guy, no sé cuál es.





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