viernes, agosto 06, 2010

Nantucket Reality Checkpoint

Y estamos en Nantucket. Un buen lugar para pasar una semana de verano comiendo bueno, bebiendo bueno, y dedicarse a observar a la muchacha americana en shorts, como un personaje de Salinger después de alguna locura.

La casa es una sorpresa agradable, amplia, clara y con muchas ventanas; madera con aire acondicionado, cable who cares y wireless infernet; rodeada de hortensias, pinos, bamboo y mar. En la casa viven 6 personas y dos niños, fuertes vínculos de sangre, hermanos, sobrinos, primos. Dos parejas de esposos con un hijo cada una, y dos hombres solteros. Los solteros hemos podido salir de noche a ver a la muchacha americana en shorts bebiendo cerveza en el Gazebo, en el Cambridge, en el Boarding House. Una de sus caraterísticas es quitarte el sombrero y tirarse fotos con él. Luego te lo pone y te da un besito o te hace una mueca. No importa, es agradable y cariñosa y huele bien y se muerde mucho los labios. Los casados salen de día a observarla bebiedo cerveza en la cerveceria Cisco Brewery, alguna banda tocando canciones folk con contrabajo y violín pone la música de fondo, pero no pueden observarla mucho tiempo porque el toque de queda es a las 6, las esposas hacen yoga.

Esta noche es una noche como cualquier otra en nuestra casa de verano en Nantucket. Uno de los casados es chef, y se divierte creando platos que despiertan papilas gustativas pensionadas largo tiempo atrás. Pez espada, trufas, ponzu y Yisus my friend I didn’t know a cauliflower could taste like this. Pero no, esta noche es un poco diferente porque tenemos una invitada a cenar, la Masajista. Pero no sólo fue invitada a cenar si no que se le hizo un truco y abracadabra estaba frente a una estufa mirando par de libras de arroz con par de libras de habichuela, es que ella es dominicana y tiene fama de cocinar bueno. Ya con los aceites y cremas, usados en su bienvenida labor de relajar cuerpos tensos, en su Toyota Corolla 1999, poniéndose la cartera, la detiene su cliente, una de las casadas.

-A mí me dicen que tú cocina muy bueno.
-¿Y quién te dijo?
-Aurora cuando vino a secarme.
-Pero Aurora nunca ha comido nada que yo he cocinao.
-What happens honey?
-Oh, that she is going to cook rice and beans Dominican style for us.
-Great, I’ll roast the lamb and the lamb sausages.
-Pues mira, ahí está el arroz y la habichuela, y todo lo que necesitas.
-Ok, a mí me gusta cociná.

Cuando me enteré que venía una masajista que además sabía cocinar, y le gustaba, yo abrí mis brazos a la galaxia y le pedí a Yoda que por favor no fuera demasiado fea, es decir, no quería manchar la imagen en mi imaginación de macho de ese ser mitológico que según la antigua leyenda griega es una mujer que, además de cocinar bueno y dar masajes, sabe mamar bien también, es decir, despertarse con una comida recién hecha y sabrosa, agridulce sabor a nostalgia, y que quejarte de un dolorcito en el cuello o en la espalda sea encontrarte sobre una cama desnudo siendo manoseado expertamente por unas manos femeninas durante una hora, y Happy Ending, hell yeah. Es decir, señores del jurado, ustedes tienen que entender el caso de la imaginación de este simple mortal.

Los solteros vivimos en el amplio sótano, hasta librería, pero además tiene los aditamentos requeridos para gozar. Y los solteros durante toda la velada, especialmente cuando los temas envuelven precios de casas en ciudades “Come visit us, we have a Walmart”, bajamos y pasamos media hora riéndonos. Así que cuando la cena terminó, y el tema principal parecía que iba a ser “Enfermedades Infantiles Fatales”, los solteros nos paramos, provocando en los casados una reacción parecida, porque ellos querían bajar al sótano también. Mientras bajábamos los escalones, pensé que habíamos pasado sin peligro el último reality checkpoint, pero, fiel a la causa, una de las esposas voceó, “PERO NO MUCHA FERNANDO...”

¿Vieron lo que sucedió? Una de las esposas, antes de que su esposo entrara a la Groovy Land, lo pasó por un reality checkpoint con el enigmático “Pero no mucha Fernando...” ¿No mucha qué? ¿Risa? ¿Paz? ¿Diversión? Ya lo dijo el filósofo gringo Chris Rock, a las esposas, especialmente latinas, digo yo, no les gusta que el hombre se divierta si no es con ella. Y cuando te deja hacer algo solo, siempre encuentra la forma de meter un gusanito en tu mente para que no puedas disfrutar por completo, es decir, podrás entrar a la Groovy Land, podrás empezar a caminar escuchando American Girl by Mr Petty, pero en pocos minutos ella te pasará por un reality checkpoint. Y no importa que hayas hecho todo lo que se suponía hicieras, siempre encontrará tema:

-FERNANDO… FERNANDO… FERNANDO…
-Dime.
-RECUERDA QUE MAÑANA TENEMO QUE LLAMAR A TU MAMÁ.
-Pero mi mamá ta muerta dede hace 5 año.
-BUENO PUES TENEMOS QUE LLEVARLE FLORES, O ALGO…

Es decir, señores del jurado, ustedes tienen que entender el caso del aburrimiento de esta simple mortal, ella es joven, ella quiere volverse loca también, ella quiere poder fiestar toda la noche y dormir hasta la una de la tarde también, ella quiere beber y fumar y disfrutar de la Groovy Land también, pero es madre sin niñera, y los niños son una bendición sí, pero para ambos, papá.





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