miércoles, enero 09, 2013

Quite a conundrum


El sábado hizo demasiado calor. Es decir, en Kansas City se murieron como 13 obesos y en el Banco a una mexicana embarazada le dio un patatú cayendo medio a medio de sus 5 niños, obstruyendo por más de una hora el camino de aquellos que usan cualquier método de planificación familiar hacia los ATMs.

En la noche la quemazón continuó; mi mujer y yo decidimos no salir del aire acondicionado ni para recibir comida. Ella puso a Bourdain does Haiti. Obviamente Mr Bourdain ha olvidado a Mr Wilde cuando dijo, "Strange dishes produce the strangest diseases"; imagino que debe andar con un super team de gastrotén gastroenté gastroentegó, doctores de la boca al ano, plus respectiva unidad de cirugía ambulante siempre ready. Y como mi mujer y yo somos hijos de la era, también ojeábamos Palm Sunday de Vonnegut.

Mira mami lo que dijo Vonnegut de Twain...
¿Y para ti quién es mejor de los dos?

Esa es mi mujer, Xena, Warrior Princess, la que le gusta discutir o dejar caer un tema, incluso sin saber de qué lado va a estar; ella espera que yo diga y, sin importar lo que yo diga, ella dirá lo contrario.

Mami, ¿por qué será que el color marrón no e má popular en la ropa?
Sí lo es.
¿Dónde e el color marrón popular en la ropa?
En España.

Pero antes de responderle la pregunta a mi amazona ventralis del alma, me gustaría decir que los humanos tenemos que entender que el verbo Elegir, y la acción de Elegir, no deben ser abusados. Debemos elegir cuando es absolutamente necesario, último recurso en el jardín de conucos que se bifurcan. Es decir, no es tabaco o ron, es tabaco y ron.

Twain.
¿Por qué?

Bueno, porque Twain nació primero. Vonnegut leyó a Twain, y es muy posible que Vonnegut haya sido el escritor que fue gracias en parte a la lectura de Twain, para no mencionar el flagrante plagio del bigote y haber nombrado Mark a su primogénito. Pero bueno, mejor traduzco un pedazo de Vonnegut mencionando a Twain con su acostumbrada noblesse oblige:

"Yo soy por supuesto un escéptico sobre la divinidad de Cristo y desprecio la noción de que hay un Dios que le importa como estamos y lo que hacemos. Fui criado de esta forma y confirmado en mi escepticismo por Mark Twain en mis años de formación, y por otras buenas gentes también. En esta ocasión quiero poner en unas pocas palabras el ideal que mis padres y Twain y el resto sostuvieron ante mí, y el que ahora paso. El ideal, logrado por pocos, es este: 'Vive de una forma que puedas decirle a Dios en el Día del Juicio, "Yo fui una muy buena persona, aunque no creí en ti."' Los escépticos religiosos a menudo se convierten en unos amargados hacia el final, como lo hizo Mark Twain. No me propongo adivinar por qué él se convirtió en un amargado. Yo sé por qué yo me convertiré en uno. Finalmente me daré cuenta de que tuve razón todo el tiempo: que no veré a Dios, que no hay cielo o Día del Juicio."

Vonnegut es mejordijo mi mujer.





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