domingo, julio 08, 2012

The Approaching Epidemic by Mark Twain


Una calamidad a la que la muerte del Sr. Dickens condena este país no ha despertado la preocupación que su gravedad da derecho. Nos referimos al hecho de que la nación va a ser lecturada hasta la muerte y leída hasta la muerte todo el próximo invierno, por Tom, Dick, y Harry, con el pobre y lamentado Dickens como pretexto. Todos los vagabundos que pueden deletrear afligirán a la gente con "lecturas" de Pickwick y Copperfield, y todos los insignificantes que han sido ennoblecidos por la atención del gran novelista o transfigurados por su sonrisa harán un bien comercial de ello ahora, y convertirán el sagrado recuerdo al uso práctico de procurar pan y mantequilla. Ya los signos son perceptibles. He aquí como las inlimpias criaturas están deslizándose hacia el león muerto y juntándose para el festín:

"Recuerdos de Dickens." Una lectura. Por John Smith, quien lo oyó leer ocho veces.

"Recuerdos de Charles Dickens". Una lectura. Por John Jones, quien lo vio una vez en un tranvía y dos veces en una barbería.

"Recuerdos del Sr Dickens". Una lectura. Por John Brown, quien ganó ancha fama por escribir críticas y rapsodias delirantemente apreciativas sobre las lecturas públicas del gran escritor; y que estrechó la mano del gran autor en varias ocasiones, y conversó con él varias veces.

"Vistas y Sonidos del Gran Novelista". Una lectura popular. Por John Gray, quien sirvió su mesa todo el tiempo que él estuvo en el Grand Hotel, en Nueva York, y todavía tiene en posesión y lo exhibirá a la audiencia un fragmento del Último Pedazo De Pan que el lamentado autor probó en este país. 

"Lecturas de Dickens". Por la Sra. J. O'Hooligan Murphy, quien lavó para él.






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