jueves, septiembre 13, 2012

Joyce, Fitzgerald and Edgar Lee Masters

Su alma se desvanecía lentamente mientras él escuchaba la nieve cayendo ligeramente a través del universo y ligeramente cayendo, como el descenso de sus últimos finales, sobre todos los vivos y los muertos.








Gatsby creía en la luz verde, el futuro orgiástico que año por año retrocede ante nosotros. Nos eludió entonces, pero eso no importa, mañana correremos más rápido, extenderemos más lejos nuestros brazos... Y una fina mañana... Así nosotros seguimos, botes contra la corriente, empujados incesantemente hacia el pasado.

























Theodore, el poeta

De muchacho, Theodore, te sentabas largas horas
En la orilla del turbio Spoon
Con hundido ojo fijo en la puerta de la madriguera del cangrejo,
Esperándolo que aparezca, empujando adelante,
Primero sus antenas ondeantes, como pajillas de heno,
Y pronto su cuerpo, coloreado como jabón-piedra,
Enjoyado con ojos de chorro.
Y tú te preguntabas en un trance de pensamiento
Qué sabía, qué deseaba, y por qué vivía en absoluto.
Pero más tarde tu visión observó hombres y mujeres
Escondiéndose en madrigueras de destino entre grandes ciudades,
Esperando que salgan las almas de ellos,
Para que así pudieras ver
Cómo vivían, y para qué,
Y por qué se mantenían arrastrándose tan ocupadamente
A lo largo del camino de arena donde el agua falta
Mientras el verano mengua.





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