miércoles, septiembre 05, 2012

Review of the book "Dinners and Dishes" by Oscar Wilde


Un hombre puede vivir tres días sin pan, pero ningún hombre puede vivir un día sin poesía, era un aforismo de Baudelaire. Usted puede vivir sin cuadros y música pero no puede vivir sin comer, dice el autor de Cenas y Platos; y esta última opinión es, sin duda, la más popular. ¿Quién, de hecho, en estos degenerados días vacilaría entre una oda y un omelet, un soneto y un guisado*? Sin embargo la posición no es enteramente filistea; la cocina es un arte; ¿no son sus principios el sujeto de las conferencias de South Kensington, y no da la Real Academia un banquete una vez al año? Además, como la democracia venidera va, sin duda, a insistir en alimentarnos todos con cenas de centavo, está bien que las leyes de cocina deberían ser explicadas: porque si la comida nacional es quemada, malamente sazonada, o servida con la salsa equivocada una revolución terrible podría seguir.

Bajo estas circunstancias, fuertemente recomendamos Cenas y Platos: es breve y conciso y no hace intento de elocuencia, lo cual es extremadamente afortunado, porque aún sobre hortelanos, ¿quién podría aguantar la oratoria? También tiene la ventaja de no ser ilustrado. El sujeto de una obra de arte tiene, por supuesto, nada que ver con su belleza, pero aún así hay siempre algo depresivo en la litografía coloreada de una pierna de cordero.

La dificultad real que todos nosotros debemos encarar en la vida no es tanto la ciencia de la cocina sino la estupidez de la cocinera. Y en este pequeño libro al Epicureanismo práctico la tirana de la cocina inglesa es exhibida en su luz apropiada. Su entera ignorancia de hierbas, su pasión para extractos y esencias, su total inhabilidad para hacer una sopa que sea algo más que una combinación de pimienta y salsa, su inveterado hábito de enviar cataplasmas de pan con faisanes, todos estos pecados y muchos otros son desenmascarados sin piedad por el autor. Porque la cocinera británica es una tonta mujer que debería ser convertida por sus iniquidades en un pilar de sal la cual ella nunca sabe cómo usar...


*La palabra traducida es Salmis, guisado o mezcla. 
Tal vez en español hubiese elegido Salami.





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