miércoles, diciembre 21, 2005

Christmas is here

Y llegó la Navidad.

Algunos la han visto en las manzanas y uvas colgando de tarantines de polvo en Afganistán, digo, en la zona de desastre llamada La Duarte que parece que le tiraron una madrebomba.

Otros la han visto en el aeropuerto en las sonrisas y lágrimas de los viajeros que son recibidos con un abrazo y un vaso de ron y acordeón tambora güira.

Otros la han visto en los 255 millones de bombillitos de colores prendiendo y apagando y campanas gigantes adornando verjas de casas y edificios.

Otros la han visto en una e-card en un mail de una sobrinita.

Otros la han visto en el doble sueldo en bolsillos y carteras de mujeres y hombres comprando cualquier cosa en las plazas goloseados paso a paso por carteristas que también quieren su doble.

Otros la han visto en los 500 mil lazos que quién sabe cuánto costaron afeando aún más lo que no puede ser más feo.

Otros la han visto en un jean regalo de una hermana.

Otros la han visto en la cena de Faraonel a los peloteros de Grandes Ligas donde se brindó Moet Chandon demostrando la opulencia de un imbécil.

Otros la han visto en los ojos quemados de un puerco en puya rodeado de moro de guandules.

Otros la han visto en el arbolito de la rotonda de la Luperón que tiene como estrella la foto del síndico de Santo Domingo Oeste.

Otros la han visto en la brisa fría que te da esperanzas y la confianza para lanzarte a nuevos imposibles.

Otros la han visto en las cenas de demagogia y política de la Primera Dama por los barrios, copia burda de Balaguer.

Otros la han visto en las libras que han aumentado comiendo como cerdos porque se hace de noche de una vez y a uno lo único que le da gana e de comé to lo que apareca y bebé muchísimo.

Otros la han visto en el millón de pesos que tuvo que pagar el Dr. Vincho Castillo por difamar, digo, acusar sin presentar pruebas a una persona tan despreciable como el Sr. Hernani Salazar.

Otros la han visto en la pela que se coge todos los viernes buscando el angelito de la oficina.

Otros la han visto en los tapones de horas que a toda hora le hacen la vida imposible a quien se atreve a salir.

Otros la han visto en un pastel en hoja full de cachú y mayonesa.

Otros la han visto en las carpas de fuegos artificiales que la gente compra quemando el dinero en explosiones que disparan todas las alarmas japonesas y vuelven locos a los perros.

Otros la han visto en la voz de una mujer que anhela esperar el cañonazo abrazándote en una playa del Caribe y no inyectándole una migaja de alivio a un desahuciado que mira a través de una ventana un mar congelado.

Otros la han visto quedándose ciegos en el encuentro casual con una bala perdida.

Otros la han visto en las piernas de una pareja que baila pegao un merengue del Conjunto Quisqueya en una fiesta de un pueblo que todavía vive en el 1981.

Otros la han visto en la hundía que le dio la Sra. Nuria Piera a la maldita Isla de la Fantasía demostrando sin sorpresas que detrás de esa barbaridad habían unos maleantes que cenaban con Faraonel en Madrid.

Otros la han visto en la sonrisa de un haitiano que te vende piña con miel diciéndote "Felí Navidé."

Otros la han visto en el primer lugar del glorioso Licey en la serie regular.

Otros la han visto en la imagen perturbadora del Papa con gorro de Santa Claus igualito al malvado emperador de Star Wars.

lunes, diciembre 19, 2005

Feria Artesanal Navidena

Un domingo de diciembre es un crimen quedarse en su casa a menos que usted esté en amor. El Palacio de la Esquizofrenia en la Zona Colonial es un buen lugar para beberse una cerveza, una cocacola, un jugo o no beber nada.

En el Conde varios incas o mayas tocan el Cóndor Pasa, of course. Una flauta dulce, otra flauta no tan dulce, y una drum machine. ¿Quién diablos se inventó la drum machine? Es una caricatura del sonido. Es Mozart en un Nokia.

Las carpas en el parque Colón, qué cuerda tener que escribir ese nombre, anuncian una actividad: Feria Artesanal Navideña.

Caminando entre los artesanos uno se pregunta por qué le gustan tanto los animales exóticos. Cobras, jirafas, sirenas, elefantes, delfines discuten cuál es más feo. Animales en piedra, en madera, en cobre, en alambre dulce; nombres grabados en granitos de arroz, de habichuela, de guandules, de lentejas; barcos que no caben en una sala, en una habitación, en un pasillo; sombreros de piel de vaca, de chivo, de conejo; carteras de cana, de paja, de guano; collares de caracoles, de semillas, de plástico; locos borrachos, locos mansos, locos bullosos; militares de camuflaje, de verde, de trajes; Socorro Castellanos, Secretario de Cultura, La Primera Dama...

Una mesa de honor. De repente en la feria hay más militares que artesanos. Llegó la Primera Dama y con ella el octavo batallón de las Fuerzas Armadas. ¿Quién diablos le ha dicho al Servicio Secreto que aquí se atenta contra la vida de nadie? Un país que ni protesta. Y no hay animal más mal educado que un guardia. Una cara como un machete, un dedo nervioso en el gatillo de una M-16 o Bazuka, unas ganas inmensas de abusar de un ciudadano que le paga el sueldo. Los turistas de ojos atónitos piensan que en cualquier momento estalla una revolución.

La banda de música de las Fuerzas Armadas toca el himno nacional. En el último acorde un lambón, que cobra un cheque por eso, execrando nuestro glorioso himno sin que a ningún nacionalista le importe que cojan nuestro glorioso himno, que tanta sangre le costó a DuarteSánchezMella, para hacer política, vocea: "E palante que vamos." Y empiezan los discursos:

Socorro Castellanos: Sí qué bueno que estamos en la fiesta de la artesanía, arte sano, artesano, ar te sa no, yo jamás pensé que estaría aquí en el 2005 hablando por un micrófono a los 173 años y viva...

Un hombre con traje: Tengo puesto un traje y hoy estamos a 18 de diciembre del 2005 y mañana estaremos a 19 y son las 6 de la tarde y en una hora serán las 7 de la noche, aunque en muchos lugares le dicen las 7 de la tarde, incluso, hasta las 9 de la tarde le dicen en algunas naciones que el sol se acuesta en la medianoche aunque hay días en que un bacalao puede saber igual que una lechoza verde que contrario a los mangos no pueden hacerse ensaladas con ellas...

Una mujer con saquito: Tengo puesto un saquito y en este día memorable la memoria no podrá ser llevada a un grabado de una mujer pobre vestida de Santa Claus debajo de una sombrilla hecha de pensamientos del horóscopo venusino...

La Primera Dama: Sí qué bueno que estamos aquí en esta Feria Artesanal Navideña que si yo hubiese sabido que iba que tener que ir que a tantos eventos que tan aburridos que jamás que me hubiese casado que con Faraonel que cualquiera que se vuelve loco que del aburrimiento que si no fuera que por todos los beneficios que tengo que siendo que la Primera que Dama que con tantos que lambones que y andando que con un regimiento que entero que de guardias que me protegen que de la chusma que me dejan que malos olores que en estos trajes que tan feos que pero que tan caros que yo que me pongo que E palante que vamos...

Un loco tuerto cayéndose de un jumo: VIVAN NUETRO HÉROE VIVAN...

Una loca deforme como Cuasimodo: EEEEEEEEEEEAAAAHHHHHHHHHGGGGGG...

Socorro Castellanos: Sí que bueno que ahora vamos anunciar los ganadores del estímulo de 10 mil pesos para las 123 personas que forman los grupos y que se va armar un lío porque se los vamos a dar en marzo y van a tener que llamar muchísimo y gastar pasaje viniendo desde Oviedo o Higüey o el Pico Duarte para poder conseguir el cheque que al final será de 2,233 pesos y van a terminar enemigos entre todos porque van a pensar que fue que alguien del grupo se robó el dinero:

Premio en madera: Una madera, digo, una rana...
Premio en piedra: Una piedra, digo, un cocodrilo...
Premio en Bambú, Un bambú, digo, una lagarto, digo, una lámpara...
Premio en barro: Un pedazo de barro, digo, una culebra...
Premio en Caracol: Un caracol, digo, una tortuga, digo no, otra rana...

Al final un grupo de bailarines vestidos de mojiganga, aquí las campesinas no se visten con trajes de flores ni los campesinos usan sombreros de paja con pantalones kakhis saltacharcos, bailaron una mangulina. Un grupo de gagás diablos cojuelos salieron bailando palos o cualquier otra cosa. Tal vez hubo diversión para los artesanos campesinos que vinieron desde tan lejos a la fiesta de la artesanía, tal vez esto estimulará a la creación de nuevos animales en piedra, en madera, en bambú, en barro, en miseria.

jueves, diciembre 15, 2005

Some Say

Algunos dicen que Faraonel visitó Haití.

Algunos dicen que algunos haitianos protestaron.

Algunos dicen que a Faraonel se le informó que no debía ir.

Algunos dicen que ese viaje fue un plan de Faraonel para subir la popularidad del gobierno con la unidad nacionalista.

Algunos dicen que el plan de Faraonel funcionó porque ahora todomundo lo ve como una víctima y lo apoya.

Algunos dicen que Faraonel sólo piensa en su provecho.

Algunos dicen que a Bush le tiran hasta mierda cuando visita cualquier país y ningún gringo difama al país de la protesta.

Algunos dicen que este es el único país donde la gente no protesta aunque le roben la comida de sus hijos.

Algunos dicen que esta indignación por el fo a Faraonel deberíamos sentirla cuando sabemos que el Sr. Ramoncito Báez anda en yate y helicóptero y vive en una villa con nuestro dinero.

Algunos dicen que esta indignación deberíamos sentirla con los señores que negocian con la electricidad desde hace medio siglo, incluidos Faraonel y Unión Fenosa.

Algunos dicen que esta indignación deberíamos sentirla con los políticos que hay que entregarles 3,300 millones de pesos para que organicen su rodeo cada dos años.

Algunos dicen que esta indignación deberíamos sentirla cada vez que estamos en un tapón y se para una Harley con un franqueador que para a todomundo porque va a pasar el asistente del asistente del que pone bombillos en la casa de Faraonel.

Algunos dicen que esta indignación deberíamos sentirla cuando vemos la opulencia que muestran los funcionarios mientras el país no tiene educación ni medicina ni luz.

Algunos dicen que esta indignación deberíamos sentirla con los promotores de la Isla Artificial acusados de fraude por muchísimos dominicanos engañados y Faraonel almuerza con ellos en Madrizzz.

Algunos dicen que la caricatura de Harold Priego en Diógenes y Boquechivo continúa echando leña al fuego cuando pudiera ayudar tanto, que mejor sería que verifique las faltas ortográficas: Tubieran.

Algunos dicen que el Diario Libre es totalmente Faraonelista, y que debería tener cuidado echando leña al fuego cuando pudiera ayudar tanto.

Algunos dicen que recordemos que todos somos seres humanos.

Algunos dicen que por favor bájenle algo que no estamos en 1822.

Algunos dicen que recordemos que los haitianos son los que siembran y construyen por migajas y que los dominicanos no estamos en trabajar la tierra y menos por chelitos.

Algunos dicen que desde 1822 han pasado 183 años y que desde el 1965 han pasado 40 años y nadie recuerda la invasión gringa. ¿Será porque los gringos son rubios?

Algunos dicen que bajémosle algo al odio que tamo en Navidad y ya dieron el doble y vamo a bailá.

Algunos dicen que Faraonel es pura maldad.

Algunos dicen que Faraonel dice: So let it be written, so let it be done...

miércoles, diciembre 14, 2005

A man with no shirt. A man with a suitcase. A woman screaming.

Picture by Maurice Sánchez

La habitación es oscura, adentro un hombre sin camisa trata de dormir 23 horas. Afuera una mujer con rolos grita insultando a otra mujer con bajaymama por un saludo muy cariñoso al esposo en el colmadón de la esquina. Y un anónimo perro kakhi ladra solidario con la ofendida que los domingos le tira huesos de pollo con concón.

Ese es el problema de vivir parte atrás, cualquiera sin dinero se deprime con esta noche eterna. La luz no entra a la habitación del hombre sin camisa a ninguna hora de diciembre, o de agosto. El día es cronometrado por las actividades de la mujer con rolos que grita. En la mañana le grita a los niños porque van a llegar tarde a la escuela; en la tarde le grita a los niños porque no quieren comer esa comida sin carne; en la noche le grita a los niños porque no se duermen; en la madrugada le grita al esposo porque llega borracho.

Un hombre con maletín tumba la puerta. Él sabe que adentro un hombre sin camisa que debe cuatro meses de renta lo escucha cerrando los ojos. Entre toque y toque discute la situación del inquilino con cualquiera que preste sus orejas. La verdad es que le encanta que alguien no pague. La verdad es que le encanta venir a tumbar la puerta con esa autoridad efímera de maletín. En la oficina de abogados es un empleado de sueldo mínimo, de cargar canastas navideñas a carros alemanes, de solicitar avances de sueldo con voz de penitente, de responder lo que usted diga señor; cobrando es un hombre de importancia, tal vez hasta concede una semana de gracia por un mirada de respeto, por un ruego con lágrimas.

En la calle un haitiano pasa vendiendo guineos y aguacates. En la habitación una boca se hace agua. Si sale lo atrapan, si no sale adiós al aguacate con pan. El hombre sin camisa abre la puerta en medio de una confidencia del hombre con maletín a la mujer con rolos que grita. El hombre con maletín abre la boca para disparar el ultraje a boquejarro, el hombre sin camisa le da un trompón en la cara con todas sus fuerzas dejándolo sin sentido en medio de un charco de agua parda. La mujer con rolos que grita se queda muda por primera vez en todo el día. El hombre sin camisa compra dos aguacates, y entra a su habitación cerrando la puerta hasta quién sabe cuándo.

martes, diciembre 13, 2005

David

Papalao se llevó a Tío Rafael y a Tío Lorenzo a buscar los caballos. Papalao, luchando contra el miedo, dijo que la radio le gustaba exagerar las cosas. Había visto a San Zenón. Hojas de zinc, como guillotinas, y palos de empalizadas, como lanzas, eran retazos de un recuerdo que el cerebro no atesora.

Sacos de arena, comida en lata Jajá para un año, tablas clavadas en las ventanas y puertas, velas y fósforos, focos, ansiedad, risas en los jóvenes.

Nuestra casa era refugio para varios familiares con casas cercanas al río, con casas que necesitaban reparación aun en tiempos de sol. Salomón no quería venir, Paulina lo convenció con la amenaza de dejarlo solo, y él, desde que se casó, no puede pasar una noche lejos de ella. Además estaba el Yuna ahí mismo que, sin ciclón, en mayo, tocaba a su puerta en la madrugada.

A pesar de un cielo negro, por mi mente no pasó el miedo. Me sentía en un picnic bajo techo. Los niños jugábamos en los espacios sin muebles del primer piso. Los hombres jugaban dominó bebiendo ron comentando los rumores de embarazo, cuernos y enfermedades. Las mujeres comentaban los rumores de embarazo, cuernos y enfermedades al lado de ollas humeantes, de silbidos de aceite en la cocina que no se apagó ni un minuto.

—No va a pasar na, muerto el doble cinco...
—¿Y a ella no le habían sacao ya la apéndice?
—Fríe bien esa tortilla que a ete hombre le gutan la vaina quemá...
—Eso era lo único que faltaba, un ciclón...
—No va a vení na, el gobierno e capá de pedile dinero pretao, ¿quién puso ese chivo?
—Dique salió preñá por tar quemando en el Yaraví, eso e mucho roce...
—Toy seguro que voá encontrá la casa vacía, si no se mete el Yuna se meten lo ladrone, no se puede abandoná una casa...
—Ete pollo si e chiquito, fríe do mulo má...
—Pue parece que tiene cuatro apéndice...
—¿Quién puso ese chivo? Fuite tú Salomón, no me le den má romo a ese niño...

La radio interrumpía el picnic en el parque de diversiones bajo techo con un boletín:
"Es casi seguro que el ciclón David toque tierra dominicana, no se sabe exactamente por dónde ni la hora, sus vientos van de Norte a Sur a Este a Oeste a más de 150 millas, es decir, rapidísmo, se aconseja a aquellos que viven cerca de ríos, cañadas y mares dirigirse al refugio más cercano o para alguna casa de alguien que sea de concreto, la Defensa Civil está preparando una lista de los refugios para darlos a conocer a la población cuando ya no haga falta, se aconseja a la población a mantenerse al tanto de los boletines aunque sólo sirvan para asustarlos, ni se le ocurra montarse en yola, barco, balsa o yate."

Me dormí en una cama y desperté en otra rodeado de brazos y piernas. Los hombres continuaban el dominó, ahora con cerveza. Las mujeres continuaban en la cocina, todas tenían fósforos y velas en los bolsillos.

—Ya etá por Haití
—Yo ecuché que era por San Pedro
—¿Y no e por Barahona que viene?
—Lo vieron por Monte Cristi

Me escapé un momento de los ojos de Mamatita para ir a ver a La Melá. Relinchos. Una vaca mugía como llamando a alguien. Miraba el campo lejano, mugía, miraba al becerro, mugía, y me miraba con ojos de mujer que llora en sueños. Corrí a la casa.

Los hombres dejaron de jugar dominó con el primer trueno. Revisaron los sacos de arena amontonados en las puertas. Si uno quería salir o entrar tenía que ser por la puerta de la cocina. La gata desapareció. Misu misu misu misu. Perdida antes de la guerra.

La lluvia fuerte. David entró con mala fe, aullaba como una inmensa bestia acabada de despertar, y con mucha hambre. Los rezos se hicieron frenéticos en las voces de las mujeres que, hincadas, pedían perdón y misericordia Señor por pecados realizados e imaginados, por violación de mandamientos no escritos por una mano de fuego, dándose golpes en el pecho. Los hombres, hincados, hicieron un círculo agarrados de manos con las mujeres y pidieron al Todopoderoso mitigar su ira por sus borracheras, mentiras y queridas. El agua entró en el primer piso.

—No se preocupen, la casa aguanta...

La calma del ojo. Los minutos para reforzar las partes débiles, para recobrar aliento, para que Papalao, Tío Lorenzo y Tío Rafael, conmigo atrás, comprobáramos la magnitud de la mitad del castigo. En la enramá plumas. Gallinas y palomas incrustadas en la malla ciclónica. Afuera un becerro ahogado, una vaca histérica. Un caballo atrapado en alambres de púas.

El ojo pasó. David retomó su labor de jardinero borracho con tijeras de viento y furia.
El río Yuna hizo de Bonao su cauce. Arrasó árboles, cosechas, barrios. Tragó animales, hombres, máquinas.
Meses sin energía eléctrica, noches de velas veneradas por mosquitos con deseos suicidas.
Sin agua potable todo era peste, amenazas de epidemias.
El pueblo ya no era un pueblo, era un paisaje de ruinas, una procesión de damnificados.

viernes, diciembre 09, 2005

A 10-08

El olor de la cebolla friéndose, esa vagabunda, sobre la carne despierta al hombre al mediodía. Se baña con agua fría y termina de despertar. Aquí debajo del agua se está tan bien, pero tiene que ir a trabajar. No siente resaca a pesar del aniversario de Parada 77, ¿pa dónde más vas en Santo Domingo?, definitivamente va a cambiar a whisky.

Se le olvida la toalla en la habitación, por poco se mata corriendo desnudo y mojado. Se seca en un minuto, desesperado por sentarse frente a ese plato de arroz con habichuela y carne y tostones y aguacate. El que se inventó el aguacate deberían darle un premio Nobel. El aguacate arregla cualquier plato.

En la mesa la comida echando humo. Se quema la boca con una cucharada de habichuela. El que se invento la bandera de la comida dominicana deberían darle un premio Nobel. Tiene que desabrocharse el pantalón de la jartura.
—Un taxi a la Paseo de lo Sindio con Fuerza Sarmada...

El hombre espera fumando en el parqueo. Es un día de diciembre maravilloso, el sol no pica y la brisa te permite usar un poloshirt mangalarga sin parecer un palomo. Henry, el muchacho que atiende el edificio de día, le dice:

—Le cogió el sueño, yo toy trabajando aquí dede la cuatro de la mañana porque la Doña me dijo que lo adorno de navidá taban tarde, ¿cuál animal e ete?
—Parece una llama.
—¿Una llama?, ¿y dónde nació Jesú habían llama? Yo creía que sólo eran vaca y burro y oveja, ¿y de dónde son eso pájaro la llama?
—No sé, creo que en Perú y en Bolivia y en la casa de Michael Jackson hay de eso pajarito.
—Qué feo son eto animale si eto e una llama...

Llega el taxi. El taxista tiene una cara de hambre que da pena

—Me toy muriendo del hambre, yo soy del campo y tengo que comé a la 12 y cada ve que me voá comé sale un selvicio y como tan eta navidade tan fría sin dinero en la calle no se puede desaprovechá ningún selvicio...

La Tirandente Alma Mater José Dolores Alfonseca está cerrada a la altura de la Bolivar por la inauguración del Paseo del Estudiante. El síndico, digo, el Alcalde Roberto Salcedo camina verificando que cada lazo de los 500 mil lazos esté en el lugar apropiado, se encuentre en el lugar que más daño visual produzca. La verdad es que la ciudad nunca había tenido un síndico, digo, un Alcalde que hiciera tanto. Por la casa del hombre siempre hay algún empleado del ayuntamiento barriendo, a veces se asombra y el cerebro le pregunta que dónde están con una calle tan limpia.

—Mielda, no voá comé nunca con el tapón que hay aquí, ¿y pol qué diablo cierran eta calle a eta hora? ¿Esa maldita inauguración no podían hacela mañana sábado? Tapone y tapone y na de dinero, qué navidade tan trite, por lo meno hay un friíto que te hace dolmí arropaíto y acurrucao con tu mujer, nadie se divolcia en diciembre, ahora en agoto se divolcia cualquiera con el calorazo, muévete guagüero muévete que tengo hambre...

Frente a la funeraria Blandino, en la Lincoln, el hombre pierde las esperanzas de algún día salir del tapón. Espera que aparezca un milagro que lo entretenga. El milagro llega a través del celular del taxista:

—Aló, no joda, ¿y dónde fue eso? mielda en navidade y vielne, qué fuelte ta eso, coñazo uno no puede ni salí a trabajá, sí sí yo lo anuncio ahora mimo, en el cualto nivel, ajá, ahora mimo ajá, diablo, quédate en línea pa cualquiel pregunta me diga...

El taxista pone el celular entre las piernas, toma su unidad de Radio Operador:

Taxista: Sí a toda la unidade a la unidá 1000 le acaba de pasá un 10-08...

Operador: Diga dónde y decriba la unidá pa que sepan y ten alerta por si la ven...

Taxista: Sí, en el Multicentro, ahora mimo, en el cuarto nivel, sí, la unidá e un Toyota Corola del 84, azul, ta chocao en la puelta del condutol...

Operador: La placa de la unidá...

Taxista: Telmina en 67, eso e lo único que se sabe, pero con el chocao en la puelta del condutol e ma visible dal con el carro robao...

Operador: No diga que el código 10-08 quiere decí carro robao, que de seguro lo ladrone ya oyeron que 10-08 quiere decí carro robao y van a sacá pie de donde ten...

Taxista: Peldón que e que toy indinao muriéndome del hambre y eso me hizo decí que 10-08 quiere decí carro robao, bueno, que él sigue pol lo previo del Multicentro, que caigan, yo no puedo polque toy en un tapón en la Lincon...

Por fin los carros avanzan. Un AMET tomó control de la situación y decidió que habían esperado lo suficiente, que si seguían sin moverse iban a caer los confettis de la navidad.

Otra Unidad: Sí, que vaya a vei si no fue un AMET que hizo que una grúa lo remoicara que poi ahí lo AMET joden mucho...

Taxista (agarra el celular): ¿Que si no fue un AMET?, que no, que lo AMET no suben a bucá carro al cualto piso, que ta seguro que no fue un AMET...

Otra Unidad: Que vaya carro poi carro piso poi piso que yo ei otro día me pasó lo mimo que creía que me habían robao ei carro, digo, un 10-08, en el cuaito nivei también y depué de bucai ei carro, digo, la unidá, lo encontré poique yo lo había paiquiao en ei primei piso ceica de la pueita y se me había oividao...

Taxista (agarra el celular): ¿Que si tú bucate bien? ah ok, que no, que él ta seguro que lo palqueó en el cualto nivel, que él cuando trabaja no bebe como mucha unidade que todo sabemo...

El hombre piensa que si algún día tiene un carro y se lo roban va a llamar a Apolo Taxi y ofrecer una recompensa para que lo ayuden a encontrarlo: 20 mil taxistas por toda la ciudad aumentan las posibilidades. Por poco y se pasa del trabajo para ver en qué iba a parar el robo del carro, digo, el 10-08. En el trabajo lo esperaba un ice tea recién hecho.

miércoles, diciembre 07, 2005

At Villa Trina

No importa que usted sea nacionalista, anexionista, comunista, derechista peledeísta, derechista reformista, derechista perredeísta, católico, evangélico, musulmán, antihaitiano, terrorista, kamikaze, la visión de un ser humano haitiano descuartizado por una turba de dominicanos con machetes es una imagen perturbadora, y que duele.

No puedo imaginarme lo que sintió ese hombre en Moca: veinte brazos dominicanos lo agarran, el haitiano grita, forcejea, un dominicano le da un palo en la cabeza, treinta brazos dominicanos lo arrastran, un dominicano lo patea en la cara, un dominicano le tira una piedra, un dominicano le rompe la ropa, un dominicano da el primer machetazo, el haitiano llora pidiendo misericordia, un dominicano da otro machetazo que le corta el brazo de cuajo, un dominicano lo golpea en la columna, un dominicano da otro machetazo que le abre el estómago, un dominicano lo patea en la garganta, un dominicano da otro machetazo que le abre la rodilla, un dominicano lo patea en la boca, un dominicano da otro machetazo en el pecho, un dominicano lo patea en el oído, un dominicano da otro machetazo que le separa el hombro, un dominicano da otro machetazo dos dominicanos dan otro machetazo cinco dominicanos dan otro machetazo diez dominicanos dan otro machetazo veinte dominicanos dan otro machetazo treinta dominicanos dan otro machetazo nueve millones de dominicanos dan otro machetazo y pedazos de un ser humano son encontrados en una finca en Villa Trina.

Si la irrealidad es un atributo de lo infernal que parece mitigar sus terrores, como escribió Borges, esperamos que este pobre haitiano pensara que estaba en una pesadilla y que iba a despertar en un mundo mejor; que su cerebro no lo dejara asimilar el acto de bestialidad, de ignorancia, de maldad, de odio de que era víctima; que sus pupilas no lo dejaran registrar esas últimas imágenes con las que iba a dejar esta vida.

Y este linchamiento es un supuesto acto de venganza por la muerte de un comerciante dominicano por un haitiano. Ahora vemos la noticia de que tres dominicanas fueron heridas por haitianos que trataron de violarlas. Esperemos que tres haitianas no sean violadas y linchadas. Que la Policía haga su trabajo, que la Justicia haga su trabajo, que se condenen los culpables con todos los años de cárcel de una sentencia en un juicio. No que se justifique un crimen por un crimen cometido por otros que comparten una nacionalidad.

Y este linchamiento es un crimen colectivo, la manada de demonios que lo perpetró, en las palabras de Stephen Crane, no es más que el ápice del movimiento nacionalista que lo planificó. Somos culpables todos:

Es culpable el Dr. Vincho Castillo por azuzar a los perros del nacionalismo en la mañana en el programa del Sr. César Medina en la televisión y en la tarde ir al programa del Sr. César Medina en la radio a defender al Sr. Ramoncito Báez acusado de robarse este país dos veces y media.

Es culpable la Sra. Consuelo Despradel por gritar desaforadamente contra una raza que es mil veces mejor que ella.

Es culpable el Sr. Harold Priego por caricaturizar en Diógenes y Boquechivo a los haitianos como híbridos entre un mono y un monstruo que piden limosnas y desean este territorio.

Es culpable el Dr. Leonel Fernández por mantener desde el gobierno una política de racismo, de irregularidad e injusticia en la frontera.

Es culpable el empresario que contrata con salarios de hambre a los haitianos para después llamar a Migración y no pagarles. 

Es culpable la Iglesia Católica por emitir opiniones antihaitianas lejanas de las ideas de Cristo y no decir ni pío sobre este acto de satanismo puro.

Es culpable el que deja comentarios de intolerancia, imbecilidad y odio en Diario Libre ante las noticias de haitianos, que va a dejar comments aquí para fomentar el odio, y claro, anónimos.

Es culpable el que se siente orgulloso de ser dominicano cuando David Ortiz pega un homerun en Boston y no se inmuta cuando otros dominicanos cometen esta atrocidad en Villa Trina.

Es culpable usted que lee esto sin sentir ganas de llorar, sin sentir vergüenza.

Soy culpable yo que nací en República Dominicana y no estoy en la calle con una pancarta y un megáfono.

Sólo quisiera saber lo que pensaríamos los dominicanos si en Puerto Rico una turba de boricuas descuartizara a un dominicano porque otro dominicano es acusado de asesinar a un boricua.

martes, diciembre 06, 2005

After

Picture by Jaime Guerra

Salgo del bonche a las 9 de la mañana, con la cabeza full de noche brasileña. Camino por un jardín japonés de palmeras enanas. Osos pandas, jirafas y cebras posan de la forma más curiosa. Aparecen tres hienas que me detienen por invasión de propiedad privada.

En el cuartel de San Pedro de Macorís empiezo a notar que todas las hienas tienen los dientes podridos. Trato de pagar el soborno con un quintal de cangrejos, nadie me pone atención. Subo la voz.

—¿Por qué todas las hienas tienen caries?
—¿Usted tiene algo contra las caries?, si es así debe mudarse de este país, nadie nos saca de aquí, tenemo tanto derecho como usted.

La hiena que así habla tiene los rojos cabellos recogidos en un moño con un lapicero papermate rojo, las pecas le cubren la cara y en la boca se confunden con las caries.

—Sólo quiero que me suelten.
—Pero, qué extraño corportamiento humano ciudadano, si ya lo soltamos, siga ese pasillo.

Camino entre una pestilencia que me marea. Al entrar al pasillo escucho voces de hienas discutiendo sobre perfumes:

—Jean Paul Gautier
—Dolce Gabanna
—Gio de Armani
—Drakar
—Davidoff
—Calvin
—Dior
—Aqua Blue
—Hugo Boss
—Lacoste
—Aramis 900
—Donna Karan
—Estee Lauder
—Fendi
—Lapidus

La puerta se cierra. El pasillo se expande y se contrae. La puerta se abre a un pozo con un péndulo donde un hombre de siglos es rodeado por ratones con sotanas bendecidas por el Vaticano.

La puerta se cierra. El pasillo se expande y se contrae. La puerta se abre a la 27 de Febrero donde un joven de 15 años es atropellado por un señor en una yipeta que venía escuchando a Gloria Trevi hablando sobre el futuro en la emisora Millenium 103.3 FM.

La puerta se cierra. El pasillo se expande y se contrae. La puerta se abre a un patio egipcio donde se celebra el funeral de la serpiente gato verde.

La puerta se cierra. El pasillo se expande y se contrae. La puerta se abre a la sala de un hospital donde una mujer pare cuatrillizas llamadas Gwen Estéfani.

La puerta se cierra. El pasillo se expande y se contrae. La puerta se abre a una playa de inmensas olas rojas donde cocodrilos con uniformes de sargentos encienden una fogata para asar una tortuga más antigua que los taínos.

La puerta se cierra. El pasillo se expande y se contrae. La puerta se abre a un juzgado en Elías Piña donde una jueza dicta una sentencia de diez años a un haitiano acusado de robarse un salamí y un radio de pilas.

La puerta se cierra. El pasillo se expande y se contrae. La puerta se abre a un epitafio de una tumba en el Pico Vaea donde yace un hombre que los nativos bautizaron como Tusitala:

"Here he lies where he longed to be,
Home is the sailor, home from sea,
And the hunter home from the hill."

La puerta se cierra. El pasillo se expande y se contrae. La puerta se abre a un juzgado en San Cristóbal donde un juez absuelve a un hacendado que asesinó a una haitiana por invadir su finca y robarse una lechoza.

La puerta se cierra. El pasillo se expande y se contrae. La puerta se abre a un piano bar en el Napolitano donde Kurt Cobain y Neil Young y Anthony Ríos cantan Harvest Moon.

La puerta se cierra. El pasillo se expande y se contrae. La puerta se abre a un batey de Neyba donde un niño desnudo se baña con un cerdo en un río del color del lodo.

La puerta se cierra. El pasillo se expande y se contrae. La puerta se abre a una calle donde un hipocampo dirige el tráfico. Subo a una guagua de Gandhis. Uno me empuja hacia el techo y todo el camino de regreso a mi casa miro un cielo de murciélagos que devoran palomitas de maíz.

lunes, diciembre 05, 2005

Don Pablo, Ab origine incestum deformitas (Fireworks)

Nací en el temor de Dios. Madre era devota de Santa Clara, en la sala su ícono con velas. Cada mañana, antes de encender el fogón, Madre se hincaba ante Santa Clara y le pedía aclarar los caminos, las decisiones, los sentimientos de la familia. La boca de Padre no conocía las malas palabras. Puñetero y margarito muchacho eran los acentos de su enojo.

Los domingos, con Santa Clara cuidando las nubes, bajábamos del Candongo, los precipicios lado a lado, hasta la iglesia de tablas de Los Quemaos. Allí, por saber leer, yo era monaguillo. Recitaba los evangelios bajo las miradas de los campesinos que me creían un ángel. Muchos enfermos sentían alivio al tocar mi sotana. Yo soy hijo de la liturgia.

Y nació Hermana. Un grito salvaje en la medianoche. Una carita de barro difuso entre encajes. Una boquita chupando una teta en la penumbra de la jumeadora.

Despacio, de repente la vida pasa. Días iguales entre arado y ancas de mulas. Pisando el domingo los surcos del martes; cosechando en verano el maíz del otoño; descuartizando el becerro que vimos nacer una madrugada de lluvia.

Lentamente, de la noche a la mañana, el cuerpo cambia. Invasión de pelos negros, la cabeza se nubla, espeso sudor hediondo saliendo de los poros. La mula en el arroyo acorada en un tronco, que protege de coces, me proporciona alivio. Espero con ansias el atardecer del vicio. ¿Es pecado Padre? ¿Y las manos? Pero es mejor y más caliente que mis manos. Sí, lo sé muy bien. Que no se entere Madre.

Set tomó por esposa a una hermana, como los otros hijos de Adán. La descendencia fue sana, el Génesis no habla de nietos deformes.

Los truenos asustan a Hermana. En la lluvia y el frío se pasa a mi cama.

Amanece oscuro, mudos los gallos. Las nubes nublan los caminos, las decisiones, los sentimientos. Madre se afana en el fogón con la jumeadora. Las llamas crecen dejando ver las arrugas y las manchas en su cara. Una brisa de agua penetra las tablas, humedece los huesos, apaga la vela de Santa Clara. Hermana se arropa de pies a cabeza. Tengo gripe, no voy a misa. Quédate con ella.

Desde la ventana veo el infierno de Dostoyevsky cuando la sombra de Padre con la sombra de una brida trata de enjaezar la sombra de la mula.

Una sombrilla amarilla, un termo de chocolate caliente, un impermeable verde, dos manos que ondean adiós.

En la antigüedad los reyes tomaban por esposas a hermanas. Tiempos paganos. Monarcas de dioses de oro y plata. Pero Lot fue salvado por Jehová en Sodoma y Gomorra. Subió a morar a las montañas, desde Zoar, sus dos hijas con él. Y sus hijas le dieron a beber vino de arroz, se acostaron con él, y la descendencia fue sana.

La pendiente de la loma era lama y lodo. La duda en las patas de la mula. A los lados precipicios, al fondo el filo de las piedras. Un grito y el eco de un grito.

Enterramos a Padre y Madre en el cementerio de Los Quemaos, en medio de una plaga de mariposas amarillas que me herían como dardos.

Pablo dijo a la multitud en Corinto: "Pero quisiera yo que todos los hombres fueran como yo mismo soy. Pero si no tienen autodominio, cásense, porque mejor es casarse que estar encendidos de pasión."

Hermana y yo bajamos del Candongo al pueblo de Bonao, que ya es provincia, y compramos esta casa. He vivido en ella más de 30 años. Aquí nació Elías con su pata de pollo; aquí nació Ezequiel con su ala de pollo; aquí nació Ruth con su cuerpo completamente humano, y muda como una tumba. Hermana murió en la cesárea de Ruth. Y yo, como el Pablos de Quevedo, soy hijo de la letanía.

jueves, diciembre 01, 2005

Aunt Cachita



Tía Cachita se casó a los 17 años con un militar gringo, durante la invasión del 65. Su hermano, el esposo de Mamá, dijo que lo hizo para irse para Nueva York, después Puerto Rico, pero Mamá me dijo que no, que ella de verdad quería a Dick o Tom o Harry y que Dick o Tom o Harry se volvió loco con Tía Cachita siempre una sonrisa preciosa bailando cantando desde que despertaba hasta que se dormía. El esposo de Mamá la odió por casarse con un invasor.

Dick o Tom o Harry murió invadiendo otro país, en un arrozal de Vietnam.

Tía Cachita tuvo dos hijos con Dick o Tom o Harry: Susana era la única peliroja de la familia, tocaba el arpa, murió en un manicomio en Providence a los 18 años. A Jimmy le gustaban los motores llamados saltamontes. Los domingos en la mañana salía a montear con un grupo de amigos en Puerto Rico. Murió en un accidente en Aguadilla a los 18 años.

Tía Cachita venía cada año de vacaciones a Bonao. Un vestido de lunares que invitaba a bailar a la familia. Al esposo de Mamá no le gustaba ese show. Decía que su hermana debía guardar un luto largo por sus hijos, que se estaba prostituyendo, que se estaba volviendo una borracha. Mamá decía que Tía Cachita estaba sola buscando no estar sola, le hablaba en susurros, como se le habla a los desahuciados.

Un día Tía Cachita vino a la casa con un nuevo novio: joven, profesor de literatura del liceo, negro. A Mamá y a mí nos gustó mucho porque hablaba en versos, parecía un personaje de otra época declamándole poemas a Tía Cachita en frente de todomundo:

"Te ofrezco sucias calles, ocasos desesperados, la luna sobre estos raídos suburbios.
Te ofrezco la amargura de un hombre que ha mirado largamente a la solitaria luna.
Te ofrezco la lealtad de un hombre que nunca ha sido leal.
Te ofrezco el meollo de mí mismo, que he salvado, de alguna forma,
el corazón central que no negocia con palabras, no trafica con sueños
y permanece intocado por el tiempo, por la alegría, por la adversidad.
Te ofrezco explicaciones de ti misma, teorías de ti misma,
auténticas y sorprendentes noticias de ti misma.
Puedo darte mi soledad, mi oscuridad, el hambre de mi corazón;
estoy tratando de sobornarte con la incertidumbre, con el peligro, con la derrota."

Esa noche el esposo de Mamá se puso a beber con ellos, pero yo notaba en sus gestos de teatro y en su arrastre de eses y des que estaba fingiendo, que eso de poemas con voz de penumbra en la galería de su casa no le gustaba ni un chin.

—Porque los negrosss si no la hacen a la entrada la hacen a la salida. Pero usssteddd no mi amigo, usssteddd es novio de mi hermana Cachita, usssteddd es bien...

—Porque los negrosss son comida de puerco. Pero usssteddd no mi amigo, usssteddd es novio de mi hermana Cachita, usssteddd es bien...

—Porque usssteddd nunca verá un negro ganando el premio Nobel. Pero usssteddd sí mi amigo, usssteddd puede ganarlo, usssteddd es novio de mi hermana Cachita, usssteddd es bien...

Tía Cachita murió loca, es decir, se tiró del puente Duarte. Ni siquiera llegó a Bonao, del aeropuerto al río Ozama. Nunca entendí porque no lo hizo en Puerto Rico, tal vez quería morir en su tierra, tal vez en Puerto Rico no hay puentes tan altos. Un taxi llevó la maleta a Bonao con la ropa y los regalos de su último viaje dos días antes de la llamada que hizo ir a Mamá y a su esposo al Instituto de Patología Forense a reconocer un lunar en la mejilla izquierda, un antojo de uvas en la clavícula; a notar la ausencia de dedos meñiques devorados por rongorongos.

En la maleta de Tía Cachita para su hermano el esposo de Mamá había un saco marrón, una boina verde del Army que asumo era de Dick o Tom o Harry y que a él le encantó sin recordar la invasión, y que se la pone los domingos para ir a asesinar pajaritos a Piedra Gorda con su rifle de perdigones. Para mí un walkman con un cassette original de Outlandos D'Amour que yo le había pedido porque en Bonao no se encontraban discos de The Police, una cámara Nikon, dos Levi's 501, varios surfing t-shirts y, Vonnegut tiene razón sobre los familiares de suicidas, un pensamiento recurrente cuando cae la tarde y mi sangre está falta de azúcar.

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