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Como a las seis de la tarde, dos hombres corren a todo lo que da por Las Américas: sin zapatos, sin camisas, sin pantalones, sin paz.
Uno tiene pantaloncillos negros, el otro los tiene rotos.
Una patrulla de policía, con la sirena y las luces encendidas porque no les gustan los semáforos, los intercepta. Los policías no están contentos con este delito. Si andan desnudos, pensaron "encueros", no hay dinero de por medio, tal vez tendrán que bregar con la demencia. Los corredores pasan del miedo al terror.

POLICÍA: E decil, que utede tan loco, que utede tan en el patio e su casa, ¿utede no saben que andal encuero e una violación a la leye y la buena cotumbre de ete paí?

Los pantaloncillos tiemblan, se orinan. El de los negros gaguea, el de los rotos sufre un ataque de ecolalia.

NEGROS: Quequeque no asaltaron
ROTOS: Asaltaron...

NEGROS: Veveveníamo de la avenida Epaña haciendo ejercicio, corriendo...
ROTOS: Epaña, corriendo...

NEGROS: Cucucuando uno tíguere en una Daihatsu Terio, color vino...
ROTOS: Tíguere, Daijasu terio, color vino...

NEGROS: Sesesese no tiraron arriba, y sacaron una 12 y la sobaron, y no la pusieron en el pecho, y no quitaron la cartera, la cadena, lo reloje, lo anillo, mi conjunto deportivo Nike, y hata lo tenis, uno Nike carísimo y con lo colore de la bandera y feísimo, que me gutaban muchísimo, que me mandó el cuñao mío de Nueva Yol, pa que yo juegue bakebol...
ROTOS: Ecopeta, pecho, cuarto, ropa, bandera, bakebol, robaron...

Ahora a nuestros héroes les han salido unas barriguitas. Sólo caminan de la casa al colmado de la esquina a beber cervezas comiendo platanitos.
Y los que quieren morir saludables en el barrio se juntan en grupos para hacer ejercicios en la Avenida España.
Y parece que marchan a una guerra civil del deporte. Además de atuendos deportivos, todos llevan piedras, tubos, machetes, y hasta escopetas.