domingo, marzo 30, 2014
Las maletas de la abuela
viernes, marzo 28, 2014
dominicanaenmiami.com - After folding t-shirts
sábado, marzo 22, 2014
El Soberano familiar
viernes, marzo 21, 2014
Hawthorne about Chiron
Así como Polifemo es el más famoso de los Cíclopes, gigantes
con un solo ojo (tal vez tuertos), Chirón es el más famoso de los Centauros,
mitad hombre mitad caballo, además profesor de Jason, Hércules, Aquiles y hasta
Esculapio.
Me gusta mucho con el respeto al educador que Hawthorne, en su A
Wonder Book and Tanglewood Tales for Girls and Boys, se refiere a Chirón:
“Cuando Jason era un muchacho
pequeño, fue enviado lejos de sus padres y colocado bajo el maestro más raro
que jamás hayan escuchado. Esta aprendida persona era de las gentes, o
cuadrúpedos, llamados Centauros. Su nombre era Chirón; y a pesar de su rara
apariencia era un profesor muy excelente. Enseñaba a sus pupilos a tocar el
arpa, y cómo curar enfermedades, y cómo usar la espada y el escudo, y otras
varias ramas de la educación…”
También me gusta mucho su teoría sobre el centaurismo
de Chirón:
sábado, marzo 15, 2014
Poe and De Quincey
Tal vez alguien sin sentido del humor alguna vez ha
pensado que a Poe no le gustaba De Quincey. Y es que Poe, en “Cómo Escribir un
Artículo para la Revista Blackwood,” escribió:
“Entonces tuvimos las ‘Confesiones de un Comedor de Opio’ —bien,
¡muy
bien!—gloriosa imaginación—filosofía
profunda especulación aguda—bastante de
fuego y furia, y una buena condimentación de lo decididamente ininteligible.
Eso fue un agradable pedacito de tontería, y bajó por las gargantas de las
gentes deliciosamente. Lo tendrían que Coleridge escribió ese papel—pero
no fue así. Fue compuesto por mi babuino mascota, Junípero…”
Ese alguien seguro que no fue Chesterton. Chesterton, en “La Era Victoriana
en Literatura,” escribió sobre De Quincey y de paso menciona a Poe:
“Pero es difícil conectar a De Quincey con nada.
De Quincey hubiese sido un hombre más feliz, y casi ciertamente un mejor
hombre, si se hubiese emborrachado en lugar de ponerse calmado y claro (como él
mismo describe) en opio, y con no compañía pero un libro de metafísica alemana.
Pero él difícilmente hubiese revelado esas maravillosas vistas y perspectivas
de prosa, las cuales permiten a uno llamarlo el primero y más poderoso de los
decadentes: esas oraciones que se alargan como pasillos de pesadilla, o suben
más alto y más alto como imposibles pagodas orientales… él ha arrojado una
sombra gigante en nuestra literatura, y era ciertamente un genio como Poe.
También tenía humor, que Poe no tenía. Y si alguien todavía dolido por los
pinchazos de Wilde o Whistler quiere condenarlos de plagio por sus epigramas ‘arte
por arte’—encontrará
la mayoría de lo que ellos dijeron mejor
dicho en Asesinato como Una de las Bellas Artes.”
Paco
miércoles, marzo 12, 2014
December 11, 1942 by Flann O'Brien
Jack Butler Yeats |
Puff, puff, puff.
Bajo el conectador sentimiento de calor tropical y verticales luces de sol, yo junté a todas las criaturas, pájaros, bestias, reptiles, todos los árboles y las plantas, usos y apariencias, encontrados en las regiones tropicales y los ensamblé en la China o el Indostán. De sentimientos similares, pronto traje a Egipto y todos sus dioses bajo la misma ley. Fui mirado, pitado, muequeado, rechinado, por monos, por loros, por cacatúas. Yo corrí hacia las pagodas; y fui fijado, por siglos, en la cumbre, o en habitaciones secretas; yo fui el ídolo; yo fui el sacerdote; yo fui adorado; yo fui sacrificado. Yo escapé la ira de Brama a través de los bosques de Asia; Vishnu me odió; Seeva yació para mí. Llegué de repente sobre Isis y Osiris; yo había hecho un hecho, dijeron, ante el cual temblaban la ibis y el cocodrilo. Yo fui enterrado, por mil años, en ataúdes de piedra, con momias y esfinges, en estrechas cámaras en el corazón de las pirámides eternas. Yo fui besado, con besos cancerosos, por cocodrilos; y yací, confundido con todas las cosas innombrables y fangosas, entre las cañas y el lodo del Nilo.
Fue en el año de la división, creo, cuando agarré la pipa; un día desde entonces sin opio no he vivido. No podría, no viviría. Algunas veces parezco escalar y desaparecer entre el escenario grotesco de mis propios sueños; algunas veces emerjo de mi sueño ahumado, mi propia pesadila encarnada.
Mi consejero médico (un esclavo a la inferior cognada preocupación del láudano) me dice que debo dejar esta pipa o perecer. Todavía mi bolsa hoy (un trabajo de Kapp y Peterson del 1918) está tan bien alineada como siempre. Mis inmovibles mejillas de cuero han logrado el modelo de una cómica sonrisa lasciva. Ulceraciones majestuosas hoyan mi boca.
Ven alrededor de la esquina aquí por un minuto fuera de la brisa mientras enciendo mi pipa.
De repente un pequeño perro ha aparecido en mi mente. Claramente es la propiedad de algún fallecido mandarín. Su pelaje está recortado en la manera del oriente; su cintura esta recortada casi al desnudo, fantásticos pantalones de pelo hechos para vestir sus piernas. Corre rápidamente por mi cabeza, buscando ratones en vano. De repente se ha hecho viejo. Un patético bigote blanco cubre su vieja mandíbula. Se acuesta.
Las paredes de mi cabeza han sido decoradas de gratis por Mr Jack Yeats. Cada noche sin falta hay una exhibición de fuegos artificiales..
martes, marzo 11, 2014
Truman & Groucho talk about Ring Lardner
)
miércoles, marzo 05, 2014
Thomson and Quin
Thomson el poeta, cuando primero vino a Londres, estaba en muy estrechas circunstancias. Con la publicación de su "Las Estaciones" uno de sus acreedores lo arrestó, pensando eso como una oportunidad para conseguir su dinero. El reporte de su infortunio alcanzó las orejas de Quin, quien había leído "Estaciones", pero nunca visto su autor; le dijeron que Thomson estaba en una casa de deudas en Holborn. Allá Quin fue, y siendo admitido hacia su recámara, "Señor", dijo él, "usted no me conoce, pero mi nombre es Quin." Thomson dijo, "Eso, aunque él no podía alardear del honor de un conocimiento personal, no era extraño a su nombre o mérito;" y lo invitó a sentarse. Quin entonces le dijo que él vino a cenar con él, y que ya había ordenado al cocinero proveer cena, lo cual él esperaba que excusara.
Cuando la cena se acabó, y el vaso había ido enérgicamente alrededor, El Sr Quin le dijo, "Es tiempo ahora de entrar en negocio." Thomson declaró que estaba listo para servirle tan lejos como su capacidad alcanzara, en cualquier cosa que él comandara, (pensando que iba a venir con algún asunto relacionado al drama). "Señor", dice Quin, "usted se equivoca, yo estoy en su deuda. Yo le debo unas cien libras, y vine a pagarle." Thomson, con aire desconsolado, replicó, que, como él era un caballero que nunca lo había ofendido, se preguntaba si debería buscar la oportunidad de burlarse de sus infortunios. "No," dijo Quin, elevando su voz, "Yo digo que le debo unas cien libras, y aquí están," (dejando una nota bancaria de ese valor ante él). Thomson, atónito, le rogó que se explicara. "Por qué," dice Quin, "le diré; pronto después de leer su "Estaciones", yo me metí en la cabeza, que como yo tenía algo que dejar cuando muriera, iba a hacer mi testamento; y entre el resto de mis beneficiarios dejé para el autor de "Las Estaciones" unas cien libras; y, este día oyendo que usted estaba en esta casa, pensé que podría pagarle el dinero yo mismo, como ordenado a mis ejecutores pagarlo, cuando, quizás, usted podría tener menos necesidad; y esto, Sr Thomson, es mi asunto." Claro que Thomson dejó la casa en compañía de su benefactor.
(Del libro Three Hundred Anecdotes Historical, Literary etc)
Aquí un chin del Invierno de Thomson:
¿Dónde están ahora?, ¡ustedes mentirosas vanidades de la vida!
¡Tú siempre tentador, siempre tramposo cortejo!
¿Dónde estás ahora?, ¿y cuál es tu monto?
Vejación, decepción y remordimiento.
¡Triste, pensamiento enfermizo!, y el hombre todavía engañado,
Una escena de crudas visiones inconexas pasadas,
Y sueños rotos, se eleva aún resuelto,
Con nuevas esperanzas ruborizadas, para correr la ronda mareada.
Suscribirse a Entradas [Atom]