jueves, noviembre 29, 2007
Suggestions to Airlines
Hombres, mujeres, niños sentados en la alfombra, algunos acostados con chihuahuas y uno que otro pekinés como almohadas. El aeropuerto de Miami era una gallera de malas palabras y pensamientos homicidas. No tenía que preguntar, entré y supe que mi vuelo se había cancelado.
"We are very sorry, but the flight to New York has been canceled because of the weather there, freezing rain and strong winds", me dijo la mujer detrás del counter tratando de encajar un cuadrado dentro de un rectángulo, operación imposible debido a sus pezuñas.
"Freezing rain?", pregunté pensando que eso no sonaba muy amistoso. Ahí mismo se me fue el poquito de valor reunido para decidir irme al sazón del subway y no quedarme y convertirme en un guía turístico que se sabe de memoria las dimensiones de los baños y el costo en dólares y en euros y en yens de la casa de Gloria Estepan, living the dream sobre un bote de nombre Island Hooker recorriendo varias veces al día una bahía de postal tropical de Hallmark; o en un hipnotizador de cocodrilos another day in paradise en un circo rodante en esta leve ciudad donde los meseros van a tu mesa cada dos minutos con su molestosa amabilidad comercial "Anything else?" y los grandes amores duran un fin de semana largo.
—I have to be in New York this afternoon.
—I need to be in New York today.
—I must be in New York tonite.
SUGERENCIA A LAS AEROLÍNEAS: Cuando un vuelo se cancele por lluvia congelada o tsunami o huracán o etc y haya pasajeros cuya valentía bien puede ser tomada por bobería pura o necedad insaciable o cretinismo absoluto hagan lo siguiente:
- Pregunten si alguno de los valientes sabe pilotear un avión (no tiene que saber aterrizar ni leer los controles).
- Consigan un avión con suficiente combustible para llegar a un océano (no tiene que estar en óptimas condiciones pero si asegurado).
- Sin preguntar por tickets ni IDs monten en el avión a todos los valientes que necesitan-tienen-deben estar en la ciudad donde la Naturaleza está vuelta loca (antes de abordar deben firmar un documento legal descargando a la Aerolínea de toda responsabilidad).
- Que despeguen.
Además de estar entretenida con su geometría imposible, la mujer detrás del counter no terminaba conmigo por las continuas interrupciones de algunos individuos con ínfulas de persona imprescindible para el progreso y la paz mental de los seres humanos, de los búhos, de los astros.
—I WANT TO SEE THE MANAGER.
—I WANT TO SPEAK WITH YOUR SUPERVISOR.
SUGERENCIA A LAS AEROLÍNEAS: Cuando un vuelo se cancele por lluvia congelada o tsunami o huracán o etc y no se pueda hacer otra cosa que reasignar a los miserables pasajeros en otros vuelos y haya pasajeros cuya bobería pura o necedad insaciable o cretinismo absoluto de querer hablar con el Manager o Supervisor cause atrasos innecesarios a los otros miserables pasajeros que están locos por terminar el via crucis para salir a fumarse un cigarrillo hagan lo siguiente:
- Consigan un maniquí.
- Consigan un quepis, representa más que una gorra, que diga MANAGER.
- Consigan una camisa blanca, representa más que un t-shirt, que diga SUPERVISOR.
- Consigan unos patines.
- Vistan al maniquí con el quepis, camisa y patines (no tiene que tener pantalones).
- Pregunten quién quiere hablar con el MANAGER/SUPERVISOR y que hagan una fila aparte.
- Rueden el maniquí a la ventanilla frente a la fila.
- Que empiecen a quejársele al maniquí (pueden ir de dos en dos o de tres en tres y hablar al mismo tiempo, al maniquí no le va a importar mucho, y es muy posible que si van a Macy's puedan reclutar uno que trabaje por sueldo mínimo).
Por fin la mujer detrás del counter terminó conmigo. Salí del aeropuerto pensando en el sabroso pescado frito que me iba a comer esa noche, rodeado de criaturas vestidas en terciopelo verde con papagayos en los hombros, resignado a revivir mi odio hacia el virtuoso Kenny G, hacia el incomparable Michael Bolton.
miércoles, noviembre 28, 2007
Todus subulatus wanna be
Contrario a Girondo, si la mujer no sabe volar no pierde el tiempo conmigo, y no sólo porque El Lado Oscuro del Corazón jodió ese poema para siempre, si no porque no me gusta viajar por el aire sin alas propias. Si yo fuera un barrancolí de árbol en árbol buscando un panal de abejas porque el paladar me pide comida picante no te digo, pero eso de meterse en un cilindro de metal a mil por hora sin poder pararse en una nube o en un 7-11 a comprar cigarrillos me pone una cara de me voy a rajar a dar gritos en cualquier momento y por la más mínima provocación.
Además, no hay peor servicio que el de las aerolíneas. Tienes que llegar dos y tres horas antes de tu vuelo a someterte a toda clase de violación individual y colectiva, desde espera los confetis de la Navidad en esa fila deja ver si llevas un gramo en tu cartera quítate esa correa y esos zapatos que puedes ser McGyver y en un minuto armar una bomba atómica con suelas y hebilla.
Además, no pude viajar con Edward James Olmos, un cerdito adorable regalo de un palestino amigo mío que tiene un vivero aquí en el Bronx y que quería llevárselo a mi hermana y a su esposo que es chef en Fort Lauderdale.
Además, ¿dónde está la teletransportación? ¿Está la gente de Apple avanzando en el proyecto iGo? ¿Han empezado a mostrarles dedos y orejas y lenguas de familiares queridos a los científicos japoneses secuestrados por Steve Jobs? Es cierto que al científico de La Mosca le fue mal, pero eso se resuelve rociando Baygon antes de cada viaje.
Además, esa ciencia de los aviones no está terminada. Como la gente usa el servicio dejaron de investigar para mejorarlo. ¿Qué otro medio de transporte es tan terrible con los accidentes? Nadie se salva, no importa si cae en el océano o en una pradera. Porque, ¿por qué diablos no inventan la forma de poder aterrizar en el mar? Indiana Jones pilotea una avioneta que aterriza en ríos, amarizar creo que se llama el truquito. El Titanic se hundió, y hasta Kate Winslet sobrevivió, lo cual está muy bien.
"Are you afraid?", me pregunta la mujer detrás del counter de Spirit al ver mi cara.
"Yes, mucho."
"I'm gonna put you in a window, and don't you worry honey, if The Good Lord wants you with him today there's nothing you can do", dice entregándome el ticket mientras en su frente, lentamente, crecen cuernos.
lunes, noviembre 19, 2007
Heart of Madness
La Casa Blanca es un edificio sin lujos, con la opulencia sobria del dinero añejo. Los turistas se acercan a fotografiarse en las verjas. Ya en el frente, si no usas un sombrero forrado de aluminio, te conviertes en una caricatura de un personaje de Dostoiesvky y tu corazón es el campo de batalla donde pelean Dios y el Diablo y el Diablo gana y la presión en tu cabeza es intolerable y te mareas un poco y cuando vuelves en ti quieres pertenecer al Club de las Corbatas de Rayas y tienes cierta mirada y sonríes torciendo la boca y aceptas, sin asombro, sin piedad, que bombardear una guagua con niños palestinos no es tan malo, que el matrimonio es una institución sagrada a la que los gays no tienen derecho, que Joe el viejo negro debe seguir recogiendo algodón, que el proyecto de ley de los demócratas para un Medicaid con medicinas más baratas es un disparate que el brillante humanista presidente Bush debía vetar, que Bill O'Reilly es inteligente y sobretodo objetivo e igual que la cadena Fox donde trabaja no está parcializado con el honorable pacífico presidente Bush, que Water Boarding (casi ahogar a un prisionero atragantándolo con agua) no es tortura, que las vacaciones más divertidas se pasan en Texas acribillando venaditos con una ametralladora, que todos los inmigrantes ilegales son delincuentes y deben ser deportados sin miramientos, que una pared gigante en la frontera es una necesidad para la seguridad del sueño gringo, que invadir cualquier país con petróleo es un derecho divino de los Estados Unidos, que aunque soy pobre y latino debo abrazar la doctrina de los republicanos, que Potato se escribe Potate.
Me quedo como un autómata, esperando las instrucciones definitivas para transformarme en una gárgola con el cerebro de un reptil, sin moverme, hasta que mi amiga me besa los ojos liberándome temporalmente del hechizo de maldad producido por mi cercanía al corazón de las tinieblas brutas. Ella me agarra de la mano y a la fuerza me arrastra hacia el centro de luz emitido por una figura desde Lafayette Park, al otro lado de la calle. A medida que me acerco a la luz, la bondad y el sentido común van conquistando mi cerebrito. Por fin cruzo y veo al mamañema de mi cobarde ángel de la guarda al lado de una patética fuente de esperanza con la forma de una vieja.
La mujer nació en España, aunque cuando uno le pregunta dónde nació ella contesta: "Everywhere."
La mujer vive, desde el 1981, 26 años, 26 inviernos, debajo de un toldo frente a la Casa Blanca con un catre sucio y muchos carteles, me enseña uno con Bush y Dick detrás de las rejas y la leyenda "I have a dream." Cuando uno le pregunta que desde cuándo vive aquí ella contesta: "Living? This is not living, surviving."
La mujer dice el mismo mensaje en dos idiomas: "Bush is the devil, Condoleesa Rice es un robot de maldad, real jews do not agree with the killing of children, please paz peace."
La mujer bailaba ballet en una juventud que no recuerda.
La mujer usa una extraña peluca, nadie sabe por qué.
La mujer no tiene dientes.
La mujer pinta piedras.
La mujer fue golpeada por un marine.
La mujer se baña a veces en un refugio para homeless.
La mujer ha entrenado a su cuerpo para usar una vez cada dos días el inodoro de Harby's.
La mujer se alimenta de ve tú a saber.
La mujer duerme tres horas al día, si acaso.
La mujer come el maní que le trae diariamente algún miembro de la Human Society.
La mujer ha visto a hombres morir de hambre y frío a pocos pasos de la casa donde vive el hombre más poderoso del mundo.
La mujer está orgullosa de sus carteles anti Bush como si fueran mariposas raras.
La mujer se cree elegida para la importante e inútil tarea de mantener esta vigilia anti nuclear.
La mujer lee para los mirones las palabras de Eisenhower: "Every gun that is made, every warship launched, every rocket fired signifies a theft from those who are hungry and are not fed, from those who are cold and are not clothed."
La mujer lee para los mirones las palabras de Eisenhower: "Every gun that is made, every warship launched, every rocket fired signifies a theft from those who are hungry and are not fed, from those who are cold and are not clothed."
La mujer es una romántica perdida, sólo se interesa por las causas perdidas.
La mujer debe estar más loca que Don Quijote.
La mujer le teme a la nieve que viene, que nieve, que viene.
La mujer morirá de hambre y frío sin pena ni gloria.
La mujer será amiga de Ghandi, si el cielo existe, y allá lo acompañará en sus huelgas de hambre por todas las tragedias que les suceden a los muertos de hambre en la Tierra.
viernes, noviembre 16, 2007
Heart of Darkness
El Subway de Washington es una bóveda de cemento, con la forma de un panal de abejas, muy limpia. El truco está en que no se puede entrar con comida ni bebida, y si no se tienen envases plásticos en la mano, no hay forma de arrojarlos a los rieles. Contrario a Nueva York no hay ratones bailando reggaetón y la tarifa no es fija, el precio de cada viaje varía según la distancia. Para aquellos que se dirigen a pocas paradas puede ser tan barato como US$1.35 ó menos. Eso sí, no se puede tratar de comprar un ticket borracho, esas máquinas son para científicos. Demasiadas opciones, demasiados botones, la pantalla no es touchscreen.
Afuera hace frío pero sin viento; camino por el City Park en la 14 y 1. Debajo de la estatua de John Barry, un irlandés que peleó por la independencia de este país, encuentran consuelo y calor varios homeless mexicanos. Una van de vidrios tintados se detiene, salen unos gringos que, por sus mullets y sus ropas naranjas y verdes a lo Britney Spears, a mis ojos full de estereotipos son catalogados de Rednecks, racistas bestias rubias; se acercan con cajas a los homeless.
"Buenas Días ¿Qué pasou qué pasou? Here roupas abrigas, muchou food, medicine too."
"Gracias pues, gracias por los hot dogs padrecito, muy agradecidos por los abrigos madrecita..."
Después de darme un boche a mí mismo por ser un imbécil atiborrado de prejuicios respiro profundo, lleno mis pulmones con este acto de bondad entre seres humanos y, con esta efímera armadura, decido enfrentar el corazón de las tinieblas brutas dirigiendo mis pasos hacia la dirección más famosa de los Estados Unidos: 1600 Pennsylvania Avenue, la Casa Blanca.
Mi escudo de bondad sólo resiste hasta que paso el edificio del tesoro. En el afiche de la historia y planos de la Casa Blanca, George Washington fue el único presidente que no vivió en ella, siento una presión en la cabeza. Escucho un aleteo y veo con resignación a mi ángel de la guarda alejándose hacia el infinito éter, abandonándome a mi suerte. Me mezclo con los otros turistas, me asombro por la aparente falta de vigilancia. No se ven agentes del FBI, ¿dónde está la CIA?, sólo una patrulla en el medio de la calle.
Las ardillas de la Casa Blanca
no buscan la llave que abre
la cueva llena de nueces doradas
se quedan mirándote fijamente y
cosa rara
sus pestañas parecen hechas de acero
y cuando pestañean
se oye un CLICK CLICK CLICK.
Los árboles de la Casa Blanca
tienen las hojas verdes en pleno otoño y
cosa rara
las ramas parecen hechas de plástico
y cuando la brisa las mueve
se oye un CLICK CLICK CLICK.
Las palomas de la Casa Blanca
no palomean alrededor de los mirones
cagan un líquido de óxido y
cosa rara
sus picos parecen hechos de cobre
y cuando pasan volando cerca de ti
se oye un CLICK CLICK CLICK.
Afuera hace frío pero sin viento; camino por el City Park en la 14 y 1. Debajo de la estatua de John Barry, un irlandés que peleó por la independencia de este país, encuentran consuelo y calor varios homeless mexicanos. Una van de vidrios tintados se detiene, salen unos gringos que, por sus mullets y sus ropas naranjas y verdes a lo Britney Spears, a mis ojos full de estereotipos son catalogados de Rednecks, racistas bestias rubias; se acercan con cajas a los homeless.
"Buenas Días ¿Qué pasou qué pasou? Here roupas abrigas, muchou food, medicine too."
"Gracias pues, gracias por los hot dogs padrecito, muy agradecidos por los abrigos madrecita..."
Después de darme un boche a mí mismo por ser un imbécil atiborrado de prejuicios respiro profundo, lleno mis pulmones con este acto de bondad entre seres humanos y, con esta efímera armadura, decido enfrentar el corazón de las tinieblas brutas dirigiendo mis pasos hacia la dirección más famosa de los Estados Unidos: 1600 Pennsylvania Avenue, la Casa Blanca.
Mi escudo de bondad sólo resiste hasta que paso el edificio del tesoro. En el afiche de la historia y planos de la Casa Blanca, George Washington fue el único presidente que no vivió en ella, siento una presión en la cabeza. Escucho un aleteo y veo con resignación a mi ángel de la guarda alejándose hacia el infinito éter, abandonándome a mi suerte. Me mezclo con los otros turistas, me asombro por la aparente falta de vigilancia. No se ven agentes del FBI, ¿dónde está la CIA?, sólo una patrulla en el medio de la calle.
Las ardillas de la Casa Blanca
no buscan la llave que abre
la cueva llena de nueces doradas
se quedan mirándote fijamente y
cosa rara
sus pestañas parecen hechas de acero
y cuando pestañean
se oye un CLICK CLICK CLICK.
Los árboles de la Casa Blanca
tienen las hojas verdes en pleno otoño y
cosa rara
las ramas parecen hechas de plástico
y cuando la brisa las mueve
se oye un CLICK CLICK CLICK.
Las palomas de la Casa Blanca
no palomean alrededor de los mirones
cagan un líquido de óxido y
cosa rara
sus picos parecen hechos de cobre
y cuando pasan volando cerca de ti
se oye un CLICK CLICK CLICK.
jueves, noviembre 15, 2007
NY to DC
La guagua para ir a Washington se coge en la 34, cerca de Penn Station, 35 dólares ida y vuelta. Es mucho mejor que un avión, más espacio, sin traques de revisar zapatos ni rayos X, sin canes oliendo bultos y bolsillos, sin confundir a una viejita de 107 años con un primo de Osama Bin Laden. A nadie pone nervioso que un joven árabe hable en su inexorable idioma por su celular mirando por la ventana a su novia tan bella como una luna de cabellos negros despidiéndolo en la acera.
Si es sábado la guagua arranca a las 5 de la tarde, y cuando dicen a las 5 de la tarde es a las 5 de la tarde; ya a las 5 y 15 cada esquina nos acercaba a New Jersey, a los centros de operaciones de HESS, BON JOVI, CITGO, LINDEN con sus depósitos gigantes de combustibles, con sus chimeneas siempre humeantes, con sus transformadores transformando, con sus generadores generando y contaminando y contaminando y contaminando.
Este es mi primer viaje desde que llegué a Nueva York. Siento que es el último paso para comprender definitivamente que aquí vivo, que no estoy de vacaciones, que cuando se acabe el fin de semana largo, gracias a los veteranos que regresaron de las guerras mutilados por dentro y por fuera, debo regresar a esta ciudad, qué pena. Antes había sentido una sensación de permanencia parecida, pero casi siempre envolvía un día de pago y una mujer querida esperando en un bar.
Y Nueva York sube los estándares. Después de vivir aquí uno siente, con razón, que las otras ciudades, que los otros estados, son campos. Pasando por Philadelphia y Maryland y Baltimore es un parqueo de carros usados y la entrada a Delaware para ir a Washington se tiene la misma impresión de pasar por San Francisco y Pimentel y Castillo y Nagua para ir a Las Terrenas; con la nostalgia de que no puedes pararte a comer en el Típico Bonao, con la tristeza de que al llegar a tu destino no te espera un mar tibio.
Si es sábado la guagua arranca a las 5 de la tarde, y cuando dicen a las 5 de la tarde es a las 5 de la tarde; ya a las 5 y 15 cada esquina nos acercaba a New Jersey, a los centros de operaciones de HESS, BON JOVI, CITGO, LINDEN con sus depósitos gigantes de combustibles, con sus chimeneas siempre humeantes, con sus transformadores transformando, con sus generadores generando y contaminando y contaminando y contaminando.
Este es mi primer viaje desde que llegué a Nueva York. Siento que es el último paso para comprender definitivamente que aquí vivo, que no estoy de vacaciones, que cuando se acabe el fin de semana largo, gracias a los veteranos que regresaron de las guerras mutilados por dentro y por fuera, debo regresar a esta ciudad, qué pena. Antes había sentido una sensación de permanencia parecida, pero casi siempre envolvía un día de pago y una mujer querida esperando en un bar.
Y Nueva York sube los estándares. Después de vivir aquí uno siente, con razón, que las otras ciudades, que los otros estados, son campos. Pasando por Philadelphia y Maryland y Baltimore es un parqueo de carros usados y la entrada a Delaware para ir a Washington se tiene la misma impresión de pasar por San Francisco y Pimentel y Castillo y Nagua para ir a Las Terrenas; con la nostalgia de que no puedes pararte a comer en el Típico Bonao, con la tristeza de que al llegar a tu destino no te espera un mar tibio.
miércoles, noviembre 14, 2007
Foggy Bottom Lounge
Why is John Wayne staring at me?
I know that this bar
with a juke box
full of Lynyrd Skynyrd
it's not the best place
for a dark man to get drunk
I know that George, Dick or Harry
is not happy with me rubbing my
tight
cute
sexy
latin
little
ass
on his girlfriend's milky face
But that is not reason
for John Wayne
in his cowboy costume
to keep pointing his gun at me
I don't think
I'll ever be around
this Jack Daniel's town again
I'm only passing by
Because
Seriously
Dude
Who the fuck cares
if Dallas defeat Jacksonville?
martes, noviembre 13, 2007
La vita è nel tripudio
"Te quedate jamón mijo", me dice mi Tía con pena, "pero e mejor así que casate con una cucarachita de esa que andan en la calle ahora que no se saben ni bañá bien." Ella lleva dos divorcios con dos hijos. Uno de ellos es un teenager que dejó la escuela, trabaja en McDonald's en el aeropuerto y gasta todo el sueldo en Nikes. Mi Tía ha tenido que ir a la corte dos veces por esta maravilla de primogénito. La otra es una niña que con apenas 5 años ya conoce todas las salas de emergencias del Bronx y Queens.
"¿Y e que tú ere pájaro muchacho?", me pregunta mi Tío con toda la sutileza disponible en su ser. Él lleva tres divorcios y se refiere a cualquiera de sus exes como "esa aquerosa." A la hija no le coge el teléfono por puta (ella baila en un bayú de New Jersey con borrachitos a dos dólares y medio la bachata, reggaetón 5 dólares), y al hijo no le habla porque no le importa un coño.
"Claro que no lo e, tú no ve que él siempre tiene novia", le contesta mi Tía meneando un té de sávila, miel y manzanilla.
"Por eso no, que eso puede se pantalla", dice mi Tío. "Deja ve que te voá hacé un té. ¿Qué te gutá má, lo hot dog o lo taco?"
"Y yo no quiero ser jamón
yo quiero casarme
y no poder pasarme un domingo acostado
viendo películas en blanco y negro
sin un vamo pa casa de mamá que hay una horasanta.
Y yo no quiero ser jamón
yo quiero casarme
y por dormir apenas tres horas al día
ver el fantasma de una mujer sin piernas
flotando como una vejiga en el pasillo.
Y yo no quiero ser jamón
yo quiero casarme
y que el stress me encoja el Latissimus dorsi
arqueando mi espalda al caminar como un pollo
al que acaban de darle un matapollo.
Y yo no quiero ser jamón
yo quiero casarme
y tener un hijo cinturón negro de Tae Kwon Do
con su habitación cubierta de pared a pared
con posters de Chuck Norris y Jean Claude Van Coño.
Y yo no quiero ser jamón
yo quiero casarme
con una pelirroja de muñecas vendadas
que mejore con lápiz una partitura de Verdi
añorando el verano de Ucrania."
"¿Y e que tú ere pájaro muchacho?", me pregunta mi Tío con toda la sutileza disponible en su ser. Él lleva tres divorcios y se refiere a cualquiera de sus exes como "esa aquerosa." A la hija no le coge el teléfono por puta (ella baila en un bayú de New Jersey con borrachitos a dos dólares y medio la bachata, reggaetón 5 dólares), y al hijo no le habla porque no le importa un coño.
"Claro que no lo e, tú no ve que él siempre tiene novia", le contesta mi Tía meneando un té de sávila, miel y manzanilla.
"Por eso no, que eso puede se pantalla", dice mi Tío. "Deja ve que te voá hacé un té. ¿Qué te gutá má, lo hot dog o lo taco?"
"Y yo no quiero ser jamón
yo quiero casarme
y no poder pasarme un domingo acostado
viendo películas en blanco y negro
sin un vamo pa casa de mamá que hay una horasanta.
Y yo no quiero ser jamón
yo quiero casarme
y por dormir apenas tres horas al día
ver el fantasma de una mujer sin piernas
flotando como una vejiga en el pasillo.
Y yo no quiero ser jamón
yo quiero casarme
y que el stress me encoja el Latissimus dorsi
arqueando mi espalda al caminar como un pollo
al que acaban de darle un matapollo.
Y yo no quiero ser jamón
yo quiero casarme
y tener un hijo cinturón negro de Tae Kwon Do
con su habitación cubierta de pared a pared
con posters de Chuck Norris y Jean Claude Van Coño.
Y yo no quiero ser jamón
yo quiero casarme
con una pelirroja de muñecas vendadas
que mejore con lápiz una partitura de Verdi
añorando el verano de Ucrania."
jueves, noviembre 08, 2007
A Humble Proposal to The NYC Bums Society
El frío entró en Nueva York. Esto es invierno puro, fuck fall. A uno se le quitan las ganas de andar palomeando calle arriba y calle abajo, never mind Brooklyn, forget Manhattan. Todo los deseos sucumben a la prioridad básica de estar bajo techo, comiendo cada 5 minutos y felizmente casado. El hombre soltero descubre en la gélida soledad de una cama sin mujer que no fue una sabia decisión eso de provocar un rompimiento al final de septiembre. Ahora debe pajearse debajo de una ducha de agua hirviendo y acostarse con abrigo y un libro de Rushdie para que el sueño llegue a los tres segundos.
¿Y para los mendigos, para esos hediondos new york crazies o bums? Los tristes New York Bums ven sus cortos días y largas noches reducirse a la busqueda incesante de comida y un lugar caliente del que no los echen. No importan los motivos que llevaron a estos seres humanos a competir con las ardillas por una nuez. La famosa estación rimbaudiana del comfort es casi una sentencia de muerte para estas concentraciones del mal olor.
Para salir a la calle hay que vestirse por capas, me dijo una querida amiga mi primer invierno. Varios t-shirts, pantaloncillos largos, sweater, bufanda, guantes, abrigo grueso, gorrito de lana, botas. Y aun así siente ese maldito viento entrando por las costuras. Y de repente ve a un bum, o lo huele antes de verlo, y se da cuenta lo terrible que es vagar por esta ciudad llena de lugares tibios con deliciosos platos calientes y mujeres hermosas con deliciosos lugarcitos tibios y ser rechazado como si fuera la lepra, que es muy posible que algunos la padezcan.
Me gustaría hablar con el presidente de la NYC Bums Society. Después de tantos años sin encontrar una solución real para el bienestar de sus miembros durante el largo invierno, debería tomar en cuenta otras opciones. No estoy hablando de las cenas de los lunes que proveen algunos voluntarios en algunas iglesias y demás. No, estoy hablando de un plan definitivo para evitarle a los virtuosos ciudadanos paga impuestos de esta urbe la conmovedora aparición quitapetito de un bum. Siempre que las sociedades presentan problemas sin soluciones es bueno ir a la Naturaleza, esa sabia vieja que, como el destino de Borges, es ciega a las culpas. ¿Qué hacen las aves en el invierno? Emigran hacia el calor.
Los New York Bums, desde el principio de septiembre, deben empezar a caminar hacia el Sur. No conozco la geografía gringa, y estoy muy vago para Google, pero creo que deben empezar cruzando hacia New Jersey. Durante todo el camino pueden ir chequeando nuevos sitios donde tal vez sean mejor recibidos que en esta ciudad donde los cigarrillos cuestan 7 dólares, 7 dólares, 7 dólares. Sólo sé que el destino final de la alegre travesía es Miami.
En Miami los New York Bums serían felices con sus playas y su temperatura tropical. ¿Cuándo fue la ultima vez que un bum disfrutó de una fiesta? En Miami podría ir a un rave en South Beach. Conocer a Puff Piff Diddy Daddy Chopo Combs o a Enrique Iglesias o a Paulina Rubio o al totazo de Britney Spears. En ese rave sería abrazado por otros seres humanos que no sentirían asco gracias a la felicidad del MDMA. ¿Quién sabe? Es muy posible que una muchacha de piel quemada por los rayos ultravioletas de una máquina, de barriga con cuadritos, de lujuria fuera de control por la cocaína, le susurre I love you papi. Y dormir arropadito con el Miami Herald sobre una fina arena blanca y despertar con la imagen de una stripper cubana en bikini montando patines cantando "Welcome to Miami, bienvenido a Miami."
¿Y para los mendigos, para esos hediondos new york crazies o bums? Los tristes New York Bums ven sus cortos días y largas noches reducirse a la busqueda incesante de comida y un lugar caliente del que no los echen. No importan los motivos que llevaron a estos seres humanos a competir con las ardillas por una nuez. La famosa estación rimbaudiana del comfort es casi una sentencia de muerte para estas concentraciones del mal olor.
Para salir a la calle hay que vestirse por capas, me dijo una querida amiga mi primer invierno. Varios t-shirts, pantaloncillos largos, sweater, bufanda, guantes, abrigo grueso, gorrito de lana, botas. Y aun así siente ese maldito viento entrando por las costuras. Y de repente ve a un bum, o lo huele antes de verlo, y se da cuenta lo terrible que es vagar por esta ciudad llena de lugares tibios con deliciosos platos calientes y mujeres hermosas con deliciosos lugarcitos tibios y ser rechazado como si fuera la lepra, que es muy posible que algunos la padezcan.
Me gustaría hablar con el presidente de la NYC Bums Society. Después de tantos años sin encontrar una solución real para el bienestar de sus miembros durante el largo invierno, debería tomar en cuenta otras opciones. No estoy hablando de las cenas de los lunes que proveen algunos voluntarios en algunas iglesias y demás. No, estoy hablando de un plan definitivo para evitarle a los virtuosos ciudadanos paga impuestos de esta urbe la conmovedora aparición quitapetito de un bum. Siempre que las sociedades presentan problemas sin soluciones es bueno ir a la Naturaleza, esa sabia vieja que, como el destino de Borges, es ciega a las culpas. ¿Qué hacen las aves en el invierno? Emigran hacia el calor.
Los New York Bums, desde el principio de septiembre, deben empezar a caminar hacia el Sur. No conozco la geografía gringa, y estoy muy vago para Google, pero creo que deben empezar cruzando hacia New Jersey. Durante todo el camino pueden ir chequeando nuevos sitios donde tal vez sean mejor recibidos que en esta ciudad donde los cigarrillos cuestan 7 dólares, 7 dólares, 7 dólares. Sólo sé que el destino final de la alegre travesía es Miami.
En Miami los New York Bums serían felices con sus playas y su temperatura tropical. ¿Cuándo fue la ultima vez que un bum disfrutó de una fiesta? En Miami podría ir a un rave en South Beach. Conocer a Puff Piff Diddy Daddy Chopo Combs o a Enrique Iglesias o a Paulina Rubio o al totazo de Britney Spears. En ese rave sería abrazado por otros seres humanos que no sentirían asco gracias a la felicidad del MDMA. ¿Quién sabe? Es muy posible que una muchacha de piel quemada por los rayos ultravioletas de una máquina, de barriga con cuadritos, de lujuria fuera de control por la cocaína, le susurre I love you papi. Y dormir arropadito con el Miami Herald sobre una fina arena blanca y despertar con la imagen de una stripper cubana en bikini montando patines cantando "Welcome to Miami, bienvenido a Miami."
viernes, noviembre 02, 2007
Anonymously
La mujer vive sola, su madre regresó a Toulouse buscando un atardecer digno de una pensión de profesora.
La mujer trabaja en catering, vestida de negro. Regresa al Bronx de madrugada, los recién casados de estos tiempos casi siempre eligen vivir en New Jersey. Si la novia era de la India, la propina es buena; si el novio era judío, no tan buena. Después de sacar a cagar a Snowball en una solitaria calle fría, se acuesta con la angustia del invierno en el estómago, duermevela con la sensación de estar cayendo en un hoyo. A veces sueña con un hombre sin rostro vestido de smoking flotando sobre una puerta en el Sena, con su madre sonriéndole, con la cabeza de un cocodrilo saliendo del inodoro, con una flor amarilla en una pecera de agua congelada.
La mujer despierta después del mediodía, como una pálida autómata mira las cuentas recibidas por correo eligiendo en su mente un veneno. Esta vez hay un sobre diferente: sin sellos, sin remitente, su nombre en letras verdes. Lo abre con el miedo de encontrar una cobra y el entusiasmo de descubrir un mapa; sintiendo una dulce incertidumbre que mata su apatía:
"Last night I dreamt
that I was on a sun-stoned beach
a very pretty girl was with me
but I could not see her face.
She was laughing and her laughter
was much more soothing
was much more beautiful
than the breeze
than a waterfall
than the waves
than any birdsong.
Last night I dreamt
I dreamt about you Genevieve
that you were my wife
that I was your husband.
When I woke up
I felt very sad
because I called you
but you did not answer back."
Y desde ese día, todos los días, la mujer busca, aguantando la respiración, entre cuentas de Con Edison y Sprint y catálogos de seguros para carros y propaganda evangélica.
Y desde esa noche, todas las noches, la mujer vuelve a leer el anónimo, la consuela.
Y esta mañana su amiga Shalleqwa le dijo que está más bonita, you eye glow bitch, que su risa es muy contagiosa, go girl.
Picture by Alexey Tikhonov
La mujer trabaja en catering, vestida de negro. Regresa al Bronx de madrugada, los recién casados de estos tiempos casi siempre eligen vivir en New Jersey. Si la novia era de la India, la propina es buena; si el novio era judío, no tan buena. Después de sacar a cagar a Snowball en una solitaria calle fría, se acuesta con la angustia del invierno en el estómago, duermevela con la sensación de estar cayendo en un hoyo. A veces sueña con un hombre sin rostro vestido de smoking flotando sobre una puerta en el Sena, con su madre sonriéndole, con la cabeza de un cocodrilo saliendo del inodoro, con una flor amarilla en una pecera de agua congelada.
La mujer despierta después del mediodía, como una pálida autómata mira las cuentas recibidas por correo eligiendo en su mente un veneno. Esta vez hay un sobre diferente: sin sellos, sin remitente, su nombre en letras verdes. Lo abre con el miedo de encontrar una cobra y el entusiasmo de descubrir un mapa; sintiendo una dulce incertidumbre que mata su apatía:
"Last night I dreamt
that I was on a sun-stoned beach
a very pretty girl was with me
but I could not see her face.
She was laughing and her laughter
was much more soothing
was much more beautiful
than the breeze
than a waterfall
than the waves
than any birdsong.
Last night I dreamt
I dreamt about you Genevieve
that you were my wife
that I was your husband.
When I woke up
I felt very sad
because I called you
but you did not answer back."
Y desde ese día, todos los días, la mujer busca, aguantando la respiración, entre cuentas de Con Edison y Sprint y catálogos de seguros para carros y propaganda evangélica.
Y desde esa noche, todas las noches, la mujer vuelve a leer el anónimo, la consuela.
Y esta mañana su amiga Shalleqwa le dijo que está más bonita, you eye glow bitch, que su risa es muy contagiosa, go girl.
Picture by Alexey Tikhonov
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