viernes, marzo 17, 2006
Jinxed by Mr. Alex Rodriguez
La suerte es una mujer que cambia de opinión a cada rato. A veces ama a alguien, a veces odia a alguien.
La suerte ama al Sr. Alex Rodríguez en su vida personal, con todo el dinero del mundo más dos pesos. Ahora bien, la suerte no quiere que ningún equipo donde esté el Sr. Rodríguez gane un campeonato.
En Seattle, con Ken Griffey Jr. en su mejor momento, Randy Johnson insoportable y Edgar Martínez como el mejor bateador designado de la liga, el Sr. Rodríguez se las arregló para que los Marineros no ganaran una Serie Mundial.
En Texas, después que le dieron US$250 millones, con privilegios en el contrato de escupir la comida de cualquiera en un restaurant, de salir a matar vacas y latinos, de bajarse los pantalones y cagar donde le diera la gana, de tener derecho a veto en las disposiciones de la Alcaldía y en el Consejo de Seguridad de la ONU, el Sr. Rodríguez se las arregló para que los Rangers quedaran en el sótano.
En New York, con su pana Jeter, con Sheffield, con Rivera, con la nómina más cara del universo, el Sr. Rodríguez se las arregló para que los Yankees perdieran la Serie Mundial frente a Boston, un equipo con la maldición del Bambino sin ver a linda en 86 años, y eso después de que los Yankees ganaron 3 juegos, haciendo más increíble la hazaña de Boston, algo nunca visto, de ganar 4 juegos en línea.
Cuando el Sr. Rodríguez estaba "indeciso" sobre el equipo con el que iba a jugar en el Mundial, yo rezaba para que no jugara con el de la República Dominicana. No lo quiero ni a cien metros de un pelotero que juegue con algún equipo que yo quiera que gane. En el Mundial le tocó el turno de la sal a USA. No importó que le robaran un pisicorre a Japón, no importó que le robaran un home run a México, el Sr. Rodríguez se las arreglo para que los gringos sean descalificados.
No hay mal que por bien no venga, dice el refrán, definitivamente, el Sr. Alex Rodríguez azara.
La suerte ama al Sr. Alex Rodríguez en su vida personal, con todo el dinero del mundo más dos pesos. Ahora bien, la suerte no quiere que ningún equipo donde esté el Sr. Rodríguez gane un campeonato.
En Seattle, con Ken Griffey Jr. en su mejor momento, Randy Johnson insoportable y Edgar Martínez como el mejor bateador designado de la liga, el Sr. Rodríguez se las arregló para que los Marineros no ganaran una Serie Mundial.
En Texas, después que le dieron US$250 millones, con privilegios en el contrato de escupir la comida de cualquiera en un restaurant, de salir a matar vacas y latinos, de bajarse los pantalones y cagar donde le diera la gana, de tener derecho a veto en las disposiciones de la Alcaldía y en el Consejo de Seguridad de la ONU, el Sr. Rodríguez se las arregló para que los Rangers quedaran en el sótano.
En New York, con su pana Jeter, con Sheffield, con Rivera, con la nómina más cara del universo, el Sr. Rodríguez se las arregló para que los Yankees perdieran la Serie Mundial frente a Boston, un equipo con la maldición del Bambino sin ver a linda en 86 años, y eso después de que los Yankees ganaron 3 juegos, haciendo más increíble la hazaña de Boston, algo nunca visto, de ganar 4 juegos en línea.
Cuando el Sr. Rodríguez estaba "indeciso" sobre el equipo con el que iba a jugar en el Mundial, yo rezaba para que no jugara con el de la República Dominicana. No lo quiero ni a cien metros de un pelotero que juegue con algún equipo que yo quiera que gane. En el Mundial le tocó el turno de la sal a USA. No importó que le robaran un pisicorre a Japón, no importó que le robaran un home run a México, el Sr. Rodríguez se las arreglo para que los gringos sean descalificados.
No hay mal que por bien no venga, dice el refrán, definitivamente, el Sr. Alex Rodríguez azara.
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