martes, mayo 02, 2006
iGod
Así las cosas, un primo vino de Nueva York y cogí para Bonao a buscar lo que me trajo antes de que apareciera otro primo y me dejaran sin nada. En la parada del kilómetro 9 un ciego habla con una pared al lado de la ventanilla, lo ayudo a comprar el ticket para Santiago y me monto en una Tarea Bus sintiéndome una bella persona. Hay que esperar que se llene la guagua, la música es insorportable, dos niños lloran, entra un dulcero y pregona a mi lado despertando a una bebé que callan metiéndole una teta en la boca, me desespero hasta que recuerdo que ya tengo un iPod.
Increíble cómo ha mejorado mi vida por un aparatico tan chiquito. Lo que antes era una odisea interminable de una hora se convirtió en un viajecito rápido acompañado por some girls are bigger than others some girls are bigger than others some girl's mothers are bigger than other girl's mothers...
Y es que esa gente de Apple nos llevaron al futuro pero ya, en el pasado quedaron los días de cargar 655 cds en una mochila. Ahora andamos con más de 5 mil canciones en una cosita chula que cabe en el bolsillo de la camisa. Es un avance que mete miedo en los corazones temerosos de Dios, es un presagio del fin del mundo. Ya en 1543 Nostradamus lo predijo en una de sus enigmáticas quatrains:
Los años 1990 nueve meses cerca del fin
de una manzana mordida saldrá un cajita de luces azules
que acabará con las conversaciones en los viajes y en las calles
Millones y millones tendrán un nuevo Dios: iGod
Disfruté a The Smith hasta que sentí un mini tumulto y abrí los ojos: un hombre casi enano entró dando tumbos hacia la parte de atrás. El chofer se paró y con una amenaza de dedo índice le dijo:
—Chamaquito, te veo tomado, si te pone de impertinente te dejo en el cuartel, ya lo sabe, pisa fino ahí atrá...
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