lunes, octubre 29, 2007
Drinking in the rainfall
Le he dicho a mi Tío que no ponga los canales dominicanos cuando estoy comiendo. Las noticias de mi país le quitan el hambre a cualquiera. Pero hoy era diferente, el desastre de la tormenta Noel era más fuerte que las ganas de comerme el locrio de costillitas.
"La situación ta calamitosa, el gobierno tiene que meté la mano", dice una valiente mujer sobre el puente sobre el río que amenaza con arrastrar la estructura de cemento y metal.
"Tienen que vení con una brigada del ejercito que la gente va a perdé su vida por no perdé una etufa o una nevera, que ahora lo ladrone se aprovechan", dice una mujer mirando el barrio de La Barquita, tragado casi en su totalidad por las aguas de lodo.
"Primera ve que en ete lugar se ha metío el río así, el presidente Leonel Fernande tiene que vení a ve eto, a mí me se llevó la casa y la caja e diente el río Jaina", exclama una mujer con una funda plástica en la cabeza.
"¿Y poi qué Meteorología no avisó con tiempo pa uno podei bucai refugio? Y que no sean mentiroso, que en Bonao son mucho má de 15 mueito coñaso", dice otra mujer con otra funda plástica en la cabeza.
"No tenemo comida, ni casa, ni na, que vengan a ayudano, yo comí calne hoy polque mi hijo encontró do pollo ahogao y me lo trajo", dice otra mujer con otra funda plástica en la cabeza.
Y uno mira las noticias, la tragedia colectiva de un pueblo, asombrándose con el contraste de las imágenes. Y uno se maravilla con la calidad de la morfina, o éxtasis, o heroína, o todas juntas, que los adeptos al Status Quo le están echando al agua potable/ron de los dominicanos. En primer plano, la desolación en el paisaje y en los rostros de las mujeres de un país que ha retrocedido una década en su sub-desarrollo; un poco más allá, hombres bebiendo y sonriendo y bailando y cantando en el aguacero como si en lugar de estar viviendo una realidad atroz estuvieran trabajando de extras en la filmación hollywoodense de una versión musical de "La Peste" de Camus. "Al mal tiempo buena cara", dice un refrán, pero una cosa es ser optimista y luchar contra la adversidad sin darse por vencido y otra cosa es ser un imbécil sin sentido común que no entiende que su vida, de por sí terrible, ahora será mucho más terrible; que los problemas eternos de la República Dominicana (apagones, no agua corriente, altos precios de los alimentos y de las medicinas, enfermedades antiguas y nuevas), ahora tendrán una excusa en los comunicados de un gobierno corrupto e inepto: Noel.
Algunos zombies, sentados en una cama mojada, sobre un techo, destapan otra botella; algunos hijos de zombies, desnudos, nadan comiendo galletas de soda al lado de un perro ahogado.
Picture by Napoleón Marte
"La situación ta calamitosa, el gobierno tiene que meté la mano", dice una valiente mujer sobre el puente sobre el río que amenaza con arrastrar la estructura de cemento y metal.
"Tienen que vení con una brigada del ejercito que la gente va a perdé su vida por no perdé una etufa o una nevera, que ahora lo ladrone se aprovechan", dice una mujer mirando el barrio de La Barquita, tragado casi en su totalidad por las aguas de lodo.
"Primera ve que en ete lugar se ha metío el río así, el presidente Leonel Fernande tiene que vení a ve eto, a mí me se llevó la casa y la caja e diente el río Jaina", exclama una mujer con una funda plástica en la cabeza.
"¿Y poi qué Meteorología no avisó con tiempo pa uno podei bucai refugio? Y que no sean mentiroso, que en Bonao son mucho má de 15 mueito coñaso", dice otra mujer con otra funda plástica en la cabeza.
"No tenemo comida, ni casa, ni na, que vengan a ayudano, yo comí calne hoy polque mi hijo encontró do pollo ahogao y me lo trajo", dice otra mujer con otra funda plástica en la cabeza.
Y uno mira las noticias, la tragedia colectiva de un pueblo, asombrándose con el contraste de las imágenes. Y uno se maravilla con la calidad de la morfina, o éxtasis, o heroína, o todas juntas, que los adeptos al Status Quo le están echando al agua potable/ron de los dominicanos. En primer plano, la desolación en el paisaje y en los rostros de las mujeres de un país que ha retrocedido una década en su sub-desarrollo; un poco más allá, hombres bebiendo y sonriendo y bailando y cantando en el aguacero como si en lugar de estar viviendo una realidad atroz estuvieran trabajando de extras en la filmación hollywoodense de una versión musical de "La Peste" de Camus. "Al mal tiempo buena cara", dice un refrán, pero una cosa es ser optimista y luchar contra la adversidad sin darse por vencido y otra cosa es ser un imbécil sin sentido común que no entiende que su vida, de por sí terrible, ahora será mucho más terrible; que los problemas eternos de la República Dominicana (apagones, no agua corriente, altos precios de los alimentos y de las medicinas, enfermedades antiguas y nuevas), ahora tendrán una excusa en los comunicados de un gobierno corrupto e inepto: Noel.
Algunos zombies, sentados en una cama mojada, sobre un techo, destapan otra botella; algunos hijos de zombies, desnudos, nadan comiendo galletas de soda al lado de un perro ahogado.
Picture by Napoleón Marte
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