sábado, enero 23, 2010
Bloodwork
Después de mil llamadas sin contestar, después de mil mensajes borrados sin ser escuchados, después de mil mails delete delete delete sin ser leídos, contesté el teléfono por equivocación a las 7 de la mañana, medio dormido.
I have to see you.
Yo no quiero verte.
Please, papi, please.
Ok, I give in; quiero verla para verle la cara cuando le pregunte cómo me hizo eso con Josh, un carajo que se embarra de Calvin Klein, un maldito leve que defendió el Oscar a Titanic, un imbécil que lee a Dan Brown. Nos vamos a ver, pero no en mi sótano, pero no en su apartamento como ella quiere y donde puedo ser tan débil. Como hoy tengo que ir a trabajar en Wall Street, nos vamos a encontrar en el White Horse Tavern. No quiero verla en la fealdad del Bronx, donde brilla como un cocuyo entre fantasmas.
La primera vez que una mujer amada me dejó era muy joven y me enfermé de gastritis. La segunda vez que una mujer amada me dejó no era tan joven y me enfermé del caco, con ataques de ansiedad en la madrugada. Esta vez tengo 40 años y me enfermo de la espalda. Tal vez fue alguna fuerza que hice cuando recogí todas mis cosas de su apartamento y las subí en un taxi bajo una nevada, me jodí el Latissimus dorsi.
¿De dónde es usted Doctora?
I am from India, are you from Bangladesh? You have a bindi.
No, yo soy dominicano.
Take off your pants.
Ayúdeme a quitarme las botas.
Can you show me where it hurts?
Aquí, aquí, y aquí.
Here?
No, un chin chin más abajo.
El área del hospital donde sacan sangre y analizan orines está llena. ¿Es sacarse sangre una actividad social, como ir al Mall, para los humanos que están solos? ¿Por qué coño tienen que sacarte como dos galones de sangre? ¿Hacen los doctores orgías sangrientas mezclando bloody marys con la sangre de los pacientes cuando cierran los hospitales? Es un misterio. Después de la sangre, donde la enfermera tiene una foto de Steven Segal, me llaman para fotografiarme el esqueleto.
Take off your clothes.
Ok.
Put on this gown.
Mire carajo, yo no me voy a poner esa bata que no sé quién coño se la puso antes.
It is clean.
No me importa, y si se está preguntando, tampoco voy a dejar que me inyecte la lepra.
You are funny.
No estoy relajando, al hospital viene gente que se supone enferma, no me voy a poner nada que alguien más ya usó.
Ok, let me get a new one.
Sí sí, que sea nueva en su funda.
Salgo del trabajo para encontrarme con ella en el bar donde Dylan Thomas se bebió 18 whiskies. En la libertad de la calle escucho un mensaje de la doctora diciéndome que no necesito una operación, pero que lo coja suave por un mes, nada de bailar reguetón, nada de Kamasutra. Suddenly, I change my mind, y me meto en la parada de Fulton Street para coger el tren 5 hacia mi sótano. Fuck her. Fuck her. Fuck her. We will never meet again.
Picture by Joe Laut.
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